Crónicas

Machine Head + Amon Amarth + The Halo Effect: Colosos del metal

«Sin duda, tanto el show de Amon Amarth como el de Machine Head se disfrutaron de una manera diferente, y demostraron lo grandes que son el escenario. Los vikingos nos hicieron saltar y contagiarnos de momentos épicos, mientras que con la maquinaria final nos hicieron estallar de locura, pasión y energía»

7 octubre 2022

Palacio Vistalegre, Madrid

Texto : Txus Tankian. Fotos: Alfonso Dávila

Amon Amarth

Estos días nos han llegado jornadas intensas en todo el territorio estatal gracias al Route Resurrection Fest, que nos ha contagiado el espíritu de Viveiro trasladado a conciertos de gran formato con lo mejor de la escena metal internacional.

El viernes en la capital tocaba el turno para el “Vikings and Lionhearths Tour 2022”, que es la denominación con la que Machine Head junto con Amon Amarth están presentándose por toda Europa. Dos colosos del metal con estilos diferentes que han hecho una gran apuesta para así poder mostrar su poderío juntos. Si bien, el día anterior en Barcelona no se consiguió ese objetivo de llenar el Sant Jordi Club y se emplazó finalmente en Razzmatazz, esta vez en Madrid sí tendríamos la suerte de poder ver el concierto en el Palacio Vistalegre, donde recordamos que ya se presentaron Amon Amarth haciendo combo junto a Arch Enemy justo antes de la pandemia.

Me llamaron la atención unos horarios muy tempranos para tratarse de un día laborable, en el que sin duda mucha gente no podría acudir, aun así, el ambiente en los aledaños desde primeras horas ya se veía festivo. El público acudió en masa desde varios puntos de nuestra geografía y hasta incluso algunos turistas viajaron expresamente.

Los primeros en abrir fueron los suecos The Halo Effect , una banda invitada que no pasó ni mucho menos desapercibida, ya que aun siendo una formación reciente creación los miembros que la componen son de alto nivel. Tenemos como frontman a Mikael Stanne, vocalista de Dark Tranquility, acompañado por ex-miembros de In Flames como el fundador Jesper Strömblad y Niclas Engelin a las guitarras, Peter Iwers al bajo, y Daniel Svensson a la batería.

The Halo Effect

No sé si fue por acústica del recinto o mi ubicación en ese momento u otros motivos que desconozco, pero el sonido no fue del todo el esperado, aunque hay que decir que el estilo y la manera de ejecutar los temas sirvió para calentar los motores en un público que se vio entregado en todo momento.

El set se basó básicamente en presentar su reciente trabajo, 'Days Of The Lost', con cuyo tema homónimo comenzaban tras una intro en la que fueron apareciendo en escena cada uno de sus miembros con una luz verde que envolvía el escenario.

La fórmula de su sonido en líneas generales nos transmitió una combinación de varios elementos entre puro metal enérgico, melodías en las guitarras, riffs contundentes con voz desgarradora y gutural.

A pesar de esa descripción a rasgos generales hay que destacar la variedad en sus temas, puesto que “Gateways” rompía con un toque diferente, que recordaba una línea más gótica dentro de su propio estilo. Su sorprendente propuesta nos supo atrapar a todos los presentes conforme iban avanzando los temas, también por la puesta en escena, con la que conectaban con el público, eso hizo que la entrega fuera cada vez mayor y la euforia se desatara en temas como “Last of Our Kind”, “Conditional” y finalmente con su hit “Shadowminds”, que dejaron para punto y final de un gran show. Una buena carta de presentación para la banda y una oportunidad de ir encendiendo fuego a una gran velada.

Los dos titanes aún estaban por llegar y el público generalmente tenía una banda predominante a pesar de estar con pasión de ver a ambos, que son cabezas de cartel y van alternando en las ciudades el orden de actuación. Hoy Amon Amarth serían los siguientes que saltarían a las tablas, y el staff se puso manos a la obra para ir preparando todos los cambios con todo lo que se avecinaba mientras el recinto ya estaba repleto.

Amon Amarth

Como si de una película se tratase, la intro comenzó a sonar y, tras caer el telón, ante nuestra vista admiramos la monstruosidad colosal de un macro concierto de rock.

Unos imponentes guerreros de gran tamaño custodiaban ambos lados el escenario. Una cabeza vikinga servía como podio para su batería, Jocke Wallgren, y como telón, una horda con un ejército dispuesto para atacar al igual que lo hicimos todos los asistentes que nos dejamos la piel con euforia mientras sonaba el poderoso “Guardians of Asgaard”.

