Crónicas

Kaotiko + Endemia en Bilbao: Culpa de todos

«Que un concierto saliera tan perfecto en cuanto a actitud y entrega, encima y debajo de las tablas, fue culpa de todos, como si fuera un único colectivo unido por la música»

8 marzo 2025

Kafe Antzokia, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

El mayor indicativo de que un grupo está realmente vivo es la capacidad para agotar recintos con meses de antelación. Normalmente, cuando sucede ese hecho, cada vez más frecuente, es que hay algo muy sólido detrás. La recompensa al trabajo realizado durante décadas, años de patearse la carretera tocando en lugares humildes hasta pegar el salto a las salas de aforos considerables. Y todo ello sin vender el alma a los sonidos amables y facilones que suelen emponzoñar el ambiente. ¿Es o no es motivo de celebración?

Kaotiko

Llegar al cuarto de siglo no resulta una hazaña sencilla en los tiempos que corren, por lo que no sorprende que los alaveses Kaotiko lo hayan conmemorado regrabando sus “grandes éxitos” en el recopilatorio ‘XX5’, lo ponemos así entre comillas, porque tampoco estamos hablando de pop empalagoso ni de cortes radiados hasta la extenuación en radiofórmulas. Son himnos por vocación popular, porque así lo ha querido la gente que cantaba a pulmón en los conciertos.

En el bolo en el Kafe Antzokia bilbaíno sorprendió de primeras la desmedida abundancia de juventud pululando por al ambiente, para los que digan que el rock es un reducto para viejos y otras tonterías semejantes. Un respetable que fue calificado por un punk veterano como “demasiado pijo”, algo que nos subrayó diciendo: “Pero ponlo, ¿eh?”. Y en esas estamos, aunque en realidad tampoco percibiéramos excesiva mojigatería, lo que sí había era un entusiasmo fuera de lo normal, lo cual siempre mola cuando uno acude a un evento de estas características.

Endemia

Calentaron el percal los punkis costarriqueños Endemia, que llevaban dándole al asunto desde 1999, que se dice pronto. Esta veteranía se notó en una encomiable solvencia sobre las tablas, una actitud brutal de comerse el mundo y temones para dejarse la garganta y lo que haga falta, caso de “Autodestrucción”, “Sube el volumen” o “Santa Clara”, que dedicaron al pueblo cubano. Definieron a los protagonistas de la noche como “familia” y a buen seguro dejarían una grata sensación en la mayoría de los asistentes. Un auténtico descubrimiento, ojalá volvamos a verles por estos lares.

Contar con una afición realmente entregada desde el primer segundo no suele ser habitual, pero eso es lo que sucedió desde que irrumpieron Kaotiko en el escenario. Como si pulsaran una especie de interruptor colectivo, el personal se agolpó en las primeras filas y se montaron los consabidos pogos que no cesarían hasta el final del concierto. A mesa puesta, por algo los propios músicos definieron a Bizkaia como su “segunda casa”.

Kaotiko

Lo cierto es que el show fue como un tiro, con himnos del calibre de “Adicto”, “Código rock”, “Destino escrito” o “La culpa la tienes tú” en los primeros momentos era imposible aburrirse, mucho menos viendo a una parroquia tan emocionada, no nos extrañaría que fuera el primer concierto para muchos de ellos. Los que dicen que ya no hay jóvenes en los conciertos, se equivocan, solo hay que fijarse en eventos como el de esa noche.

“Oh Caroline!” siguió surtiendo de munición para calentar gargantas y lo que sucedió en “En el barrio de latón” fue más allá del tradicional pogo, con el público dividido en dos mitades en una especie de “wall of death”. El subidón se aprovechó con “Un mal sueño”, otra incitación a elevar la voz hasta la estratosfera.

Kaotiko

Allí no había pausas ni descansos, era uno de esos bolos en los que si parpadeabas ya te perdías bastante. Frente a tanto aficionado a marear la perdiz o soltarte discursitos cargados de lugares comunes que no vienen al caso, cómo se agradece que un grupo salga a piñón fijo, sin brasas ni mierdas, algo que cada vez se estila menos. Que la música hable por sí sola, no se necesitaba mayor acompañamiento.

“Aleluya” se recibió como un salmo subversivo para reforzar todavía más la comunión entre los fieles y “Fuera de juego” caldeó los ánimos a un nivel ya impresionante, si es que aquello era posible, pues ya hemos dicho que allí no había convidados de piedra. La chavalada apoyó a la banda con una entrega que ya nos gustaría ver en conciertos de otros estilos.

Kaotiko

En una jornada tan especial como la del Día de la Mujer Trabajadora se acordaron de la lucha de las féminas en “Preso 2023”, donde hasta se subió un espontáneo a las tablas, algo que ya estaba tardando en suceder y que valió para rubricar este estertor final.

Pero la inmortal BSO de ‘El bueno, el feo y el malo’ nos dio a entender que la cosa no había terminado, por lo que no tardaron en regresar para los bises con “Paranoia” y luego las inevitables “Rico deprimido”, que desencadenó un círculo entre la peña, y “Otra noche”, con la presencia de los invitados Endemia y los fans tan agolpados en las escaleras como un embalse a punto de desbordarse.

Que un concierto saliera tan perfecto en cuanto a actitud y entrega, encima y debajo de las tablas, fue culpa de todos, como si fuera un único colectivo unido por la música. Como muestra del furor que dominaba el ambiente, mencionar que cuando encendieron las luces, ahí no se fue nadie, muchos intentaron subir al escenario para que les firmaran diversos objetos. La de tiempo que hacía que no veíamos una pasión tan sana. Para enmarcar.

Alfredo Villaescusa
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