Foto: Cristina del Barco

¿No te da miedo enfrascarte en un proyecto de este calibre con la que está cayendo?

“De la situación actual me dan miedo muchas cosas, pero a nivel mucho más global, no particularmente respecto a mi proyecto, que por otra parte siempre ha estado en el filo de la navaja, por su propia demarcación. Tener un estilo ecléctico sabemos de sobra que a la hora de etiquetar dificulta más a los medios y te coloca muchas veces en tierra de nadie, a mí me han llegado a escribir en algún momento de mi vida, con ‘Bienvenido Mister Hyde’, para decirme, “Vaya discazo amigo, tenía que decírtelo, no puedo reseñarlo porque no es exactamente el estilo que trabajamos, pero me encanta.

Con el tiempo y el trabajo eso es algo que ahora no me pasa, y siento cariño desde muchos sectores distintos, pero nunca he dado ninguna concesión en el aspecto artístico, nunca me he preguntado cómo venderá mejor un libro o un disco, sino qué proyecto es el que quiero hacer. Así que como respuesta final te diré que si quisiera seguridad me habría hecho registrador de la propiedad”.

¿Qué se termina antes, el libro o el disco?

“En mi caso es fácil, el disco ya estaba grabado cuando aún estaba presentando el libro anterior”.

¿Son independientes o se necesitan ambos para complementar la obra?

“Son independientes, uno es un disco de canciones, y el otro un libro de poemas, los sacamos juntos porque son a la vez mi tercer disco y mi tercer libro”.

¿Qué tipos de música inspiran ‘Inerte’?

“Mucha música de acá, Extremoduro, pasando por Quique González, Calamaro y mucha música netamente Argentina como podría ser Páez o Cerati. Cuando grabamos este disco estábamos muy Foo Fighters, y eso se nota en el sonido power de algunas canciones, eso se lo debemos a Dani Jiménez, el batería y segunda voz, que influyó mucho que el sonido de la banda fuera hacia ese lado”.

¿Cuesta más escribir un poemario o grabar un LP?

“En la parte creativa, depende, yo abordo ambas disciplinas con respeto y entrega. En la parte técnica, lógicamente es mucho más costoso e implica a mucho más equipo humano y técnico un disco”.

¿Quiénes te acompañan en esta aventura musical? Porque hay varias colaboraciones.

“Primero hablemos de la banda, que en este disco hace un trabajo también en definir el sonido del disco conmigo abismal y creo que lo digo poco: Daniel Jiménez a la batería, Daniel Crespo a la guitarra y Miguel Sangüesa al bajo. Colaboran la genial cantautora Titxu Vélez, que se lo lleva a su terreno sin salirse de lo que pide la canción, el cantautor Jorge Pelaz y el maravilloso poeta Escandar Algeet, que mete un poema cojonudo y lo interpreta de vicio.

Me ha gustado especialmente la intensidad que desprende “Desiertos”. Cuéntanos algo de ella.

“Es una de las primeras canciones que escribí de las del disco, después de “Ciencia ficción”, habla de nuestros momentos límite, de tocar fondo y de saltar al vacío (metafórico). Titxu se lo come como la grande que es, el sonido de la banda tiene cuerpo y personalidad, con otra banda no habría sido la misma canción”.

¿Hay idea de presentar el disco en directo?

“El concepto es algo distinto, con este disco estoy realizando recitales en el que se mezclan poesía y música, la próxima fecha prevista será en un lugar por determinar el día 23 de enero, y ahora estoy con mi banda, Traste3, junto a mi compañera Paloma Rivera al piano, que es donde estoy más volcado a nivel de composición. Es un proyecto distinto y que va a ser una elevación a nivel músical para mí, y entraremos en enero a grabar disco. Ahí sí habrá conciertos en el sentido más estricto de la palabra y a poder ser a banda completa, con el libro disco lo estamos haciendo además de por la pandemia, por el mismo concepto de la obra, más intimista”.

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