Vais a tocar en nada en el BBK Bilbao Music Legends Fest, ¿qué podemos esperar de vosotros?

“Será un concierto maravilloso. Tenemos un juego de luces importante y una habilidad a los instrumentos también considerable” (risas).

Lo último que editasteis en estudio fue ‘Somnia’ de 2021, ¿habrá mucho material en directo de ese disco?

“Bueno, tocaremos un par de ellas o así, ha habido unas cuantas canciones a las que hemos dado forma en los últimos dos años. Nos centraremos más bien en las favoritas de los fans”.

¿Andas componiendo algo nuevo?

“Claro, de hecho, acabamos de grabar otro trabajo de estudio. En agosto saldrá un disco doble en directo, por lo que hemos estado bastante ocupados. Solemos practicar bastante, y como te puedes imaginar, a medida que te vas haciendo mayor, esto se vuelve más duro” (risas).

Vuestra actividad parece incesante, porque creo que incluso durante la pandemia sacasteis el álbum ‘Carnivorous’…

“Exacto. La pandemia en realidad no nos afectó demasiado, la única diferencia era que no podíamos ir a ningún sitio (risas). Esto fue duro al principio porque siempre he estado de gira, en los últimos dos años hicimos un par de festivales grandes y eso fue todo. Fue divertido comportarse como un jubilado durante ese periodo (risas), muy agradable, me dio incluso por pintar la casa”.

Supongo que con una trayectoria tan extensa tiene que tornarse un auténtico calvario confeccionar el repertorio de los conciertos…

“Sí, bueno, luego encima algunas de nuestras canciones son muy largas…Tenemos incluso cosas de veinte minutos. Al final intentas hacer algo que sea interesante. Es probable que toquemos “Born To Go”, que son casi diez minutos, aunque puede llegar hasta los dieciocho…No sé, ya veremos”.

En el pasado llegasteis a contar con bailarinas, ¿empleáis en la actualidad algún elemento en escena?

“No, ya no utilizamos esas cosas, aunque, como te he dicho antes, el juego de luces es considerable. También hemos recurrido a láseres y diferentes tipos de iluminación. Nos esforzaremos al máximo, eso seguro”.

¿Conoces la ciudad de Bilbao?

“¡Por supuesto! Es famosa por el museo Guggenheim, es un lugar agradable, siempre me ha encantado ir allí”.

Creo que hay ahora nuevos miembros en la banda, ¿verdad?

“Tenemos un bajista llamado Doug que proviene de Cybernetic Witch Cult, un grupo de heavy rock psicodélico. Luego también está Thighpaulsandra a los teclados…Tenemos una buena formación, por eso podemos permitirnos hacer canciones largas” (risas).

Si nos ponemos a citar miembros de Hawkwind, podríamos no acabar nunca. ¿Qué tal te sienta ser el único superviviente desde los comienzos?

“Pues te sientes como un señor mayor (risas). Ah, espera, el batería Richard Chadwick lleva ya más de tres décadas en la banda. ¡Todos nos vamos haciendo viejos!”.

Lemmy Kilmister de Motörhead quizás fuera uno de los componentes más famosos de Hawkwind…

“Era un gran amigo mío. Solíamos juntarnos en grandes festivales y él siempre se animaba a subir al escenario. El batería Ginger Baker de Cream también estuvo en el grupo y todavía mantengo contacto con Eric Clapton, le conozco desde hace muchos años. El mundo de la música es un pañuelo, ¿no? Tengo gratos recuerdos de todos ellos. Hace pocos años el mismísimo Eric Clapton se subió a tocar con nosotros”.

Lemmy dijo que aprendió a ser buen bajista en Hawkwind, ¿qué te parecen esas palabras?

“Bueno, en realidad eso tiene que ver con el hecho de que antes tocaba la guitarra y cuando te pasas al bajo eso influye completamente en tu estilo a las cuatro cuerdas. Lemmy solía tocar bastantes block chords (ndr: acordes en bloque). Yo a veces también los utilizo cuando grabo el bajo en los discos, lo cual es bastante diferente a lo que suelen hacer los bajistas”.

