GRASPOP METAL MEETING, SEGUNDA JORNADA

La noche fue lluviosa, y la predicción era la de cielo encapotado, chubascos dispersos y algo de sol, con una temperatura moderada durante el día y fresca en la noche. Eso nos animó, íbamos a poder disfrutar de los conciertos del escenario principal, el único al descubierto, sin temor a que, después de la lluvia de ayer, nos salieran escamas.

La predicción meteorológica que nos facilitaba la organización desde las pantallas del Mainstage se cumplió casi al completo; aunque, por suerte, la lluvia no hizo acto de presencia y la temperatura fue ideal para no sufrir con la inconveniencia de la climatología.

Como es habitual en Graspop, el primer concierto del día se daba en el escenario principal del festival. Los encargados de iniciar la segunda jornada fue el trío de Hard & Heavy Vanderbuyst. Con tan sólo cinco años de vida, los neerlandeses Vanderbuyst han conseguido despertar la admiración de los seguidores del género y de la prensa especializada con un estilo en el que, de manera  abrumadora, entremezclan brillantes partes de Heavy Old School y la pasión del Hard Rock con grandes influencias a los Thin Lizzy más clásicos. Salvajes, virtuosos, sin parones innecesarios y con una gran actitud, Vanderbuyst nos sorprendieron tanto como nos convencieron, en una actuación llena de garra y seguridad. Temas muy festivos y esenciados, con unas bases demoledoras, una guitarra desgarradora, y una voz que nos recordaba en muchos pasajes a la de Phil Lynnot, fueron las armas con las que Vanderbuyst se ganaron nuestro apoyo y nuestra admiración. “Too Last Forever”, “Flying Dutchman”, “Tiger”, “Stealing Your Thunder”, “Into The Fire”, la version de Thin Lizzy “Don’t Believe a Word”, “Lecherous” y “From Pillar To Post” fueron los temas que los cincuenta minutos de actuación les permitió desglosar a una banda que nos dejó con ganas de seguir disfrutando de su gran propuesta.

Tras aprovechar el tiempo para hacer parte de la crónica del día de ayer en la zona de prensa, volvíamos al MainStage para apoyar la nueva propuesta, que en forma de banda de versiones, ha creado Tim Owens. Rockstar es una de esas superbandas que dan al público lo que quiere para disfrutar sin complicaciones. Rockstar, es decir: Tim Owens a la voz, James Kottak a la batería, Kerry Kelly a la guitarra y Teddy Andreadis a los teclados,  inundaron el festival con una ristra de himnos clásicos, en un alarde de virtuosismo y entrega. El concierto se inició con un efervescente “Neon Knights”, que fue seguido hasta el extremo. Siguió un “It’s So Easy” que nos sorprendió más que nos convenció. El delirante “Hell Bent for Leather” mostró a un Ripper pletórico, furioso, recordó esa época de éxito ahogado como cantante de los Judas.  “Big City Nights” empleó la técnica de Kottack para conseguir nuestro máximo apoyo. “Mr. Crowley” dejó en evidencia a un Teddy que no consiguió cuadrar los acordes de la intro y a Tim con el agudo del principio totalmente roto, nada que ver con lo mostrado en algunos de sus conciertos con Yngwie. La cosa se arregló, y mucho, en el homenaje a Dio que la banda expuso en un más que celebrado “Rainbow In The Dark”, que acabó con nuestros dedos índices y meñique señalando al cielo. Llegaba la parte más dura y ¿qué mejor que Motörhead para ello?, “Ace Of Spades” sonó brutal, sorprendentemente los teclados no sobraron para nada en las sobrerevoluciones en las que el himno se cimbreó. Otra acción de poder, muy endurecido el himno teenager de Alice Cooper por antonomasia “Schools Out” no tuvo piedad con nuestras gargantas que siguieron al rojo vivo en “Rock You Like A Hurricane” y que acabaron por reventar en el apoteósico final que representó “Heaven & Hell”. Una buena oportunidad la de verles en Graspop después de que se haya aplazado e Torrevieja Rock Festival en el que también figuraba Michael Schenker.

