Crónicas

Volbeat: Chicas, Cadillacs y guitarras potentes

«Faltaron todas esas piezas punkarras que les hubieran aportado mayor garra y les habrían impedido irse por las ramas en determinados instantes. Repitieron más que el ajo»

2 julio 2018

Sala Santana 27, Bilbao

Texto: Alfredo Villaescusa. Fotos: Iñigo Malvido

Hay momentos en los que uno desearía que cayera napalm a paladas sobre ciertos sectores de la humanidad, especialmente sobre algunos especímenes que abundan en redes sociales. Pero en otras ocasiones adoptamos la posición de Buda, tratamos de mantener la mente en blanco y dejamos que nos embriague la armonía. Y en ese divino estado no conseguimos ni por asomo ese imposible de no pensar en nada, al contrario, nos viene a la cabeza una determinada forma de hablar casi susurrante, una cabellera cuyo solo contacto podría producir descargas eléctricas y un rostro que todavía no ha perdido la curiosidad.

Michael Poulsen

Quizás les suceda algo parecido a los daneses Volbeat y por eso abundan en su catálogo las canciones con nombre de mujer. Parte fundamental de ese universo de rock n’ roll vintage, Johnny Cash y viejos Cadillacs como los que conducía Elvis Presley, una obsesión que en realidad tampoco distaba mucho de la que podrían provocar ciertas féminas. Las palabras siguientes del Rey, así lo atestiguan: “El primer coche que compré era el más hermoso que jamás había visto. Lo aparqué en el hotel y estuve mirándolo toda la noche”.

Que todo este particular imaginario sigue calando entre el personal se pudo comprobar de primera mano en una sala Santana abarrotada en la que se acabaron agotando las entradas. Acostumbrados a contemplar auténticos paisajes desoladores a principios o mediados de semana, sorprendió toparse con semejante ambientazo en el que hasta hubo fiesta posterior para los que a estas alturas estén ya de vacaciones. El tirón de Michael Poulsen y compañía por el norte sigue siendo apabullante.

Tras un leve retraso y un calor sofocante, las estrellas contemporáneas de Volbeat irrumpieron en las tablas después de que sonara al completo por altavoces el “Walk” de Pantera, un homenaje sin duda al recientemente fallecido Vinnie Paul. “The Devil’s Bleeding Crown” puso enseguida a tono al respetable y muchos no se cortaron en corear incluso los riffs. Y es que si algo caracteriza sus bolos, es que uno puede cantar “oh oh oh” hasta que le salga por el pulmón.

Cayó su conocida revisión del “I Only Want To Be With You” de Dusty Springfield y, en ese sentido, sonarían más canciones que apelaban a féminas como “Lola Montez”. En ese recinto, casi parecía tan conocida como “Eleanor Rigby” por la descomunal entrega de la muchedumbre. Había algo de postureo por ahí con peña dando la brasa con el móvil, pero pocos grupos podrían presumir de lograr captar un nivel de atención casi total.

Poulsen se quedó solo en el escenario para desempolvar sus raíces rockabillies antes de “Sad Man’s Tongue”, una de las piedras angulares en su trayectoria. Se notaba al tipo más delgado, pero con la voz impecable, tal cual se puede escuchar en disco, aunque la preponderancia que dan a este aspecto quizás sea excesiva, sería inimaginable pensar en la banda sin esos tonos característicos reminiscentes de James Hetfield. Ellos seguramente lo saben y potencian ese detalle al máximo, por eso el vocalista se va rotando entre los diferentes micrófonos que pueblan el escenario.

Rob Caggiano

Y respecto a sus típicos coros, al final nos acabaron casi saliendo por la nariz, creo que no contamos ninguna canción en la que no apareciera algún “oh oh” incrustado por ahí, vaya cansinos. Fieles a la ortodoxia punk, también nos sobraron las charletas de hacerse el simpático, como cuando a Poulsen le dio por fijarse en las camisetas del personal y terminaron arrancándose con algunos riffs de Anthrax. Bueno, había que sacar partido al guitarrista Rob Caggiano, que formó parte de los neoyorquinos en el pasado.

Mira que es fácil ponerse a tocar y dejar de hacer el hostia, pero poco después insistieron en montar el circo mandando subir a una madre con su niña, ya que el voceras se enterneció y aseguró que su hija tendría una edad similar. Aquello tampoco fue muy efectivo como entretenimiento, aparte de que la chiquilla andaba asustada por el griterío de la parroquia, así que les colocaron en un lateral del escenario.

