Crónicas

Mujeres: Una punkarrada de impresión

«Dicen por ahí que son indies, pero lo que presenciamos fue una punkarrada de impresión, con un repertorio frenético en el que era imposible aburrirse e instantes realmente vertiginosos en los que pudo salir humo de sus instrumentos. Para repetir mañana mismo.»

19 septiembre 2021

Sala BBK, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Al igual que sucede en otros ámbitos de la vida, dentro de la llamada filosofía del underground hay también mucho postureo. No es extraño ver bandas que se consideran independientes o alternativas, pero luego están en una multinacional y sus maneras tampoco son de lo más humildes. Pero frente a las estrellitas de cartón piedra siempre prevalecerá la gente auténtica, esos a los que la fama se la suda por completo, no poseen aspiraciones grandilocuentes y su único propósito en la vida es pasarlo lo mejor posible. Que son dos días y uno llueve dicen.

Esta voluntad sobresale en ese grupo de amigos que se conocieron en la universidad y que se hacen llamar Mujeres, un conjunto en el que sobresale el carismático bajista Pol Rodellar, uno de nuestros ídolos periodísticos junto a Kiko Amat, autor del desternillante libro ‘Carrer Parlament: ¿Quién querría un futuro pudiendo beber vermut?’ y protagonista de inolvidables reportajes de Vice como aquel en el que se comió un kebab de más de dos kilos y casi muere en el intento o su propósito de sobrevivir a base de comida procedente del Ejército Español. Que viva la cultura trash.

Ya habíamos leído previamente que se criaron tocando y viendo conciertos en casas okupas, por lo que barruntábamos que su bolo en la sala BBK de Bilbao sería frenético, aunque ni de lejos imaginábamos que tanto. En este sentido, su filosofía podría englobarse por completo en la del punk, con pildorazos de adrenalina de escasos minutos de duración que se sucedían a velocidad de vértigo y con el único respiro que nos otorgaban las chorradas que soltaba Pol Rodellar entre canción y canción, un tipo realmente ingenioso en ese aspecto, a la altura del inefable Jorge Ilegal.

Con pocas sillas vacías a la vista, casi podría decirse que Mujeres venían a la capital vizcaína a mesa puesta, pues la mayor parte del respetable sintonizó con su rollo desde el minuto uno. Y lo cierto es que no era raro animarse con temazos del estilo de “Cae la noche” o “Besos”, auténticas bombas en las distancias cortas.

Se mostraron además empáticos al decir que no iban a beber en solidaridad con el público que tenía prohibido hacerlo y no tardaron en alabar lo mucho que se oían los aplausos. Es una pena que el recital no se realizara de pie, porque se podía haber montado una buena. De hecho, delante de nosotros había unas chicas bailongas a las que realmente les costaba permanecer quietas en los asientos y que desde luego animaron el cotarro ante la proliferación de gatos de escayola por decreto.

Como era de esperar, dieron cancha a su último EP ‘Rock y amistad’ con el mismo corte homónimo o la enorme “Un glorioso año”, que grabaron junto a Los Punsetes y que conserva toda su mala leche. Y Pol Rodellar además pidió a la peña que no se cortara a la hora de hacer cualquier comentario o sugerencia. Cómo molan esos conciertos interactivos en los que los espontáneos sueltan lo primero que se les pasa por la cabeza.

Los catalanes seguían a piñón fijo, a pesar del leve aire ye-ye de “Tu y yo”, e incluso había alguna que otra pieza que recordaba a combos tipo Polanski y el Ardor. Su intencionado amateurismo sobresalía en “Un sentimiento importante”, con una leve dosis de almíbar en la línea de Los Fresones Rebeldes. La temperatura era tan idónea para el desfase que Rodellar hasta se animó a tocar en el borde del escenario, algo muy saludado por la concurrencia. En cierta manera son un grupo muy a la vieja usanza, así que ya sabéis, el que os diga que son unos modernos, miente como un bellaco.

La bilis y el siniestrismo de “Siento muerte” les emparentaron con Biznaga y situó su bolo en uno de los momentos cumbre. Pensamos que tienen que acabar reventados dando semejante tralla. Menos mal que ahí está siempre Pol Rodellar para recuperar fuerzas con sus descacharrantes ocurrencias, como reivindicar el adjetivo “delicado”, algo que no parece que vaya a convertirse en una mayoritaria petición popular en breve.

Quedó patente que eran tipos normales con preocupaciones mundanas cuando el batera aprovechó para comentar que había escrito un cómic en la editorial Astiberri llamado ‘Un fantasma’. Y encima está ambientado en un futuro cercano asolado por una pandemia. Pol Rodellar empleó su turno de palabra para pedir trabajo, aunque estaría mejor que escribiera otro libro tan hilarante como el primero. El vocalista, por su parte, se puso una meta más modesta, que lo llevaran a Barcelona a currar. Pan y trabajo, el objetivo de los humildes de verdad.

La conexión Ramones o Airbag llegó con “Aquellos ojos” y en “Romance romántico” también rememoraron los amores adolescentes típicos de las canciones de estos últimos. Eran muy entretenidos, no cabe duda. Su extrema sencillez les impedía del mismo modo entregarse a paripés habituales en el mundo del rock como lo de hacer bises, según nos confesaron, por lo que sin pompa alguna se despidieron con “No volveré” de los navarros Kokoshca, que precisamente habían tocado en ese mismo recinto la semana pasada. No se les caen los anillos por rescatar temas de otros.

Dicen por ahí que son indies, pero lo que presenciamos fue una punkarrada de impresión, con un repertorio frenético en el que era imposible aburrirse e instantes realmente vertiginosos en los que pudo salir humo de sus instrumentos. Para repetir mañana mismo.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Muy buena y currada actuación en dicha sala bilbaina por parte de estas banda como son MUJERES presentando su nuevo Ep de estudio junto con temas de antaño.

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