Con la adrenalina al máximo nos plantamos ante el escenario del Marquee I para seguir disfrutando de clásicos, en esta ocasión a tono del Thrash efectivo y divertido de Tankard. Desgraciadamente, por coincidencia en horarios, me los perdí en el Sweden Rock; pero no quise desaprovechar otra oportunidad de disfrutar de unos himnos dirigidos por un cada vez más sorprendentemente en forma e hiperactivo ‘Gerre’, que declaró que su objetivo antes de que acabase el día en el festival era ¡dejar las barras sin una sola gota de cerveza!.  Ver a Tankard en concierto es siempre garantía de dos cosas: Thrash Old School con esencia cervecera, y entrega desmedida. Para ello, Tankard prepararon el set list para que no tuviéramos un segundo de descanso: “Zombie Attack”, “The Morning After”, “Not One Way Day Dead”, “Stay Thristy!” y “Rules For Fools” nos habían puesto a prueba, pero sólo fue el calentamiento para lo que como puntilla final iba a venir: “Rectifier”, “Chemical Invasion” y “Empty Tankard”. Un delirio de headbanging, slam, circle pits y surfing se desprendió en buena parte de los allí presentes. Tras el concierto en el que ‘Gerre’ se vio abrumado por la entrega demostrada por un público que lo dimos todo, ayudamos al cada vez menos orondo cantante en su misión de cerrar las barras antes de hora. No lo conseguimos, pero ¡Qué bien nos sentaron unas cuantas chicas llamadas cerveza!

Otro viaje al escenario principal, en esta ocasión para ver uno de los pocos conciertos que me decepcionaron. En mi opinión The Devil Wears Prada es poco más que una apuesta de marketing, una excusable propuesta de jóvenes que a ritmo de Metalcore samplerizado difunden la palabra del cristianismo más exacerbante. A pesar de todo, algo se pudo salvar de la quema, ya que de su set list agradecimos las exposiciones que hicieron de las iniciales “Mammoth” y “Death Scape”, y de su final con “Born To Lose”. La reacción en cadena se dio en los fans más abiertos de mira en el estilo, o simplemente en los que quisieron fiesta sin más.

Como en un juego del ajedrez, saltamos de una casilla blanca a una negra; me explico: del Metalcore de corte cristiano, al Deathcore más efusivo. Caliban tuvieron un mal inicio, por culpa de un apagón en el sonido cuando iniciaban su primer tema. La banda intentó seguir aún sin audición, esperando que los problemas técnicos se solucionaran, pero a mitad del tema cortaron e intentaron levantar el ánimo mientras se encontraba la solución al problema. El apagón sonoro duró unos diez minutos, tiempo que se soportó con tranquilidad, pues la tempestad llegaría junto con el regreso del sonido. A partir de entonces un incesante Tsunami de surfistas llegaba a oleadas a la zona del Photo Pit, mientras el quinteto alemán desglosaba sin relax maremotos en forma de temas que en directo suenan demasiado regulares versus a lo que demuestran en sus álbumes de estudio. En ese sentido Caliban perdieron en calidad, pero no en intensidad frente a los envites más celebrados de su set: “Dein R3.ich”, “24 Years” o “Nothing Is Forever”.

El Hard, el Metal y el Death-Core iban a ser los protagonistas del día, aunque ni mucho menos iban a ser los triunfadores de él. Sobre el escenario, el cartel de Bullet For My Valentine reproduciendo la espectacular portada de ‘Temper Temper’ destacaba por su impresionabilidad, lo que enervaba los ánimos en el ya repleto Front Stage. El cuarteto galés salió con ganas de demostrar su potencial, e inicialmente lo hizo, y muy  enfáticamente. La inicial “Breaking Point” y “Waking The Demon” mostraron el lado intenso de la formación, ese lado que en ‘Temper Temper’ han sabido cuadrar en forma de guitarras más poderosas y melodías más definidas, sobre otras que poco a portaban al estilo. BFMV adquirieron una postura que supo  hacer enloquecer, saltar, surfear y cantar a una audiencia que se volcó a tope en las interpretaciones de “Pleasure And Pain”, “Riot”, “Screaming Aim Fire” y “Your Betrayal”, temas en los que su nuevo guitarra mostró su capacidad técnica, pero quedó muy por debajo del resto en entrega. El final fue la parte vocal más celebrada de la actuación, Mattew Tuck la presentó de forma enfática y la respuesta fue unánime, “Tears Don’t Fall” se convirtió en un himno que entonamos a la máxima potencia.

