Crónicas

Nightwish: Rompiendo todos los pronósticos

«Un final de lo más abrumador y épico dio cierre a un show que fue reverenciado en las redes por miles de fans de todo el mundo»

29 mayo 2021

The Islander Arms

Texto: Josep Fleitas

Segundo concierto (haced click aquí para leer la crónica del primer show) del cada vez más de moda sistema streaming, una opción que parece tener las horas contadas pero que ha dado juego a este periodo de sequía de conciertos en directo en los que la pandemia nos ha tenido sumidos.Con defensores y detractores del sistema, lo que es evidente, dada la respuesta que fans y público en general han dado a este evento online, es que el tirón que tienen Nightwish traspasa cualquier barrera.

Con números astronómicos de audiencia y recaudación, este streaming ha hecho saltar todos los pronósticos y se ha situado como el más seguido de cuantas transmisiones de este tipo se han dado. Aunque, sinceramente, en calidad, contenido, entrega, pasión, atmósfera y musicalmente, de lejos me quedo con lo que pude disfrutar el pasado mes de diciembre en el streaming de la Trans-Siberian Orchestra, aunque debo reconocer que el de Nightwish fue un show de lo más entretenido y eficaz.

Al igual que el día anterior, el show se dio en el escenario virtual de la Islanders Arms, una taberna cuyo aspecto era una extraña mezcla entre el steampunk, una iglesia gótica, la entrada de una mansión, una fábrica modernista, un faro y un gran molino de agua situado en el borde de un lago que vertía sus aguas en una interminable cascada que iba cambiando su contenido entre el agua, el hielo y la lava, según las ambientaciones necesarias en cada tema. Precisamente, los aspectos visuales fueron los que apoyaron a una banda que, aunque musicalmente muy efectiva, y a excepción de determinados momentos, se mostró muy estática, supongo que por las exigencias del espacio y los encuadres.

El viaje se inició en un zepelín de aspecto steampunk que una vez anclado nos llevó en primera persona hacia la gran puerta de entrada, antesala del interior en cuyo fondo se situaba el salón de doble piso cuya balconada era soportada por tres arboles muertos. Un fondo enrejado que finalizaba en una cúpula coronada por una gran N, serían los espacios ambientales entre los que se asentaba el escenario de un evento que inició con la intro de batería de “Music”.

La banda se posicionó en semi circulo que, de izquierda a derecha, contaba con el nuevo miembro de la formación, el bajista de Wintersun Jukka Koskinen, el teclista Tuomas Holopainen, el batería Kai Hakto, el multiinstrumentista Troy Donockley y el guitarra Emppu Vuironen. Lógicamente, la gran Floor Jansen presidió la parte frontal destacando sobre el resto, tanto en imagen como en protagonismo.

Tras la intro, la interpretación de la imponente “Noise” dejó claro que Floor se ha recuperado totalmente de su operación de vesícula biliar y que, por fortuna, ésta no ha dejado efecto en la voz de una Jansen siempre espectacular. El ambiente folk del tema se engalanó con el sonido del bouzouki de un Troy que apoyó la voz de la cantante holandesa, aunque sin tanto carisma como el que aportaba un Marko Hietala, que en ese aspecto se echará mucho de menos en la banda. Las imágenes de un ambiente de tarde fueron cambiando a un nocturno y estrellado cielo en el que la luz del faro aportaba espectacularidad a las melodías celticas del mismo clásico que también abrió la noche anterior.

Tras la pieza de ‘Harvest’ y sin ningún preámbulo, el concierto continuó cambiando de las melodías a la potencia progresiva de un “Planet Hell” que al igual que las imágenes llameantes proyectadas en el fondo del escenario supieron calentar el ánimo de una banda cuyo sonido y conformación se notaba más segura que lo que pudimos ver en la noche anterior.

Sin preámbulos, los teclados de Holopainen nos introdujeron en el tornado en el que se transforma “Alpenglow” de ‘Endless Forms Most Beautiful’, álbum que en el 2015 se situó en el número 1 de los charts finlandeses y que dio la bienvenida a la banda a Floor, Kai y Troy. El espectacular cambio de melodías en el que el tema pasa de potente a folk matizados por la flauta y el Bouzoki de Troy, se hicieron sumamente más efectivos gracias a las imágenes cabalísticas que se proyectaban como rotativo círculo sobre las cabezas y pies del sexteto.

Con la frase de Floor “Winter is coming…” y un panorama invernal proyectado en el fondo del enrejado escenario, un nuevo hit de carácter melódico tuvo su protagonismo, ese single que hizo que, en su día, Holopainen mostrase su enfado al ser filtrado en las redes antes de su edición. “Elain” volvió a proponer un gran momento ambiental en un show en el que, salvo la mayor dinámica de la banda, de momento no había sorpresa con respecto al del día anterior. Tampoco la hubo en el subsecuente y dramatizado “Storytime”, un tema en el que la voz de Jansen se muestra tan dinámica que es capaz de emular a la de una Annette Olzon en un tema que inyectaba energía por doquier.

Con unas imágenes de un espectacular cielo estrellado y el del faro nuevamente iluminando el nocturno firmamento, llegaron los dos primeros cambios en el setlist: el primero, introduciéndonos en la portabilidad que la nueva obra de los finlandeses propone en su parte más folk, esa que se apoyan en los sonidos de gaita irlandesa, cuyo ambiente transporta al mundo de fantasía celtica de la balada “How’s The Heart?”, interpretación alargada en una exposición en la que en este caso la voz apaciguada de Troy sí tuvo el efecto ambiental que contiene en el álbum.

