Viaje a Seattle: Con el corazón en un puño en la cuna de Kurt Cobain y Jimi Hendrix

4 abril, 2016 2:35 pm Publicado por  4 Comentarios

En el corazón de una de las ciudades claves en la historia del rock americano

Inexorablemente unida a la historia del rock, no siempre hemos tenido la oportunidad de conocerla con la profundidad que podemos conocer Londres o Nueva York. Con motivo de un largo viaje que Roser Montané Tardá realizó por Estados Unidos, y el aniversario de la muerte de Kurt Cobain (5 de abril de 1994), nuestra inquieta redactora y colaboradora nos cuenta toda la historia y toda la leyenda que las figuras de Jimi Hendrix y el líder de Nirvana imprimieron a esta singular y gris ciudad.


Sorprendentemente, el día que llegué a Seattle no llovía y, aún más sorprendentemente, al bajar del tren asomó un rayo de sol. Para quienes no hayan estado, o para quienes no lo sepan, en Seattle siempre llueve. Y casi siempre hay niebla. Es la capital de Washington: un estado repleto de bosques, lagos y montañas al oeste de Estados Unidos, con la costa bañada por el Pacifico.

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Vista de Seattle desde un ferry

Los pocos rascacielos de Seattle se concentran cerca de la costa y, desde ellos, se divisan decenas de islas y ir y venir de los ferrys. En Seattle nació Jimi Hendrix; en Seattle triunfó Nirvana. El olor de la ciudad es una mezcla de sal y asombro, con toques de autenticidad y suburbio.

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Exterior del Pike Place Market

El Pick Place Market es el centro neurálgico de la cultura y los artistas callejeros. Hubo un día en el que todos vestían pantalones de pana con campana y camisas de colores; más adelante, camisetas con agujeros y chupas de cuero. Hoy, una pareja de ancianos tocan musica folk con un ukelele y un contrabajo, y dos jóvenes el cajón y una guitarra. Lo hacen rodeados de paradas de flores y piedras con mensajes de amor, felicidad y suerte.

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En el interior del Pike Place Market, con varios músicos demostrando su talento.

Saber que andas las mismas calles que han andado Kurt Cobain o Jimi Hendrix te llena de emoción y adrenalina. ¿Cuál es su herencia? ¿Qué fue del grunge?

Hay varias rutas que los fans han ido documentando para poder hacer un paseo por el rock en Seattle. Muchas de ellas empiezan en Aberdeen, el pueblo natal de Kurt Cobain. Otras en Renton, donde yace Hendrix. Yo empecé por The Moore Theater, histórico teatro de 1907 en la 2nd Ave, donde grandes bandas han grabado discos, han rodado videoclips, y han interpretado magníficos directos. Por citar unos ejemplos, Queensrÿche, Soundgarden o, recientemente, Patti Smith. Cómo no, Nirvana tocó en este mismo teatro en el 90.

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Así se ve el centro de Seattle desde la Space Needle

En la misma calle se encuentra The Crocodile, mítica sala de conciertos y café situada a pocos pasos de la Space Needle. Ha sido el santuario de grandes bandas de la historia del rock, como Nine Inch Nails, Pearl Jam, Mudhoney, Alice in Chains, Courtney Love y, por supuesto, Nirvana. Sus paredes, repletas de inmensas fotografías en blanco y negro, albergan momentos clave de su trayectoria y de nuestra historia de la música. Se programan conciertos todos los días, por lo que esta sala supone para las bandas de Seattle un lugar de preferencia y encuentro. '”El grunge murió con Cobain” -me dijo Sean, el camarero- "Hoy en día el rap es de los estilos más famosos en la ciudad”. Y no voy a negar que la sentencia de muerte me sorprendiera, pero su verbalización hizo mella. Nirvana tocó en la sala en el '92, en plena efervescencia de 'Nevermind'. En aquel momento, The Croc, como se le llama popularmente, se convirtió en un icono del movimiento grunge. Con orgullo, Sean me enseñó una de las relucientes (y sin polvo) fotografías de Kurt Cobain el día de ese concierto, situada en una de las paredes del recinto.