Tal y como apuntaba al principio de la crónica de este día, el Hardcore en todas sus vertientes y el Metal más moderno iba a ser el protagonista principal en cuanto a cantidad, sin embargo, las bandas clásicas fueron las que más himnos nos hicieron entonar, y no todos los más exitosos fueron los más añejos. U.D.O. fueron una buena muestra de ello, su nuevo trabajo, ‘Steelhammer’, aunque algo irregular, contiene himnos que convalidan a los de la vieja guardia. U.D.O. se desplegaron de forma clásica, con porte marcial, los clásicos accesos en tromba desde el fondo del escenario para acompañar en los coros a un Udo cada vez más orondo, pero con una voz envidiable. El concierto se dio en el Marquee I, carpa que se llenó casi al completo y que cambió el surf por el Headbanging más expresivo, y es que a Udo no se le escapa que lo que la gente quiere de un concierto de Heavy Metal es salir reventada por la pasión que ha puesto en cada uno de los momentos de los himnos que se presentan en el set list. En este sentido “Steelhammer”, “RevRaptor”, “Metal Machine”, “Vendetta”, “Thunderball”, “24/7”, “Animal House”, “Time Bomb” y los explosivos clásicos de su época en Accept, “Metal Heart” y “Balls To The Wall” nos martillearon durante cuarenta y cinco minutos que se hicieron igual de cortos que de intensos. U.D.O., con nuevo hacha en sus filas, sigue siendo un ejemplo a seguir.

De nuevo frente al Mainstage, esta vez para recibir a la diva del Pop Metal Gótico, Sharon den Adel al frente de unos Within Temptation que no sorprendieron en su puesta en escena, pero que supieron convencer. Sharon se presentó radiante cual diosa griega; costó mucho despegar el objetivo de nuestras cámaras de su figura para captar al resto de la banda. Como siempre, Sharon fue el centro de las miradas, y su perfilada voz la de nuestros oídos. Un sonido nítido y sin puntas, y un set list enervante, dispusieron un concierto en el que los efectos cinematográficos y los pirotécnicos arroparon la previsible, pero efectiva, puesta en escena del sexteto holandés. “Shot In the Dark”, “Faster”, “Stand My Ground”, “Ice Queen”, “Sinéad” y “Angels” despuntaron sobre el resto (“In The Middle Of The Night”, “Fire & Ice”, “What Have You done”, la versión del “Summertime Sadness” e “Iron”) antes de que el intenso y céltico himno “Mother Earth” se impusiera en las gargantas de los más de treinta mil fans que apoyamos el tema y despedimos la actuación de Within Temptation con amplia efusividad.

Mientras Hypocrisy actuaban en la carpa Marquee I, en la carpa del Marquee II Down se tornó en mi objetivo a seguir. Que a Phil Anselmo se le va la pinza no es un secreto. Tampoco debe sorprendernos su extraña capacidad para proponer conciertos geniales o destrozarlos al completo. Aquí, hubo una de cal y otra de arena. Phil salió enchufado, y no creo que sólo de adrenalina, mientras la banda, dirigida por el guitarra de Crowbar, Kirk Windstein, y la poderosa pegada del batera de Superjoint  Ritual, Jimmy Bower, nos ofrecía una puesta en escena con tantos vaivenes como los que daría una pequeña hoja en el mar. El sonido era demasiado pesado, tanto que se convirtió en una bola casi imposible de tragar, en él perecieron los primeros envites: “Eyes Of The Show”, “Witchtripper”, la clásica dedicatoria a Dimebag Darrell con  “Lifer” y “Lysergic Funeral Procession”. A partir de ahí los golpes de micro que repetidamente se propinaba un Anselmo fuera de sí, parecieron poner en orden sus neuronas y aplacaron su subidón de ¿adrenalina?. A partir de ahí todo se puso más interesante, Phil animó a crear Circle Pits y Slam para celebrar temas como “Temptation´s Wings”, “Pillars Of Eternity”, “Losing All”, “Hail The Leaf” y “Stone Crow”, temas que se mostraron mucho más efectivos que los cuatro iniciales. El tiempo de la actuación de Down finalizaba, pero no antes de que la banda invitase en su concierto a unirse a ellos a gente de otras bandas, como a Attila de Mayhem, para interpretar un “Bury Me The Smoke”  que nos sorprendió tanto como el tramo de “Stairway To Heaven” que Phil usó para dar cierre a su irregular y paranoico concierto.