Qué mezcla fue la de los sentimientos vividos, escuchar todo el poderío y la garra de estos imponentes músicos que se coordinaban en sus podios para ofrecernos su show, y por otro lado todos los elementos visuales que iban surgiendo conforme llegaban los temas, como las llamaradas de fuego y pólvora que seguían ofreciendo con “Raven´s Flight” y que iban sacudiéndonos de una manera estrepitosa en lo que parecían las mismísimas fallas de Valencia.

Amon Amarth

El desatar de las almas allí presentes también fue contagioso y mientras iban desgranado sus clásicos temas surgía un efecto que envolvió todo el pabellón.

Muy grande Johan Hegg ,que bien parecía el líder de una ceremonia Ásatrú del metal en la que nos tenía a todos como fieles dispuestos a seguir su mensaje, agradeciendo estar en “nuestra fiesta vikinga”, haciéndonos sentir partícipes como unos auténticos guerreros. Gran carisma en sus presentaciones y durante su interpretación de los temas. Lo vimos muy contento por el espectáculo y la complicidad que estaba surgiendo desde el minuto uno de la actuación.

El espectáculo visual fue trascendiendo en todo momento. En “Deceiver of the God” sonaban sus guitarras a lo Maiden, y tras cañonazos de humo apareció su propio “Eddie Viking”, o lo que es lo mismo, un Loki cabreado con los ojos encendidos que se paseó por la escena dominando la atención, para acto seguido continuar con uno de sus grandes clásicos donde se desató la pasión: “The Pursuit of Vikings”, con su inconfundible melodía que fue imposible dejar de corear.

Amon Amarth

Siguieron las ovaciones y cánticos futboleros en mención a Amon Amarth, y el show continuaba en varios bloques en los que no había momento alguno que pasara desapercibido. Tocaba presentar los temas de su nuevo trabajo con “The Great Heathen Army”, donde continuaban las llamaradas en lo que parecía un cántico a los dioses, que continuaron con “Heidrun” y el tema más extremo, “Destroyer of the Universe”, en el que vimos la destreza a la guitarra solista de Olavi Mikkonen junto con el resto del combo, posicionados Johan Söderberg a la guitarra y Ted Lundström al bajo. Si bien es cierto que en casi todo momento estuvieron estáticos en su podio, en ocasiones se movieron de posición alternándose, y ofrecieron complicidad entre ellos y sobre todo transmitieron energía desde sus posiciones.

Amon Amarth

Cambio drástico en la temática visual cuando apareció en escena el mar y un gran “Snekkar”, o lo que es lo mismo, un barco de guerra vikingo-serpiente, mientras el humo hacía el efecto de olas y sonaban las melodías clásicas del riff de “Put Your Back Into the Oar”, en la que nos hicieron remar, como era de esperar, y Vistalegre se convirtió en un apoteósico océano de metal con “Cry of the Black Birds”.

En “The Way of Vikings” disfrutamos en una gran batalla, con unos guerreros que realizaron una gran performance en la que los sentimientos no paran de surgir durante todo los momentos de actuación. Esto se repitió en otro de sus clásicos, “Shield Wall”, donde simplemente presidieron la escena y ofrecieron cuernos vikingos de cerveza a sus miembros para corear un “Skool” antes de que comenzará a sonar “Raise Your Horns”, en el que lanzaron confeti dorado en una recta final que coronó con “Twiglight of the Thunder God”.

Potente despedida, ya que las llamaradas fueron de nuevo las protagonistas mientras se fue sucediendo una serie de acontecimientos de apoteosis final como el Leviatán (bestia marina) que surgió del escenario, que el frontman logró combatir atacando con el martillo de Thor. Un show muy elaborado, en el que el espectáculo está asegurado en todo momento. Como si de una obra teatral se tratara, tienes la ocasión de disfrutar de la música y la pasión sin lugar a dudas.

Aunque no lo pareciera, esto no había sido todo, aún quedaba la descarga de los norteamericanos Machine Head, y después de lo vivido nos parecía que sería difícil de superar o hasta incluso poder igualar.

De repente, sin tanta obra teatral y con un concepto totalmente diferente, aparece un grupo que ha conseguido en décadas hacerse cada vez más grande, hasta llegar a un nivel superior.

