Crónicas
Hellsingland Underground en Bilbao: Ecos de porche sureño sueco
«Seguro que los ecos de su porche sureño sueco se escuchan hasta en Alabama.»
20 abril 2023
Kafe Antzokia, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Nacer en un determinado lugar en la mayoría de las ocasiones es un simple accidente del destino y a menudo no influye en absoluto en el desarrollo interior de una persona, por mucho que algunos supremacistas intenten convencernos de lo contrario. Uno puede haberse criado entre nieve y pistas de esquí y sin embargo alucinar con la playa, la costa oeste californiana y todo aquello que evoque ese estilo de vida. La casa reside donde está el corazón, como decían los anglosajones.
Al vocalista Charlie Granberg de Hellsingland Underground probablemente le suceda esto último, pues acostumbraba a componer canciones sentado en el porche de su pequeña casa a orillas del río Ljusnan, en Ljusdal, Hälsingland. Una estampa que tiene que resultar curiosa en medio del frío nórdico, pero que seguramente no se encuentre tan alejada de la de aquellos que se inspiraron cerca de las legendarias aguas del Mississippi. El caso es encontrar un espacio al que llamar hogar.
Es evidente que el lugar en el que estos escandinavos se sienten como pez en el agua estaría a medio camino entre el rock americano en la estela de Neil Young y el rock sureño tipo Lynyrd Skynyrd, nada que invente la rueda, vamos, pero que tampoco resulta tan sencillo de interpretar con la dignidad y convicción necesaria. Por si fuera poco, en su parada en la capital vizcaína, la afluencia no fue tan desbordante como imaginábamos, aunque es en esos lances donde se distingue a los profesionales de verdad de los meros pintamonas.
Y Hellsingland Underground pertenecen sin duda a ese selecto grupo de cruzados de la cultura a los que les da lo mismo que la sala se encuentre a rebosar o con cuatro monos. Quedaron tan contentos con su bolo en el bilbaíno Kafe Antzokia que hasta lo calificaron en sus redes sociales como “uno de los mejores conciertos de la gira”. Como nos relataron, encima el día no debió comenzar nada bien, puesto que robaron el móvil a su tour mánager, por lo que su triunfo se convirtió en una especie de acto de justicia poética.
Llamaron la atención de primeras con “Young & Dumb”, que abre del mismo modo su último trabajo ‘Endless Optimism’ y por su sonoridad se acercaría a algún clásico de los años 70. No sería descabellado que alguno de sus fragmentos recordara tanto al “With a Little Help from My Friends” versión Cocker como al legendario “Free Bird” de Lynyrd Skynyrd.
“Hustlin’ Around” siguió escarbando en la música norteamericana, mientras los dos guitarristas se hacían notar cada vez más, acercándose a la peña o levantando mástiles. Desde luego los tipos lo vivían de veras, lo cual siempre se agradece, pues pocas cosas puede haber más tediosas que toparse con bandas que ofician con el mismo entusiasmo con el que un funcionario madruga cada mañana. La pasión que no falte.
Enlazaron con la presentación del grupo en “Stickin’ With You”, a un servidor ese tipo de cosas siempre se le hacen bola, aunque en esta ocasión tampoco se enredaron demasiado. Incitaron a meter “mucho ruido”, pues así se disfrutaría más, en su opinión, y su competente cantante también alabó a la concurrencia al decir que “hablaban mucho” y “muy rápido”, algo que le encantaba al susodicho.
“You Saved Me” reveló que en el tema de los coros estaban muy rodados y “Time is Elastic” volvió a poner el foco en el rock clásico del otro lado del Atlántico. Otra pieza que parece un milagro que se haya compuesto en pleno siglo XXI por esa hipnótica fragancia a clásico que posee. Si el personal hacía ya tiempo que comía de la mano de los suecos, los ánimos se desbordaron cuando los guitarristas se metieron entre la concurrencia. Los espectaculares punteos que se marcaban eran una fortaleza indiscutible más.
El vocalista aseguró que “Golden Haze” solía gustar a la gente y lo cierto es que se antojaba un tema redondo, ideal para las distancias cortas. “Strangest Kind of Mind” poseía de igual manera rasgos de himno, una sensación reforzada por el duelo de guitarras que se cascaron los inquietos hachas. Para que luego alguien tire del tópico de que los suecos son parados o no tienen sangre. Estos no, evidentemente.
Sin discusión, uno de los mayores picos del recital fue “It Started with a Teardrop”, con ese soberbio aire a lo The Faces o Rod Stewart que te hace mover la cabeza aunque no quieras. No podrían haber elegido pieza mejor para retirarse dejando un inmejorable sabor de boca. Normal que la peña reclamara los bises casi de inmediato. Y encima llevaban dándole al asunto como hora y media. Habían cumplido de sobra.
Regresaron con una propina de campeonato compuesta por “Dizzy Jonsson & The Rovers”, otra composición sentida de las que ponían piel de gallina, y “Earth’s Gonna Shake”, con unos coros aullantes de querencia stoniana. En teoría ahí debería haber acabado el bolo, pero los escandinavos se sentían tan cómodos que se arrancaron con “Northern Country Boy”, una de las primeras piezas que compuso el vocalista, como nos confesó. Todo un ejemplo de su palo algodonero del norte.
Lo cierto es que un servidor tampoco se considera un auténtico forofo de este género, aunque eso no impide valorar cuando nos topamos con un grupazo de semejante envergadura. Tipos de campo hasta la muerte, como decía una estrofa del último tema que tocaron. Seguro que los ecos de su porche sureño sueco se escuchan hasta en Alabama.
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1 comentario
Extenso resumen hacia el buen y rockero concierto que se curraron los suecos HELLSINGLAND UNDERGROUND con el mejor aroma rockero de los 70 en el Antzokia bilbaino.