Intentando digerir lo vivido en el concierto de Down, nos dirigimos al escenario principal para disfrutar, una vez más, del Heavy Old School de los incombustibles Saxon. Hacía un par de semanas que en el Sweden Rock Festival habíamos podido recrearnos ante el gran concierto del quinteto británico que dieron en tierras suecas. En él, tanto la banda como Byford nos mostraron todo su potencial y nos convirtieron en protagonistas de primera ante sus temas más clásicos, y en apoyo a los más novedosos, los integrados en ‘Sacrifice’. En esta ocasión, la banda estuvo al mismo nivel, pero a Biff le faltó la energía habitual. Byford nunca ha sido un frontman excesivamente expeditivo, pero en esta ocasión sus paseos se hicieron menos generosos, sus gestos menos visuales, y su comunicación cayó casi en picado. Por suerte, su voz no experimentó ese bajón y el set list de Saxon siguió siendo un canal por el que los himnos de la NWOBHM navegaron a toda máquina. El set list fue más corto que el del Sweden  (“Sacrifice”, “Wheels Of Steel”, “Power And The Glory”, “Heavy Metal thunder”, “Made In Belfast”, “Crusader”, “Denim and Leather”, “Motorcycle Man””, “I’ve Got To Rock”, “Stand Up And Fight”, “747”, “Strong arm Of The Law”, “Wheels Of Steel”, “Crusader” y “Princess Of The Night”), pero igual de intenso en nuestro apoyo. Byford no tuvo su mejor día, pero en Graspop el águila metálica voló poderosamente rasante.

Os debo confesar mi pasión por Iced Earth. Les conocí casi por casualidad en la gira en la que teloneaban a Blind Guardian, a los que a pesar de presentar la que para mí es su obra maestra, ‘Imaginations From The Other Side’, se los comieron con patatas. A partir de ahí su música se ha convertido en una parte esencial de mi forma de entender el Heavy Metal. Melodías embrujadoras, voces pasionales, partes sentimentales, riffs matadores, bases demoledoras, épica estimulante y mucha, mucha magia, me rasgan cada vez que escucho las propuestas de un genio irascible e incontestable como es el imponente y magno John Schaffer. Si no eres capaz de sentir rabia, pasión, furia, emotividad, agresividad y un enervamiento total ante los temas incluidos en ‘The Dark Saga’, ‘Something Wicked This Way Comes prt I y II”, “Horror Show”, “The Glorious Burden”, “Framming Armageddon”, “The Crucible Of Man” y “Dystopia”, háztelo mirar, quizás estás muerto…

