Foto: Javier Bragado

Pocos grupos pueden presumir de estar a punto de cumplir 30 años de carrera y seguir al nivel de Sôber. Con su último trabajo, ‘E-L-E-G-Í-A’, han vuelto a demostrar que no han perdido ni un ápice su calidad compositiva. A medio camino entre sus primeros discos y los sonidos más modernos, Borja Díaz lo considera uno de los discos del año. Ha podido charlar con Carlos Escobedo, quien transmite mucha ilusión con este nuevo lanzamiento a lo largo de esta entrevista.

La primera pregunta es obligada. ¿Cómo está Jorge? ¿Le vamos a tener al 100% en los conciertos?

“Sí, sí, lo que pasa es que ya sabes que las redes sociales te asustan un poco más de la cuenta. Le pegó un cólico nefrítico al riñón, pero nada, estuvo ingresado un par de días para revisión. Pero ya está bien, no hay problema”.

Han sido más de dos años con ‘La sinfonía del Paradÿsso’. ¿Cómo ha sido el cambio de tercio?

“El disco yo lo tenía compuesto ya desde hacía tiempo. Lo que pasa es que le hemos estado dando forma durante el confinamiento, y sobre todo lo que realmente se le ha hecho ha sido trabajar mucho la preproducción. Me llevé todo el equipo al local de ensayo, estuvimos allí mirando los temas, incluso eligiendo entre 22 canciones las 10 iban a ir dentro del disco. Realmente va a ser un poquito más complicado cuando te subas ahora al escenario, dejar toda la parte sinfónica que tienes detrás y subirte sin tener toda esa parte de estar arropado por la orquesta. Ahora la banda va a sonar mucho más cruda, mucho más rock, y yo creo que mucho más cercana también. Lo vamos a disfrutar nosotros y el público porque vamos a hacer un setlist basado un poco en canciones antiguas. Va a haber un cambio bastante chulo, pero sobre todo se va a notar más en directo”.

Foto: Javier Bragado

‘E-L-E-G-Í-A’ tiene la contundencia de los primeros discos, pero también hay elementos más modernos. ¿Es un paso intermedio entre los primeros y ‘Superbia’?

“Yo creo que sí. Es un disco que además tiene sonidos de sintes, y sobre todo el sonido de batería es diferente, más moderno. Hemos querido simplificar un poco los golpes, que no estuviese muy cargado. Y es un disco que en directo yo creo que va a funcionar muy bien. Yo creo que es un poco lo que dices, está un poco a medio camino, ahí y muestra esa parte más dramática que siempre ha tenido Sôber en discos como ‘Síntesis’ o ‘Superbia’. Yo creo que te acerca a esos primeros discos más que a un ‘Vulcano’”.

¿El haber tenido tan presente últimamente ‘Paradysso’ ha influido en ese sonido más cercano a los primeros discos en este trabajo?

“Ha surgido de manera natural porque yo siempre tenía claro que el siguiente disco después de ‘Vulcano’ quería que fuese con ese punto más melancólico que te refieres, un poco a los Sôber más del inicio, con melodías un pelín más oscuras y con riffs un poco más directos. Pero sin olvidar la esencia del grupo. Yo creo que en ese sentido lo hemos tenido claro. Cuando nos metimos en el local a darle forma se ha respetado bastante la idea inicial que yo llevaba, con lo cual ha sido como coser y cantar. Tengo que decir que es de los discos que mejor han fluido, que menos se ha tardado en preparar. En el estudio todo era añadir y no tener que quitar. Aquí llevamos las canciones un pelín más crudas. Javier Blanco ha sido el que ha hecho los arreglos a nivel vocales en “Elegia” o en “El día de la liberación”, o en canciones como “La noche más larga” que que sí que están aderezadas con esos arreglos. Pero el resto son canciones más directas y contundentes”.

Me parece un disco muy trabajado. ¿Se cambió algo durante la pandemia? ¿Cómo habéis vivió todo este tiempo de espera?

