El surrealista concierto en el que el gato de Los Suaves cobró vida y cómo su muerte inspiró una canción

Para llegar hasta ese día tenemos que desplazarnos hasta una discoteca de Aranda de Duero (Burgos) en la que se encontraba tocando el grupo. Lo típico que se suele lanzar al escenario son rosas, prendas íntimas o camisetas, pero en este caso, a un seguidor se le ocurrió que era buena idea arrojar un gato de verdad hacia donde estaban Yosi Domínguez y compañía.

El animal se quedó cerca y, al final de la actuación, el conjunto lo cogió con una manta y se lo llevó al autobús de la gira. Una vez allí, quedaba por resolver quién se iba a hacer cargo. “Llevamos el gato al autobús y nos preguntamos qué hacíamos con él. Entonces me dijeron, ‘¿tú no eres el que hace las canciones?’, ¿tú no eres el que da la cara?, pues tú te lo llevas’”, contó Yosi en una entrevista que le hizo el actor Manuel Manquiña para la televisión gallega.

El vocalista, como líder de la formación, decidió llevárselo a su casa de aquel entonces, un sexto piso en Ourense. Yosi seguía intentando aprender a convivir con el nuevo miembro de la familia, que se dedicaba a mear la ropa del cantante, cuando recibió una fatídica llamada de teléfono: lo habían encontrado inmóvil en la acera con un hilillo de sangre en la nariz, tras caerse de una sexta planta. “Se me mató el gato y lloré y sufrí mucho”, confesó Yosi a Manquiña, antes de explicar que lo enterró en su jardín. A modo de broma (o eso queremos creer), el artista asegura que cuando llega la primavera y brotan las flores, se le oye maullar.

Lo que sí es verídico es que, su muerte le afectó tanto, que decidió componerle la canción “Miau, Miau”, que acabó en el disco de 2010 de Los Suaves, ‘Adiós adiós’, el último hasta la fecha. “Cumpliendo con su destino, cruzó el asfalto un año más, pero esta vez se quedó en el sitio sin piedad”, “en el arcén, en mis brazos, en su nariz un rojo sedal” o “rosas planté en un bancal, promesas de un agujero frío”, esas son algunas de las frases en las que Yosi va describiendo de manera poética lo que aconteció aquel día.

Pero, ¿por qué Yosi decidió en un primer momento que el gato debía representar a la banda? Él mismo lo explicó durante el cara a cara televisivo: “Yo siempre pensé en un símbolo que fuera muy fácil de dibujar y para el que no tuviera que poner mi cara. Al gato le gusta la noche, es muy delicado, es muy independiente y, además, es muy suave”.

El carismático rockero, al igual que el gato del tema, tampoco logró caer de pie aquella trágica noche de 2016, cuando se precipitó al foso mientras actuaba con Los Suaves en Santander. Eso les obligó a suspender sus siguientes compromisos y, desde entonces, todavía seguimos esperando a que los gallegos retomen la actividad.

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Anna Moher

Hada de día, princesa rockera de noche, comunicadora de sueños a tiempo completo y melómana a todo volumen. Sentada sobre columnas de libros enseño al viento cómo volar.

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