Y como se suele decir… ¡Tras la calma llega la tempestad! La potente guitarra de Emppu Vuironen tuvo un destacado protagonismo en el intenso y progresivo “Dark Chest Of Wonders”, una nueva muestra de ‘Once’ que volvía a poner de manifiesto que la capacidad vocal de Floor es camaleónica y se adapta a cualquier parte estructural que se le ponga por delante, incluso como en este caso las que bordaba de manera sublime una Tarja Turunen con la que todos esperamos realice ese tándem que ya tuvo lugar en 2013, en el belga Metal Female Voices Fest interpretando el clásico de Gary Moore “Over The Hills And Far Away”, tándem que a finales del pasado año las dos divas apuntaron con la posibilidad de volver a realizar, en esta ocasión en lo que puede ser el primer álbum en solitario de la soprano holandesa.

Una nueva coincidencia en el set con respecto al del día anterior nos llevaba al ecuador de la virtual actuación, en esta ocasión retomando ‘Imaginaerium’ con “I Want My Tears Back”, esa pieza que bebe del carácter irlandés del que gozaban los clásicos de Thin Lizzy y cuya estructura es tan y tan similar a la del mencionado “Over The Hills And Far Away”, aunque en esta ocasión las melodías de las gaitas y las partes vocales amplifican su exponente folk. Con “I Want My Tears Back” volvemos a comprobar que la voz de Troy no es capaz de hacernos olvidar la potencia y personalidad que Hietala proponía en los momentos en los que su laringe actuaba de soporte vocal.

Con imágenes de montañas nevadas, dos nuevos temas de la etapa de Tarja volvieron a proponer pasión y emoción al evento, en este caso las protagonistas fueron “Even Dream”, de ‘Century Child’, y, retomando nuevamente ‘Once’, un excelso “Nemo”, en el que Floor mostró su capacidad operística, parte que también exprimió en el comentado “Even Dream”, una interpretación que contó con un intenso solo a dueto de guitarras entre Emppu y Donockley que se sumaron a la potencia del doble bombo de Hatko provocando que Floor realizase un intenso molino de cabeza.

Con un buen trabajo en los teclados por parte de un siempre sonriente Holopainen, la buena sincronización que ya mostraban en Wintersun Koskinen y Hakto, la sobria pero embriagante labor de Donockley, la moderada pasión de Vuironen y la efervescencia de una impresionante Floor, llegó otra gran sorpresa en el set: la interpretación de ni más ni menos que de aquel “Sleeping Sun” que, aún con una modulación en la voz bastante distinta a la del original, sigue poniendo los pelos de punta.

Y seguíamos sorprendiéndonos ante el set, nuevamente por sus diferencias con el de la noche pasada y también por la pasión, entrega y dinamismo que éste aportaba. Aunque con la balada de ‘Oceanborn’ la etapa de recuerdo de Tarja en Nightwish parecía cerrada, pero como veremos no fue así…

Con el feeling de la mítica balada aún en el ambiente, era hora de proponer una nueva visita al álbum que ha apoyado la idea de este streaming, y eso se dio con una nueva muestra de excelencia progresiva, de ampulosidad melódica y condición técnica, expresado todo ello en “Pan”, una de las excelencias de ‘Human. :II: Nature.’. El tema se vio arropado por las cambiantes imágenes de un día crepuscular que incrementaba, el efecto de las bases rítmicas y una guitarra punzante que apoyaba y daba fuerza a la parte operística de una composición que sabe transmitir la parte más dramática y teatral de la banda, gracias sobre todo a la entrega que mostró la ex cantante de After Forever y ReVamp.

El cierre no dejó lugar a sorpresas ya que coincidió con el anterior. Este se dio con el intenso y pegadizo “Last Ride Of The Day”, nuevamente representando a ‘Imaginaerum’. Tras un breve receso llegó el que para mí fue el momento culmen del evento, recreándose en el largo, épico y operístico “Ghost Love Score”, tema que retomaba la época en la que Tarja lucía lo mejor de su arte a la voz, un arte que Floor volvió a emular con su entrega y excelente conformación vocal en la nada fácil conducción que la inmensidad de la canción exige. Verdaderamente el perfil sinfónico de la pieza incluida en ‘Once’, unido a las imágenes aéreas sobre el lago en el que se asentaba la especial taberna The Islanders Arms, hacen de “Ghost Love Score” digno merecedor de la mención de obra soberbia, máxime cuando ésta se unió a otra muestra de la capacidad que Holopainen demuestra a la hora de componer obras de arte como “The Greatest Show On Earth”, de ‘Endless Forms Most Beautiful’, una oda a la evolución basada en las partes de la ciencia y la biología de Dawkins y las teorías de Darwin. Este fue un final de lo más abrumador y épico que dio cierre a un show reverenciado en las redes por miles de fans de todo el mundo.

Tras ello, la banda se fundió en un gran abrazo tras el que volvió para sentarse en el suelo descansando y con semblante feliz ante lo conseguido mientras Floor acompañaba con su voz los párrafos de “All The Work Of Nature Wich Adorn The Works”. Quizás esta parte no fue la más acertada para finalizar un concierto con tanta dinámica, pero aportó un aspecto de unidad a una formación que supo equilibrar la estanqueidad de movimientos con la técnica.

El zepelín nuevamente alzó su vuelo, un vuelo que esperemos nos traiga de regreso a la formación, pero esta vez en un escenario en el que podamos sentir las incomparables sensaciones de tener a la banda frente a nosotros y exaltar nuestro ánimo ante ellos.

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Esta entrada fue escrita por Josep Fleitas

4 comentarios

  • Juandie dice:

    Sea en el formato que sea esta claro que los cojonudos NIGHTWISH en directo siempre dan el cayo como en dicho concierto a través de esos temazos y estrenando nuevo bajista el cual se ve que tiene la experiencia suficiente para ofrecer un buen recital con la banda finesa.

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