Crónicas
Abbath + 1349 + Vltimas + Nuclear
«Íbamos por lana y salimos trasquilados por Abbath, que demostró que una borrachera la puede tener cualquiera y los errores se enmiendan, siendo lo más importante la creatividad y ejecución de tu música.»
31 enero 2020
Sala Salamandra, Barcelona.
Texto: Markceröck. Fotos: Pablo Gándara
Nuclear va escalando posiciones desde Sudamérica, y más concretamente Chile, que vive una de las más salvajes represiones policiales en lo que se hace llamar democracia, presidida por el presidente Sebastián Piñera. Toda esa injusticia contenida se refleja en la potencia de su directo, con el que abrieron el portal del inferno y que tuvo muy buena acogida a pesar de la hora.
El siguiente acto sería la reencarnación del exángel mórbido David Vincent y su proyecto Vltimas, que defendió a capa y espada su primer disco, ‘Some Wicked Marches In’. Un puñado de canciones, entre las que estuvieron “Totally Destroy”, “Monolith” o “Diabolus Est Sanguis”, y que no superaron la hora, mantuvieron el fuego encendido para los fanáticos de la banda de Florida.
El siguiente turno en la maratón cargada de metal fue para 1349, unos viejos conocidos por estos lares y los más esperados por la comunidad de melenas, pinchos y cuero negro. Olav Bergene, alias Ravn, apareció con el rostro pintado para la ocasión, con una muñequera de clavos de 5 pulgadas y una camiseta sin mangas. “Sculptor of Flesh”, “Through of Eye of Stone” o “Slaves” fueron dardos cargados de veneno de la vieja escuela del black metal. Las luces color sangre anunciaron en ese momento “I Am Abomination”, otra demolición en directo, en la que el encapuchado de incógnito, Archaon, disparaba relampagueantes guitarrazos apostado en el lado izquierdo del stage. Otro dardo en la diana fue “Striding The Chasm”, vociferado por el delgado cantante en una especie de Golum poseído. Media hora de descompresión y tras varias bajas en el público por quedarse sin aliento, la banda cerró su actuación con la certera “Abyssos Antithesis”. 1349 se metió a la audiencia en el bolsillo con su explosiva presentación, bajo mi punto de vista la mejor de la noche.
La vedette de la noche sería Olve Eikemo, más conocido por su alter ego Abbath, amante incondicional de Kiss y figura indiscutida dentro de la escena black metal noruega. Por tierras catalanas, muchos estaban preocupados porque no sabían si sería capaz de terminar el show, tras la viralizada borrachera en Buenos aires (Argentina) que le impidió tocar y cantar y que le llevó a arrojar su guitarra al suelo en el céntrico Palermo Club. Una densa capa de humo inundaba el escenario, mientras unas enormes letras con el nombre de la agrupación dominaba en un blanco nuclear y sonaba la intro de música clásica de Manuel de Falla, concretamente un extracto de “El amor brujo” que retrató el cineasta Carlos Saura en la Danza de fuego del film del mismo nombre.
A primera vista nos dimos cuenta de que la bajista Mia Wallace ya no forma parte de la alineación, siendo reemplazada por Rusty Cornell, que recuperaba su pedestal en las cuatro cuerdas. “Count The Dead” continuó el descenso al abismo del metal extremo emanado de la gutural voz de Abbath y su Flyng V, fiel compañera del aquelarre musical. A toda velocidad comenzaron a desgranar “The Artifex”, de su último lanzamiento, ‘Outsrider’ (2019), que pasó inadvertida ante una sala llena hasta la bandera de headbangers deseosos de oscuridad y metal negro procedente de los bosques y fiordos escandinavos. Por su parte, “Harvest Pyre” fue una sobredosis de solos a cargo de Ole André Farstad. Pasados los 20 minutos, el listado de canciones seguía siendo calcado a la noche anterior, por lo que no hubo sorpresas y la siguiente fue “Ashes of The Damned”. Más tarde llegaron las serenas guitarras de “Calm in Ire (Of Hurricane)” y la homónima intro acústica “Outsrider”, que sirvió para romper las puertas del averno imaginario.
La melancolía por los tiempos pasados quedó inmortalizada una vez más con el corte “In My Kingdom Cold”, durante el cual sufrimos los bombardeos desde la batería de Ukri Suvilehto, que se dedicó a ametrallar a las primeras filas con esquirlas pentatónicas. El doble bombo a tope y los golpes corcheados anunciaban “Tyrants” , en la que las melenas al viento de sus integrantes parecían simular una coreografía. En ese momento, Abbath y sus kabukis espectros abandonaron el escenario unos minutos para retornar para los bises.
Cuando anunciaron “To War!”, extraído de su debut solista, no se veía una mierda, solo siluetas agitando melenas al viento, pero al final, entre una cortina de humo y luces enceguecedoras , primó la descarga musical. La despedida no se hizo esperar y “Winter Bane” sería el tiro de gracia, con atronadores riffs y bellos paisajes acústicos en el ocaso de la canción, bajando de esta manera la velocidad pero no la potencia del muro sonoro. Íbamos por lana y salimos trasquilados por Abbath, que demostró que una borrachera la puede tener cualquiera y los errores se enmiendan, siendo lo más importante la creatividad y ejecución de tu música, que en este caso se enmarca en una propuesta extrema que te vuela los oídos a base de decibelios.
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1 comentario
Potentes descargas Black Metaleras por parte de estas 4 buenas bandas en una de las mejores salas de la ciudad condal presentando alguna de ellas sus nuevo albumnes. En escena ABBATH sigue siendo brutal con esos temas en solitario con algunos de INMORTAL para hacer con sus músicos un gran concierto.