Los Zigarros: Firmes y elegantes

Más caña con el hard rock “Espinas” con un Álvaro Tormo que no paraba de ejecutar riffs y dar patadas en el escenario. Se pusieron vacilones con el tema “No obstante lo cual”, original de los argentinos Riff, mientras jugaban con el público para que coreara. Con “Mis amigos” seguro que más de uno en la sala Hangar se identificó con esa letra que se plantea qué habrá sido de todos aquellos  amigos de la juventud que ahora seguramente tengan algún curro o posición notable. Esta también es de otro grupo, los The Flying Rebollos & Roberto Iniesta & Fito, aunque esta vez sin ninguna palabrota de por medio.

Los Zigarros no son de muchas palabras en el escenario, así que saludaron y sonó “Odiar me gusta” del ‘A todo que sí’ (2016, Universal Music Spain), directa y con cambios de dinámica muy logrados. Le siguió la armoniosa y elegante “Tendrías que haberla visto bailar”, con unos juegos de luces espectaculares que combinaban con la interpretación, muy penetrante.

Cambio de tercio y boogie boogie con la contenida “Qué demonios hago yo aquí”. Empalmaron a “Con un solo movimiento”, cuyo ritmo de introducción recuerda a un tema de los Ramones, aunque no era precisamente puro punk americano este tema, puesto que aquí el cantante Ovidi lanzaba relumbres en los estribillos. Tocaron la bastante íntima “Desde que ya no eres mía”, del compacto con el que debutaron, ‘Los Zigarros’ (2013, Universal Music Gruop).

Alguno habría conocido a los hermanos Tormo por su anterior grupo, Los Perros del Boogie, que teloneó a AC/DC y del cual sonó "De nada sirve hacerse mayor", otra oda a la evolución humana. Llegó otro tributo con la instrumental  “Wipeout” de los Surfaris, donde supieron aprovechar la oportunidad del directo para elevar y sincronizar bajo y guitarras mientras se meneaban. Muy surfera fue “Resaca”, con la que ya vaticinaron a lo que más de uno venía  presto y dispuesto. La sección rítmica hacía de las suyas para introducir “Voy a bailar encima de ti”, durante la cual se vieron romper astillas por parte del percusionista Adrian Cachorro.

“Malas decisiones” fue de lo más canalla, con un pulso y grandes coros que se marcó el bajista Natxo Tamariz, cuyo porte siempre va con respeto. Siguieron temas como la marcada “Cayendo por el agujero”, la percutida y coral “A todo que sí” y “Tenía que probar”, una canción sentenciosa con la que se escondieron del escenario.

Volvieron a salir para dar los últimos culetazos al baile con “Hablar, hablar, hablar”, un auténtico rock & roll que fue puro alarido de los videntes y con “Dispárame”, en la que el vocalista miraba fijamente uno a uno. Se despidieron con “Dentro de la ley”, contando su historia de amor policiaca y autoritaria.

Los distinguidos Zigarros nos recordaron que tenemos que apagar más la radio y escuchar lo que no nos quieran imponer. Hay nuevas bandas llenando salas y festivales que tenemos que ir a escuchar en vez de dejar que nos laven el cerebro. Aunque, una vez más, la complicada Córdoba recibió a las estrellas de forma modesta.

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