Crónicas
Be Prog! My Friend 2018 (30 de junio)
«Nos retirábamos, una vez más, del Poble Espanyol sabiéndonos partícipes de uno de los eventos más cuidados de todo el estado»
30 junio 2018
Poble Espanyol, Barcelona
Texto: Victor Vallespir. Fotos: Hughes Vanhoucke
Tras las experiencias acumuladas en el primer día de festival, especialmente de la mano de unos A Perfect Circle que nos dejaron con la boca abierta, volvíamos a dirigirnos al Poble Espanyol de Barcelona para vivir la segunda y definitiva jornada de uno de los festivales más exclusivos del país. En esta ocasión, tendríamos el placer de disfrutar de una jornada llena de eclecticismo y calidad donde destacaría la figura del ex Genesis Steve Hackett
El segundo día del Be Prog! de 2018 se iniciaría de la mano de Plini, el proyecto de un virtuoso guitarrista que intenta lanzar al progresivo esas tendencias que Satriani y compañía marcaron con fuego en el consciente musical décadas atrás. La precisión en sus punteos y tappings fue espectacular durante todo el concurso, dejando que la banda de apoyo ejerciera de perfecto acompañamiento para unas melodías que nos acompañarían suavemente durante unos 45 minutos de espectáculo. La tranquilidad de la mayoría de sus composiciones fue la excusa perfecta para que los asistentes, que iban entrando al recinto con mucha más tranquilidad que el día anterior, fueran tomando posiciones cerveza en mano. Canciones llenas de técnica como “Moonflower” o “Cascade” llenaron de fragilidad y virtuosismo el escenario, un agradable viaje de la mano de uno de los músicos más en forma del panorama progresivo internacional. Y es que el espectáculo no solo se basaría en la calidad del músico australiano apodado como Plini, sino que toda su banda participaría activamente en el devenir del show, con constantes solos en cada uno de los instrumentos y, en definitiva, dejando la boca abierta de la mayoría de los asistentes.
Los siguientes en pisar el escenario del Poble Espanyol serían Gazpacho, una formación tan difícil de calificar como sencilla de degustar. Sus melodías navegan entre el art-rock y el progresivo de forma excepcional, con espacio entre cada uno de sus pasajes y con la calidad compositiva de las grandes bandas como Radiohead (obviamente salvando las distancias). Venían presentando ‘Soyuz’, un último lanzamiento que les ha llevado a encabezar su propia gira a lo largo de los escenarios europeos, por lo que la expectación para comprobar su estado de forma sería más que notoria. Los noruegos, con una puesta en escena sobria y elegante, basarían su repertorio en canciones de más reciente horneada como “Emperor Bespoke” o “Soyuz One” así como temas de su ya amplia discográfica como podrían ser “The Walk” o “Winter Is Never”. Sin duda se erigirían como la propuesta más nostálgica del festival, cumpliendo así las expectativas de tantos seguidores que les deseaban para cada una de las ediciones del Be Prog! My Friend.
Sons Of Apollo es la vuelta al prog metal de un Mike Portnoy que decidió juntarse nuevamente con Derek Sherinan, teclista de Dream Theater en el álbum ‘Falling Into Infinity’, para rememorar aquello de tocar metal progresivo. El resto de la banda, como no podía ser de otra forma en una formación de estas características, pura crema progresiva: de Sheehan al bajo hasta Bumblefoot a la guitarra, pasando por un Scott Soto cuyas voces retumbarían de forma fabulosa por el Poble Espanyol condal. ‘Psychotic Symphony’, de momento su único lanzamiento, es un torrente de melodías progresivas que se acercan tanto al metal de Dream Theater como a unos sonidos a lo Symphony X de lo más placenteros. En definitiva, Sons Of Apollo es una banda hecha para gustar a los fanáticos progresivos; pues allí estábamos para disfrutarlo. Temas como “Lost In Oblivion”, “Signs Of The Time” o “Alive”, dedicada al recientemente fallecido Vinnie Paul, sonaron a la perfección, con una interpretación a la altura de las circunstancias y con todos los miembros de la banda dándolo todo en escena. Como no podía ser de otra forma, Portnoy se llevó buena parte de las miradas: te guste o no el de la barba azul, pocos baterías tienen la capacidad de ejercer de frontman desde detrás del escenario. Obviamente cayeron temas de Dream Theater como “Just Let Me Breathe” o “Lines In The Sand”, con una curiosa versión de la portada de ‘Falling Into Infinity’ en la pantalla de detrás del escenario, así como cantidad de solos y virtuosismos varios que alargaron el show de la banda. Cerraron con “Coming Home” y aquello se vino abajo; sin duda, uno de los conciertos más técnicos del festival.