“The Everlasting” mantuvo el interés antes de que el cantante tuviera la urgente necesidad de preguntar a la peña si conocían a Elvis, lo cual tendría su sentido si hubiera algún millennial por la sala. El vómito comenzó a subirse por la garganta cuando muchos levantaron los brazos y los movieron de lado a lado cual hermandad hippie. Otro de esos momentos gañanes que habría que abolir de los conciertos.

Recordaron de nuevo a Vinnie Paul mandando gritar “hell yeah” y por fin pillaron un poco de brío enlazando varios temas, aunque lo de los consabidos coros ya nos tocaba los mismísimos. Pero a la gente desde luego que no, porque no eran pocos los que se arrancaban con los cánticos a la menor ocasión, eso ya era vicio.

Y ya en pleno colofón buenrollista sacaron a las tablas a unos diez chavales para “Still Counting”, que lo cierto es que la mayoría se quedaron como gatos de escayola únicamente dando palmas de vez en cuando, a excepción de la chica más alta de todas que movió la coleta al ritmo de la música. Y a modo de manifiesto contundente, machacaron con unos riffs a lo Metallica para finiquitar la sesión.

Está muy bien lo de su microcosmos de chicas, Cadillacs y guitarras potentes, pero echamos de menos temazos adrenalínicos como “Radio Girl”, “We” o esa suerte de tributo a los Ramones que han colado en su último disco llamado “Rebound”. En definitiva, que faltaron todas esas piezas punkarras que les hubieran aportado mayor garra y les habrían impedido irse por las ramas en determinados instantes. Repitieron más que el ajo.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

7 comentarios

  • MBG dice:

    Qué pena! Una crónica falta de tal, no se habla de lo que importa que es la música.. sólo se comenta lo que no le gusta a la persona que firma el artículo. Parece ser, que para esta persona ser rockero, metal o punk significa ser un gilipollas integral, que mete bulla, es un borde, no hable con nadie y que se dedique a insultar al personal o ser el más malo del lugar, sin importar como suene su música... Siento discrepar.
    Supongo que los hippies, como los llama, que estuvieron en el concierto de anoche disfrutaron sin duda de un gran concierto, de una de las mejores bandas de los últimos años y de las pocas que siguen el legado de los grandes (ya que por desgracia cada vez hay más gilipollas, bordes y estúpidos que crean RUIDO (y no en el buen sentido) pero eso sí, son muy malos.
    Si al que escribe no le gustan los coros, no le gusta que la hermandad hippie levante y mueva los brazos de lado a lado, etc; es SU OPINIÓN PERSONAL no una crónica ni una crítica. No analiza el concierto, no he leído si sonaban bien, si los riffs eran buenos, si las guitarras sonaban afinadas o si la batería llevaba el ritmo impecablemente; de lo único que me he enterado con este artículo es que, obviamente, a la persona que lo ha escrito, no le gustan y que ha analizado tonterías..
    En fin, que siento que se haya hecho esta "crónica" yo más bien lo pondría en las páginas de opinión.

    • MissTK dice:

      Completamente de acuerdo contigo.

    • Marta dice:

      De acuerdo contigo. No veo la crónica aqui... sonaron increíble, movieron al personal como nadie, el setlist gustó y lo defendieron sin problemas. Un gran concierto y una lástima de crónica.
      Un saludo un

    • midnitemover dice:

      Si este señor no disfruta de los conciertos, y los pone a parir, para que acude a ellos. Este señor pretende provocar con una socarronería reaccionaría. Sus comentarios son dañinos para la salud. Larga vida al rock

    • marcos dice:

      Completamente de acuerdo contigo, he estado en el concierto y sinceramente y a titulo personal para mi ha sido un conciertazo, se han involucrado con la gente al 100% y TODA la gente que estaba a nuestro lado se lo estaba pasando de puta madre y no he escuchado ni un solo mal comentario del grupo de Poulsen, así que vuelvo a decir que estoy completamente de acuerdo contigo.

    • Maximiliano Neira dice:

      Hace poco estuvieron en Buenos Aires y son de lo mejor de los últimos años. Originales y con un sonido brutal. El que hizo esta crónica obviamente no parece muy fan de esta gran banda.

  • sestao dice:

    Estuve y volvería a pagar la entrada gustosamente, con eso lo digo todo. Estuvieron de 10....

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