“El disco se quedó tal y como estaba. Lo que a mí me ha dado mucho margen es por primera vez el trabajar el arte del disco. La portada y todos los interiores los ha dibujado mi hija, pero íbamos canción por canción viendo que nos transmitía, qué tipo de imagen queríamos añadirle. El vinilo es un vinilo-libro, y eso requiere mucho trabajo, mucha dedicación. Las letras están escritas a mano con una pluma. Al final yo he querido que el disco, la esencia, ya estuviera hecha. Y todo el tiempo ha sido sobre todo en trabajar muy bien el formato y  todas las ilustraciones que hay dentro. Aquí yo me he involucrado también al 100% junto con mi hija, y hemos hecho algo que a día de hoy está un poco obsoleto, lo que es el formato, la parte física, pero que yo creo que nuestros fans lo van a apreciar mucho cuando lo vean”.

El diseño me parece espectacular, ¿Cómo surgió el que se encargara de ello? ¿Fue idea tuya o fue cosa de ella?

“Bueno la verdad es que fui yo (risas). Ella dibuja acuarela, hizo algún cuadro a Txus Di Fellatio, de Mägo de Oz, pero claro, no se quería embarcar en un proyecto tan ambicioso porque eran muchas ilustraciones. Yo poquito a poco la fui metiendo, picando, diciendo: “Mira en esta canción, en “El día de la liberación”, ¿por qué no metemos un caballo negro, que tenga esa fuerza, ese rollo?”. Hostia, lo dibujó y quedó que te cagas. Pues a lo siguiente. Íbamos un poquito así, como embaucando, porque lleva muchas horas de trabajo. Entonces, la idea surge de mí, pero luego es ella la que coge las riendas de todo, y ya una vez que se involucra le pasa como a mí, es muy perfeccionista, y hay cosas que no le gustan y tiene que repetirlas. Tengo que decir que ha fluido porque yo estaba en la habitación de al lado componiendo las canciones y ella dibujando en la otra. Ha habido ahí un punto muy de unión”.

En “9 musas” hablas de “un mundo en forma de acuarela para pintar la vida entera”. ¿Un pequeño homenaje a ella por su trabajazo?

“Claro, “la musa que cualquier artista a su lado quisiera”. Es un poco el rollo de saber que alguien que esté al lado te inspira para poder hacer todo el trabajo. Yo creo que “la musa que cualquier artista a su lado quisiera” es un poco tener la inspiración, siempre alguien que te pueda inspirar, algo que sea positivo, algo que te haga tirar hacia delante”.

¿Cómo has vivido de diferente este disco, qué cambios has visto en la elaboración?

“A nivel de producción, lo que he querido es que no estuviese muy trabajado en el local de ensayo. Realmente, no hemos tocado ninguna de las canciones todos a la vez. Yo tenía la ida muy clara, y lo que hemos hecho ha sido trabajar para la canción, cada uno metiendo su parte, pero como de una manera individual, para luego darle la forma homogénea en el estudio de grabación. Es un disco que está trabajado de otra manera. Hay veces que cuando estas en el local con una canción nueva, al final luego quieres cambiar cualquier cosa y es un drama. Y creo que eso es un error porque la canción está viva y de repente de un cambio puede surgir que te de pie a cambiar una melodía, a que todavía la canción pueda crecer. Eso es un poco de los cambios más significativos”.

Se cumplen 15 años de la muerte de dos personas tan importantes como Alberto Madrid y Big Simón. ¿El título, ‘E-L-E-G-Í-A’, está pensado en ellos?

“‘E-L-E-G-Í-A’ es un homenaje directo a esas dos personas que han estado con nosotros tanto tiempo, que han formado parte de lo que es Sôber y de la manera que se les echa de menos. “Elegía” es una canción hecha al lamento, a la pérdida de un ser querido y era una manera de dejar ahí también ese homenaje a seguir hacia delante, con los recuerdos, por supuesto, y con todo lo que conlleva el trabajo que ellos hicieron, pero es una manera de hacer mención a toda su aportación a Sôber”.

¿Tenías a alguien en mente cuando escribiste la letra de “Seda y plomo”?

é“Sí hombre, no te voy a contar a quien (risas). Yo creo que todos tenemos o hemos tenido ese amigo de “Seda y plomo” esa persona que parece una cosa y de repente es muy volátil ,o está por el interés detrás tuyo, o que critica todo aquello que vas haciendo sin darte cuenta. Yo hago ese símil porque algo que parece que es como muy contundente como el plomo con el aire se va a otro lugar. Es de las canciones mas expresivas que tiene el disco. Habla sobre la rabia, el odio, sobre alguien que quiere ser algo que no es y trata de aparentar todo el rato, estar a tu lado y luego al final se desvanece. Yo creo también habla de la traición un poco, y marca un poco la diferencia con el resto”.