El concierto de Iced Earth se conformó en la carpa del Marquee I, allí viví, a excepción de lo ofrecido por los cabezas de cartel (bueno, obvio a Slipknot), lo que a mi entender fue lo mejor del festival. Iced Earth empezaron poniéndonos los pelos de punta con la enervante intro “1776” y pasaron al asalto más exultante con “Dystopia”, tema en el que los registros de Stu Block eran incontestablemente punzantes. Desde el Photo Pit estaba a punto de saltar al escenario para disfrutar con una banda que estaba pletórica y entregada al 100%. Me centré todo lo que pude para hacer el reportaje fotográfico mientras disfrutaba de un rabioso “Dark Saga”. El público de las primeras filas, puños en alto, coreaban las partes más Power del tema y yo me unía a ellos como fiera encadenada. El sonido era cristalino, podíamos oír nítidamente cada uno de los acordes que Iced Earth apuntaban. La banda era una taladradora a plena revolución, siendo John Schaffer y Stu Block las brocas que nos perforaban. “Pure Evil”  nos mostró que los registros de Stu son un híbrido entre los de Matt Barlow y los de Tim Owens, pero con unos graves que le confieren una personalidad única. John sonreía satisfecho, el público estaba respondiendo de forma pasional; era el momento de pisar el pedal a fondo… “Burning Times” …Casi tiro mi cámara para poder disfrutar de los ritmos pesados y los rasgadores agudos que se resguardaban entre incendiarios riffs y solos, todos ellos arropados por unas campanadas que se colaban entre la médula para enervarme más y más…  Para rematar el momento sin romper la estructura creada Iced Earth dispusieron de un enorme “I Died For You”; en él la épica se funde con melodías que proponen feeling, pasión y energía en desmesura. “I Died For You” fue un pequeño receso en la batalla. Stu saludó y agradeció la pasión con la que nos entregábamos, mientras John presentó el épico inicio del tema que conforma la banda sonora de la película ‘V de Vendetta’, “V”. Increíble como Block superaba los registros que él mismo había propuesto en estudio; y no sólo eso, los mejoraba de manera insultante. Eso era como una puyazo de adrenalina inyectada directamente en el corazón. ¿Cómo definir sin emocionarme de nuevo las sensaciones que me produjo la increíble “A Question Of Heaven”? ¡Imposible!. Fue una repentina tormenta de sensaciones, una descarga eléctrica que proponía hasta reventar. El increscendo del himno aún resuena en mi cabeza mientras escribo esta crónica, por ello, ahora más que en ese momento, maldigo el haber tenido que abandonar el resto de la actuación para presentarme media hora antes en la zona de prensa, ya que esa era premisa insalvable para poder hacer las fotos de Slipknot. Esperaré impaciente hasta mediados de enero del próximo año  para poder resarcirme sin barreras en otro concierto de Iced Earth, será entonces cuando los de Tampa hagan tres conciertos en el país. En ellos Iced Earth presentarán la obra que este verano volverá a encender nuevas y  excitantes pasiones, ‘Plagues Of Babylon’. Mientras, Iced Earth seguirán manteniendo el motor a plenas revoluciones en la gira que este verano harán por Norte América, junto a Volbeat y Hellyeah!. Como decía, la mejor actuación de las que pude vivir en las tres carpas del festival.

Josep Fleitas

Para terminar el segundo día de festival, que mejor que hacerlo con los chicos de Iowa, o de las máscaras, Slipknot, con los que disfrutamos  de su Metal Industrial Extremo, y gastamos las últimas fuerzas que nos quedaban para ese día, en un espectáculo lleno de grandes momentos. Dieron comienzo con “Disasterpiece”, tema que da nombre a uno de los 3 DVD que ha publicado la banda, donde vendieron 3 millones de copias. Siguieron con “Libérate”, tocaron temas como  “Wait and bleed”, no pudieron dejarse “Before I forget” , donde en todo momento nos acompañó  un sonido metálico, producido por instrumentos de percusión personalizados y tocados por payasos diabólicos, que no perdieron la oportunidad de bajar al público. Debemos destacar a su vocalista Corey Taylor, (o el número 8), integrante de la banda desde 1999,  con una gran capacidad de cambios de voz que iban del gutural, a la melódica, toques raperos…, no le pudimos pedir más, estuvo a la altura en todo momento. Y si eso fue poco,  tuvimos la ocasión de disfrutar de nuevo de su gran voz el tercer día de festival, con su banda Stone Sour.  Su comunicación con el público fue total y reciproca 100%, llegando al punto que nos pidió sentarnos a todos y así lo hicimos, esperando la señal, para dar un gran salto acompañando a la banda donde todos nos convertimos en ese momento en uno solo…brutal.  Otro de los grandes momentos del concierto fue cuando sobre el escenario como si fuera una noche fría de invierno, callo una pequeña nevada donde el silencio simplemente acompañado de un susurro de guitarras, se hizo con todos nosotros. Disfrutamos de más temas como “Dead Memories”, “Sulfur”, y el explosivo “Psychosocial”, donde se desencadeno una batalla  de voces y saltos. Prosiguieron con “Duality”, y la famosa “Spit in out”. Un pequeño parón y tres temas más, dando fin a un gran concierto con “Surfacing”, donde acabamos dándolo todo., un concierto de 18 temas sin desperdicio ninguno. Slipknot, es una banda llena de espectáculo, de energía, donde su propuesta es difícil que te deje indiferente. Buen final de fiesta para este intenso y variado segundo día de festival.

Yolanda González

Fotos: Josep Fleitas

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