SKID ROW + BUCKCHERRY: ELIXIR DE JUVENTUD

Josh Todd (Buckcherry)

Sala Santana 27, Bilbao

Aquellas cosas que nos pasan en plena adolescencia se quedan grabadas a fuego en el subconsciente. La gente que frecuentábamos, los lugares por donde parábamos y por supuesto los grupos que escuchábamos. Luego se supone que uno evoluciona y tal, o más bien digamos que amplía sus miras, pero esas sensaciones siempre permanecen allí y a veces bastan unas simples notas para que se active toda una cascada de recuerdos igual que con la famosa magdalena de Proust.
“Yo en realidad vengo por Skid Row, que los oía mucho en mi juventud”. Tal era el lema de gran parte de los asistentes que se acercaron a la sala Santana a reverdecer laureles y evocar épocas en las que uno probablemente no tenía demasiadas preocupaciones al margen de salir, pillarse un buen ciego y de vez en cuando estudiar, o por lo menos parecer que se aprovechaba el tiempo.
Se había configurado además un cartel muy atractivo con Buckcherry, una de esas bandas que sigue la estela del macarrismo angelino y no tienen reparos en airear politoxicomanías y el lado salvaje de la vida del que hablaba el añorado Lou Reed. Era por tanto una cita fundamental, un aperitivo perfecto además, del Azkena Rock Festival que se celebraba los días siguientes.
Con una afluencia considerable desde primera hora, por motivos laborales no conseguimos llegar para los galeses Buffalo Summer, pese a que se antojaba interesante su propuesta añeja a base de un poco de Free, una pizca de Lynyrd Skynyrd y otros aliños como Led Zeppelin. Pero por lo que nos comentaron, resultaron muy competentes y dieron la talla en el plantel estelar sin desentonar lo más mínimo.
“¡Me encanta la cocaína!”. Ese fue el grito de guerra de Joshua Todd al frente de Buckcherry antes de que empezara el desmadre con “Lit Up” y no bajaran el fuelle con la frenética “Broken Glass”. El escuchimizado y tatuado voceras recoge el legado escénico de Steven Tyler, Axl Rose y demás macarras y no para un momento, aparte de incitar a la peña al movimiento, alguno incluso se quitaba la camiseta tratando de emularle. El tío a veces fanfarroneaba sin pudor y se vanagloriaba de tener “unos grandes cojones”, según afirmó antes de “Gluttony”. Tipos auténticos de este calibre deberían permanecer en reservas naturales y servir de ejemplo a las generaciones venideras.
En cuanto al repertorio, combinaron trallazos tipo “Porn Star”, dedicada a “una gran polla”, con piezas más sentimentaloides en plan “Everything” o “For The Movies”, donde se notaba más que nunca esa herencia a lo Guns N’ Roses que muchos han visto en ellos. Tuvieron su momento álgido en la descarada y funky “Crazy Bitch”, que les quedó niquelada intercalando el “Miss You” de Rolling Stones y punteos que remitían a Hendrix. Lamentablemente, la cagaron bien terminando con la pachanga “I Like It” de Icona Pop, retitulada como “Say Fuck It”, que en nuestro país ya versionara el petardo de Mario Vaquerizo y sus Nancys Rubias.
A veces las formas lo son todo y que te empiecen un bolo después de sonar por los altavoces a toda pastilla el “Blitzkrieg Bop” de The Ramones ya predispone de una manera positiva. Está claro que los Skid Row del nuevo milenio no quieren descuidar la actitud, quizá por eso recurrieran a “Let’s Go”, un pepinazo de su EP ‘United World Rebellion: Chapter One’. Ya que nunca habíamos presenciado a esta reencarnación de los de New Jersey sin Sebastian Bach, en lo primero que nos fijamos fue en el voceras Johnny Solinger, ataviado con gafas de sol y un pañuelo en la cabeza a lo Axl Rose. Parece mentira, pero en pleno 2014 todavía es posible encontrar cosas así. En lo relativo a sus habilidades para el cante, no se desenvuelve mal, aunque uno tenía la sensación de haber escuchado ese mismo tono unas cuantas veces.
Sabedores de que la concurrencia lo que esperaba eran los grandes clásicos, no tardaron en responder con un aceptable “Big Guns”, “Makin’ A Mess” o “Piece of Me”. Los temas eran sobresalientes, no cabe duda, pero un carisma de envergadura no se puede sustituir con cualquier cosa, y en eso precisamente es en lo que falla Solinger: no tiene el más mínimo rasgo de personalidad que te permita distinguirle entre las cien mil copias que pueblan el panorama angelino.
En ocasiones no basta con una ejecución impecable, sino que es necesario transmitir sensaciones y dotar a las composiciones de una cualidad especial que las haga únicas. Por eso mismo, “18& Life” ni de lejos alcanzaba las cotas de emoción que le insuflaba Bach, el efecto será al de otro grupo versionando esa canción, que por supuesto la puedes disfrutar, pero no es lo mismo ni por asomo.
“Thick Is The Skin”, otro corte de la era Solinger, se vivió con el apasionamiento con el que las vacas miran al tren, mientras que en “In A Darkened Room” se echaron bastante de menos los gritos de Sebastian, aunque es de justicia señalar que tampoco lo hicieron nada mal. Rindieron homenaje por segunda vez a The Ramones con un “Psycho Theraphy” cantado por el bajista Rachel Bolan, con menos garra que la original y un tufo a versión que echaba para atrás.
Volvieron a apelar al corazón con “I Remember You”, entonada en un inicio por el respetable, y se acordaron de todos esos temas que les dieron popularidad hace ya más de veinte años, como “Monkey Business”, y en los bises los archiconocidos “Slave To the Grind” y “Youth Gone Wild”, que seguramente cualquiera habrá cantado en un garito un sábado por la noche. Desplegaron un embriagante elixir de juventud al que le faltaba no obstante uno de sus ingredientes básicos.

Texto: Alfredo Villaescusa

Fotos: Marina Ruano

• Acerca de
• Últimas entradas

Redacción

El equipo de redactores de MariskalRock te trae toda la información del mundo del rock y del metal, en todas sus vertientes.

¡Síguenos!

       

Últimas entradas de Redacción (ver todo)

• De trabajar como abogado en Washington D.C. a tocar la guitarra en la banda de Steve Vai: “Estaba siguiendo la elección segura que me dictaba la sociedad” - 27 abril 2024
• Kerry King (Slayer): “Si no tengo ni diez segundos para hacer feliz a alguien, entonces soy un jodido gilipollas” - 27 abril 2024
• Un profesor publica “La filosofía es La Polla”, un libro que explora las corrientes de pensamiento a partir de las letras de Evaristo Páramos en La Polla Records - 27 abril 2024