Su crudeza es la fórmula. Un estilo contundente y con una base muy característica que se ha ido transformando con el paso de los años. Su líder, Robb Flynn, es una máquina demoledora tanto a la guitarra como a las voces y con la forma de cautivarnos.

Machine Head

Saltaron como bestias al ruedo a comerse Vistalegre con todo el plantel que componen Jared MacEchern, que acompaña al bajo desde la publicación del genial álbum 'Boodstone & Diamonds', así como las más recientes incorporaciones de Waclaw "Vogg" Kieltyka a la guitarra y Matt Alston en la batería, que a pesar del poco tiempo que llevan en la formación han demostrado tanto en estudio como en directo su valía.

Presentaron su recién publicado trabajo 'Øf The Kingdøm And Crøwn', dando una pequeña pincelada de algunos de sus temas, comenzando el show con el tema “Becøme The Firestørm”, que fue muy bien recibido por parte de la audiencia.

Continuaron remontándose a los clásicos temazos como “Imperium” , “Ten Ton Hammer” o “I'm Hell”, que como era de esperar generaron histeria colectiva. La crudeza, adrenalina y la forma de sentir ese sonido desgarrador que arrebataba los tímpanos con un sonido estridente y a la vez melódico nos hacían movernos de una forma descontrolada a nivel de éxtasis.

Vimos cómo el pabellón se convirtió en una zona de combate donde los monstruosos “circle pit” sucedieron de manera constante durante toda la velada en una gran amplia zona de la pista, que se extendió de manera progresiva. El fuego también estuvo presente en la escena en varias ocasiones, como si fuera artillería pesada que combinaba con el ambiente en el que nos habían envuelto con los juegos de luces y humo con los que nos evocaban una sensación de estar presentes en una gran factoría de refinería metálica. Aunque es cierto que a Machine Head no le hacen falta florituras, más bien lo que hacen y transmiten en escena y nos aportan a nuestro oídos ya es el mayor de los espectáculos que podamos recibir. Nos invaden los sentidos como si de una droga se tratase con la que no puedes parar de sentirte vivo.

Machine Head

Su formación nos hizo vibrar con su virtuosismo y movimiento constante, frenético, que no nos daba tregua en ningún momento, hasta cuando llegaban los temas más recientes como “Chøke Øn The Ashes Øf Yøur Hate”, que nos hizo explotar la cabeza por su contundencia.

Sonó el rasgado característico acorde melódico de “Darkness Whitin” y se avecinaba otro de los que se han convertido en imprescindibles de la banda, un medio tiempo impresionante, que combina y alterna con la fuerza de la formación de manera progresiva, sirviendo de punto de inflexión del show con su peculiar forma de ir adentrándonos y haciendo corear a todos los presentes.

Tras la intro de violines tocaba el turno de “Now We Die”, otro de los hits donde los cambios de ritmo vuelven a hacer estallar al público, coreando como si de un partido de fútbol se tratara.

La recta final está cargada de más adrenalina si cabe, con temas de finales de los 90 como “From This Day”, que se hizo imprescindible del género nü metal en el que se combinaban varios estilos, seguido por otra obra maestra como es “Davidian”, y acto seguido “Halo”, en el que se despedían de forma emotiva con explosión de confeti por todo lo alto.

La banda, a pesar de toda la extensión de discografía que tiene, tuvo un set muy corto aunque bien es cierto que fue seleccionado de una manera exquisita. Todos los temas hicieron vibrar, se degustaron y supieron compartirlos en extensión con el público. Se nos hizo muy corto el show a la vez que intenso, y crearon un ambiente memorable como una de las bandas más grandes y en mejor forma de las que disponemos hoy en día en el panorama metal.

Sin duda, tanto el show de Amon Amarth como el de Machine Head se disfrutaron de una manera diferente, y demostraron lo grandes que son el escenario. Los vikingos nos hicieron saltar y contagiarnos de momentos épicos, mientras que con la maquinaria final nos hicieron estallar de locura, pasión y energía. Sin duda esto es metal, y nos quedan muchos años por ver a estos colosos con todo su esplendor en los mayores acontecimientos que podamos esperar.

Por último, queremos dar gracias a la organización por su profesionalidad en un evento de tales magnitudes, las facilidades recibidas y el trato como parte de prensa, ya que fue digno de mención.

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran resumen hacia las brutales actuaciones que se marcaron AMON AMARTH, MACHINE HEAD y la nueva banda de ex componente de IN FLAMES como son THE HALO EFFECT presentando esta última su nueva placa de estudio.

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