Pipo & Travelin' Band: Se dejaron caer

Son grupos que, como en el caso de los hermanos Tormo, han recogido el testigo de los visionarios que supieron darle un toque de aquí al rock and roll guiri.

Pipo & Travelin’ Band son Pipo Pérez (voz principal, guitarra, letras), Juan Carlos Tortosa “Xarly” (batería), Roque Verdú (bajo) y Fabián Moreno (guitarra), y la formación proviene de Castalla (Alicante).

Con Nacho Carballo (Gallos)

En su música hay rastros de Burning, Loquillo o Los Rebeldes, sobre todo en su primer disco, ‘Actitud de Rock and Roll’ (2013), mientras que ‘No quiero ser como tú’, el LP de este año, es más emparentable con Platero y Tú o los propios Zigarros.

Valga “Con el agua al cuello” como botón de ese viraje parcial hacia el hard rock, canción que abre su último álbum y también con la que dieron el pistoletazo de salida en Madrid.

Títulos como “No pares” o “Vamos a bailar” –al que le incorporan un fragmento de “Dentro de la ley” de Los Zigarros- dan una idea de las intenciones del grupo, que tema a tema fue consiguiendo que nos sacudiéramos los fríos y los rubores. A propósito del segundo referido, mientras tocaban “No obstante lo cual” pensé que aquí en España aún no todo el mundo sabe que el original es de Riff, y quien vitoreó al final “Grandes Los Zigarros” me dio la razón, siendo corregido rápidamente por Pipo con un “Grande Pappo”.

Diego Atraco también se subió al escenario

Con “Te largaste” entraron en un tramo más intimista del set que también comprendió “Dejar de sangrar”; en este último, y como en el disco, subió a cantar Nacho Carballo. Me reconfortó ver que su banda, Gallos, una de las mejor posicionadas para volar alto en los próximos años, acudió al completo. Músicos dándose calor los unos a los otros, caso también de Diego, cantante de Atraco con quien compartieron un revitalizante “Corre corre” que quedó de fábula, algo a lo que igualmente contribuyó la buena acústica de El Perro de la Parte de Atrás del Coche.

Las versiones y los guiños a canciones ajenas forman parte importante de su repertorio. A lo ya citado, hay que sumarle: el tradicional mexicano “La Bamba”, al que le añaden “Twist and Shout” al estilo de The Beatles; nuevamente los argentinos Riff con “Sube a mi Voiture”; y de Fito, el espídico –empezando por los malos hábitos pretéritos de su creador- “Ojos de serpiente”.

Pero por encima de todo yo estoy aquí para loar las lindezas del cancionero propio, como “Me dejaba caer”, cuya letra de marido cornudo me lleva al “Todos mirando” de Barricada, aunque musicalmente tenga más que ver con “No sé qué hacer contigo”. Por supuesto ineludible el alegre canto de reafirmación “No quiero ser como tú”, que parecía que iba a ser la despedida, pero pedimos otra. El verdadero adiós vino con “Cry Baby”, un tema de 2015 especialmente rocanrolero y que se presta al coreo, con el que terminaron por todo lo alto, subiéndose Pipo a la tarima frente al escenario a petición de los amigos músicos, que se pusieron gallitos.

Que la suerte sea justa con ellos y pronto tengamos que recordar con añoranza el haberlos visto en salas pequeñas, allá donde se forja el talento.

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