Tengo la sensación de que en “La noche más larga” te abres más que nunca. ¿Qué historia hay detrás?

“Por supuesto, creo que es la más emotiva junto a “Eclipse”. Todos hemos pasado esa noche más larga, que no puedes dormir, que te quieres encontrar contigo mismo, y tienes un poco a flor de piel los sentimientos. Te refugias un poco en la gente que tienes cerca, que es le gente de verdad, que no es tan volátil. Vivimos en un momento de nuestra vida en el que todo es, como decirlo, muy fachada. Entonces, esta canción habla justo de lo contrario, de los sentimientos y de lo más profundo del ser humano. Yo dejo siempre un poco abiertas las letras para que la gente se las lleve también a su terreno. No me gusta explicarla demasiado porque todas las canciones tienen una historia detrás, lo que pasa es que es una historia personal, y a mí me gusta que la gente también haga suya y haga personal esa letra. Me escribía hace poquito una persona que ha perdido a su madre, y una canción como “Mi heroína” para él era su madre, era un poco que la canción la había escrito él como una especia de recuerdo, de homenaje. Eso es lo bueno que tiene una canción que al final no es mía es de todo el mundo que la escuche”.

Ya has comentado en alguna ocasión que “Eclipse” es un poco un reflejo de la banda. ¿Podríamos decir que conecta directamente con “Náufrago”

“Sí claro, creo que por así decirlo es un “Náufrago 2”. Estaba en la misma tesitura cuando las compuse. Tenía ese punto más desgarrador. La letra poco a poco te va embaucando, pero la melodía, y el estribillo sobre todo, tiene un punto de abrirte las vestiduras y de decir las verdades que sientes en ese momento. Es una canción sobre todo muy sincera”.

 

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El tema que da título al disco me parece grandioso. Los coros le dan un toque más épico, pero tiene mucho sentimiento sin perder la potencia

“El riff de “Elegía” es un riff muy metalero, lo que pasa es que lo llevamos a medio tiempo y todavía sigue manteniendo ese punch. Pero es una canción que tiene mucha garra, te parte el corazón con lo que se está diciendo en ella. Tiene una parte en medio que es como un preludio, donde asimilas toda esa muerte. Donde dice “agua pura y cristalina” es donde esa persona asimila lo que ha ocurrido y tiene que tirar hacia delante conviviendo con un recuerdo, y viviendo un poco con esa pena, pero dándole la vuelta, no sufriendo todos los días, sino valorando aquello que se perdió y la suerte es que lo viviste. Al fin y al cabo creo que te da un punto positivo al final”.

¿Cómo estáis preparando los conciertos?

“Estamos afrontándolo como solo sabemos hacer, lo que es al revés. Si la gente va a estar sentada y parece que pide como hacer un acústico, es todo lo contrario. Hemos hecho un compendio de canciones, creo que las más rockeras, cañeras y las que más contundencia pueden sacar a la gente. Es un poco el criterio. Cuando ocurren cosas como estas, lejos de venirte tú abajo tratas de sacar justo lo contrario. Y se ha elegido un repertorio que pasa desde canciones de ‘Morfología’ de ‘Síntesis’, incluso algunas que hacía tiempo que no tocábamos de ‘Superbia’, han vuelto a entrar en repertorio.  Va a quedar un set muy aparente y tratando de obviar el que estamos sentados. Tu cuerpo puede estar sentado pero tu mente puede estar complétateme on fire”.

Sôber ha sido la banda que se ha hecho con la portada del número 432 de La Heavy con motivo de la llegada de 'Elegía', su nuevo álbum. Junto a ellos también encontrarás entrevistas con Powerwolf, Rise Against o Billy F Gibbons entre otros muchos contenidos. Corre a tu kiosco o visita nuestra tienda online para no perderte nada.

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Borja Díaz

Graduado en periodismo con el rock como banda sonora y como filosofía de vida. Salud y libertad

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