Crónicas
Godspeed You! Black Emperor en Bilbao: Cuelgue hipnótico
«Tuvimos más la sensación de haber salido de una sala de cine que de un concierto al uso, el cuelgue hipnótico duró algo más de hora y media, con sus picos y sus valles, sus luces y sus sombras. Y al fondo, el viejo proyector presidía la función, como un miembro más de la banda, una señal del paso inexorable del tiempo»
4 marzo 2025
Kafe Antzokia, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
La necesidad de sentirse especial puede convertirse en un arma de doble filo. Por un lado, puede tornarse una herramienta válida de cara a superar viejos temores e inseguridades, pero también es capaz de generar criaturas sectarias que favorecen el borreguismo y el pensamiento único, por algo siempre se dijo aquello de que el sueño de la razón produce monstruos. Nada más cierto en el caso de esos seres que viven para ir a su concierto del año a ser vistos, alguien les había dicho que había que estar, y ahí se plantan sin tener ni la más mínima idea del espectáculo que iban a contemplar.
Hay que dejar las cosas claras, escuchar a los canadienses Godspeed You! Black Emperor proporciona un aura de respetabilidad quizás mayor que Pink Floyd o Yes, referencias que retrotraen a la noche de los tiempos y que despejan cual aguarrás cualquier mantra de modernidad. El post rock es el nuevo prog (bueno, hace tiempo que lo es), por lo que no sería extraño toparse con tipos de esos que se sujetan el mentón y mueven ligeramente la cabeza, más como si Einstein les explicara la teoría de la relatividad que como si estuvieran en un concierto de rock.
Diría incluso que el postureo de muchos de los congregados en aquella ocasión en el bilbaíno Kafe Antzokia nada tenía que ver con esto último. Como colofón al aire de falsa superioridad que sobrevolaba por el ambiente, había por ahí unos que preguntaron si el telonero era miembro del grupo principal, así andaban de información.
Esta anécdota surrealista tenía cierta explicación al toparse con Matt Ball, un señor que dedicó su escaso tiempo a acercar la guitarra a los amplificadores y juguetear con la distorsión. Una tomadura de pelo que a un servidor se le antojó un tostón insufrible, pero que recibió de manera incomprensible los clásicos aplausos del respetable al terminar cada “canción”, si es que merecían tal calificativo. El pensamiento gregario era tan mayoritario en el recinto que si hubiera salido un mono con maracas, seguramente le habrían vitoreado igual. O bueno, tal vez el problema resida en que no pillamos la broma. Para chistes, preferimos a Eugenio.
Prescindir del factor sorpresa en un combo de las características de Godspeed You! Black Emperor es quitar demasiado. Como ya les vimos en el mismo recinto allá por 2019 sabíamos que una pantalla gigante con las palabras “Hope” iniciaría la velada, dando lustre a esos proyectores analógicos que son todo un detalle de artesanía en la era digital, casi como si hoy en día te sacan un walkman o una cinta de casete, productos de una época pretérita que deberían estar en museos para que la gente los reverenciara y entendiera su auténtico valor.
“Hope Drone” sirvió por lo tanto para ir sumergiéndose en su rollo, que es muy espeso para el comienzo de semana. Su habitual distribución en el escenario en círculo, en plan campamento de colegas, es otra de esas cosas que tampoco se suelen ver a menudo, salvo en otros grupos del género o en rollo soul. Con un escenario en penumbra, la única luz que sobresalía era la de la pantalla la mayor parte del tiempo, por lo que a veces la sensación era más de estar en una sala de cine que viendo un concierto, faltaban las palomitas.
El impronunciable título del último disco de los de Montreal hace referencia al número de palestinos muertos en Gaza cuando terminaron de grabar el álbum, por lo que la conciencia política de la banda, con ideas anarquistas, estaba asumida de antemano. No en vano una parte importante del recital estuvo compuesta por los tres primeros cortes de su más reciente lanzamiento, “Sun Is A Hole Sun Is Vapours”, “Babys In A Thundercloud” y “Raindrops Cast In Lead”, aunque precisamos que reconocer piezas de esta gente es verdaderamente una tarea titánica.
Ya solo contemplar a esa colosal banda formada por tres guitarristas, dos bajistas, dos percusionistas y un violín era todo un espectáculo. En este sentido, el sonido acompañó bastante, aunque la afluencia de personal hizo que permanecer de pie fuera una suerte de penitencia más bien incómoda. La mentalidad de un concierto de rock ahí ni se esperaba, por lo que al que le restaran un milímetro de su campo de visión se indignaba como si estuviera en La Scala de Milán. Es una lástima que a estos adalides de las buenas costumbres no les perturben demasiado el insufrible cotorreo ni los malditos móviles, rezamos por el día en que los prohíban en los conciertos. Si en la ópera o en el teatro a nadie se le ocurriría dar por saco con dichos cachivaches, ¿por qué en la música se permite con escandalosa impunidad?
Volviendo al bolo en sí, al margen del protagonismo a lo último editado, también rescataron “Fire At Static Valley” o “World Police and Friendly Fire”, entre otras piezas de un cancionero no apto para todos los públicos. Había que tener el día para aguantar sus infinitos desarrollos instrumentales o esas recargadas atmósferas preciosistas, algunas de belleza arrebatadora, no cabe duda.
Y como en las grandes obras, el final también resultó un tanto curioso, con los diferentes miembros levantándose de su silla, como si pasaran a otro plano existencial, sin importar que el resto de instrumentos siguieran sonando. La última estampa con el escenario vacío en un mar de acoples fue una instantánea difícil de olvidar. Esto no era pop ni tonadillas para canturrear en la ducha.
Tuvimos más la sensación de haber salido de una sala de cine que de un concierto al uso, el cuelgue hipnótico duró algo más de hora y media, con sus picos y sus valles, sus luces y sus sombras. Y al fondo, el viejo proyector presidía la función, como un miembro más de la banda, una señal del paso inexorable del tiempo.
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1 comentario
Buen resumen hacia el currao concierto que ofrecieron los GODSPEED YOU junto a estos buenos y conocidos temas en la mitica Antzokia bilbaino.