El paso de Lemmy por el grupo terminó cuando fue expulsado por drogas. Mucho se ha escrito sobre aquel mítico episodio, ¿qué sucedió exactamente?

“Es una larga historia, creo que cualquiera la puede leer hoy en día en internet, no me apetece adentrarme en ello ahora…Son cosas que suceden cuando estás en la carretera. Esto pasó allá por 1975 en la frontera entre Canadá y EE, UU, ya se ha contado cientos de veces”.

El vocalista Robert Calvert fue del mismo modo importante en la historia de Hawkwind…

“Era un gran poeta y se le daban muy bien las letras, trabajamos muchas veces juntos. Tenía una personalidad peculiar y por eso siempre era divertido trabajar con él. Lamentablemente, ya no está vivo”.

¿Hay algo que te quede por hacer en más de medio siglo de carrera?

“Supongo que sí. La verdad es que seguimos disfrutando lo de tocar en festivales, este verano estaremos en varios, así que estaremos ocupados en los próximos meses. Seguiré tocando mientras la salud me lo permita. A veces cuando te haces mayor pierdes facultades, en ese caso lo mejor sería dejarlo”.

Muchas bandas consideran a Hawkwind una influencia, ¿qué opinas de eso?

“Eso está bien. Todo el mundo tiene que copiar a alguien cuando está empezando, y si nos copian a nosotros, pues bienvenido sea. Yo seguiré haciendo lo mismo. Muchas bandas dicen que les hemos influenciado y a veces vienen a saludarme, pero luego les escucho y madre mía… ¿Cómo diablos hemos podido ser una influencia suya? (risas). Ese tipo de cosas son normales, a mí también me influenciaron en los inicios algunos guitarristas de blues”.

Incluso Johnny Rotten de Sex Pistols solía llevar en su juventud una cazadora con el logo de Hawkwind, ¿lo sabías?

“No, pero él ha estado en varios conciertos nuestros. Creo que hay alguna referencia en la serie ‘Pistol’ de Danny Boyle”.

Y desde luego tuvo que ser un puntazo tener a la vocalista y modelo Samantha Fox cantando vuestro éxito “Master of the Universe”…

“Es una gran fan y además es una gran cantante. Colaboramos para un disco benéfico que tuvo cierta repercusión en las listas”.

Fuisteis de los primeros en hablar de ciencia ficción en las letras, ¿te siguen interesando esos temas?

“Por supuesto, es probable que toquemos la canción “Uncle Sam’s On Mars” en Bilbao. Nos influenciaron grandes películas en su momento, es una lástima que todos aquellos artilugios futuristas que veíamos tardaran tanto en estar disponibles”.

El negocio musical ha cambiado radicalmente desde que empezaste tu carrera, ¿cómo lo ves en la actualidad?

“Bueno, ahora hay muchas oportunidades para tocar en directo, aunque captar la atención a través de internet tal vez sea más complicado. Los ordenadores y la tecnología están vivos, debemos aceptarlo para sobrevivir, ¿no?” (risas).

El LSD os influenció en su día, ¿verdad?

“Más o menos, tampoco diría que fue una gran influencia…Era algo muy popular a finales de los setenta, al igual que la psicodelia y todo el movimiento hippy que venía asociado. Era una época muy interesante y por aquel entonces casi todo el mundo tomaba LSD, entre ellos muchos escritores o artistas para que les abriera los ojos a otra realidad”.

Tengo entendido que el primer instrumento que empezaste a tocar fue el banjo, ¿cómo te dio por ahí?

“Mi tío solía tocarlo cuando tenía 10 años y me enseñó unos cuantos acordes. Luego mis padres me compraron una guitarra como dos años después y entonces ya me concentré en ello. ¡Estuve también una temporada tocando el banjo en una banda de jazz de Nueva Orleans!”.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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