Finalmente llegaría el turno de Steve Hackett, el miembro ensombrecido de los sempiternos Genesis. Ha sido en los últimos años cuando ha conseguido pasearse por los escenarios de medio mundo rindiendo tributo tanto a su propio legado musical como a aquellas composiciones que, en muchas ocasiones, se vieron sepultadas por la creatividad de Gabriel y Collins. Sea como fuera, allí estaba el guitarrista para hacernos pasar dos horas de absoluta fantasía y creatividad, con un sonido perfecto en cada uno de los momentos y con la sobriedad de quien sabe que la música es la absoluta protagonista de la velada. Evidentemente dio mucho espacio de su setlist a su propio repertorio, esforzándose en dar la misma importancia a su más reciente impacto discográfico en comparación a los temas que le elevaron al estrellato del progresivo de antaño. Temas como la inicial “Please Don’t Touch” o “Every Day” tienen calidad de sobra para enamorar a la audiencia, y es que, en realidad, sus trabajos discográficos en solitario, más de 30, tienen capacidad para aguantar debidamente un repertorio de estas características. Pero aquí la gente quería escuchar los temas de los setenta, aquellas canciones que el guitarrista compuso para nada más y nada menos que siete discos de Genesis. Y allí tuvieron algunos. Canciones como “The Musical Box”, la preciosa “Firth Of Fifth” o “Los Endos” tuvieron espacio en el concierto del genio británico. Su concierto, en definitiva, fue un tributo merecidísimo a la trayectoria de un músico al que no se valoró lo suficiente en el pasado y que, ahora, busca reivindicarse tanto como parte de Genesis como ente propia en la industria musical. Sin el espectáculo de unos A Perfect Circle que nos iluminaron la noche anterior, podemos decir sin contemplaciones que este señor supo iluminarnos durante su concierto.
La noche ya se había cernido totalmente sobre nuestras cabezas y eran Burst quienes ocupaban sus posiciones para arrancar con el último set del festival. El caso de esta banda fue sin duda el más especial de todo el Be Prog! de este año: una banda disuelta en 2009 que se reunía única y exclusivamente para ese show. Los suecos vendrían a presentarnos, entre otras canciones, un último esfuerzo discográfico que data ya de 2008, ‘Lazarus Bird’. La mezcla de dulces melodías con matices metálicos hizo las delicias de los que aún aguantaban a esas horas de la noche, con una puesta en escena agresiva y con unos juegos de luces que dotarían al espectáculo del empaque final necesario. Temas como la “I Exterminate The I”, “The Immateria” o la final “Rain” sirvieron para que la quinta edición del Be Prog! My Friend cerrara de una de las mejores formas posibles. Vale, el concierto de Burst no fue ni la mitad de épico que el de Leprous del año pasado. Pero oye, que una banda se reúna única y exclusivamente para un concierto en Barcelona tiene su gracia.
Nos retirábamos, una vez más, del Poble Espanyol sabiéndonos partícipes de uno de los eventos más cuidados de todo el estado. Que propuestas como esta no falten en nuestros calendarios veraniegos. ¡Contando ya los días para el año que viene!