Cobain, Novoselic y Grohl eran jóvenes alocados viviendo entre montañas, bajo la lluvia, la niebla y junto al mar, que cambiaron el mundo en el tiempo que dura un sueño.


Aunque sepamos a ciencia cierta que Nirvana cambió la trayectoria y la historia del rock and roll para siempre, mientras andaba bajo la niebla no dejaba de pensar en lo efímero y pasajero de las grandes hazañas, de los grandes logros. Lo que duró, visto con la perspectiva, es un suspiro; es un abismo en un suspiro. “Smells Like a Teen Spirit” se convirtió en la banda sonora de una generación que nadó en unos años de confusión y lucha; una década que llamaba a gritos al hundimiento, esas cenizas de las que debía renacer el ave fénix. Sin tanta maravilla y con más drama. El éxito fue la grieta por la que esa ráfaga de aire hizo su aparición en forma de reconocimiento; un golpe de suerte (o de talento) que cambió la vida de esos jóvenes, tan jóvenes, y de la historia. La grieta por la que entraron tantos y sobrevivieron tan pocos.

Sumida en el sabor del éxito y el fracaso me vi andando hacia la casa donde Cobain vivió con su familia y dónde decidió terminar su vida. Es verde. Todo es verde. El Viretta Park es su memorial. Un lindo y tranquilo banco, garabateado por doquier, preside un espacio a la sombra de un enorme pino. Al lado se divisa una mansión. Por aquí caminó la estrella, pocos años, en sus pocos años. Un chico de diecipocos andaba como loco buscando un sitio por donde entrar en la casa o, por lo menos, un espacio que le llevara más a él, a la idea de él. No hay nada más y... ¿sabéis qué? Es hermoso.

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Viretta Park, con la mansión de Kurt Cobain al fondo

La simplicidad en la grandeza. Porque sí, aunque parezca imposible, fue una revolución, pero de esas que suceden sin querer, sin pretenderlo conscientemente. ¿Cómo les explicas a unos jóvenes alocados, llenos de pasión, de ideas y de sueños que todo es más de lo que pueden entender y mucho menos albergar? Cobain, Novoselic y Grohl eran jóvenes alocados viviendo entre montañas, bajo la lluvia, la niebla y junto al mar, que cambiaron el mundo en el tiempo que dura un sueño. Tocaron en cocinas y en garajes, y lo hacían para experimentar, por un lado, y para dejar ir todos aquellos sentimientos y pasiones que les sobrepasaban, por el otro. Lo hacían para expresar, a grito pelado, que tenían el corazón en un puño y la mente en los sueños. Lo hacían para provocar los ideales, para reducir los miedos, y para darle una patada al resto de sentidos.

En el museo de la música y del arte pop de Seattle, el Experience Music Project Museum, hay una exposición dedicada a la trayectoria de Nirvana y otra dedicada a los años dorados de Hendrix. Las dos exposiciones son permanentes.

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Así fueron las primeras grabaciones de Nirvana

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Camisetas usadas por los integrantes de Nirvana

La primera, "Nirvana: Taking punk to the masses", te transporta al Seattle underground en el que Nirvana explosionó para convertirse en la madre del grunge. Se exponen auténticas reliquias de la banda y sus miembros, la mayoría donadas por Novoselic: camisetas, fotografías, guitarras rotas (las que lanzaban al finalizar cada concierto), cartas a fans y amigos, etc.

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"En vez de "Viva la revolución", uso "Viva la evolución. Hay bandas revolucionarias, pero la mayoría se pierden y son olvidadas. Sin embargo, hay bandas "evolucionarias" que se mantendrán en el tiempo. Nirvana fue "evolucionaria"" - Krist Novoselic.

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Guitarra y jersey de Kurt Cobain

El visitante descubre lo mejor y lo peor de Nirvana; su lado más oscuro y también el más inocente. Cómo y por qué Kurt le llamó a su primera banda Fecal Matter, cómo Cobain cayó en la heroína y cómo, al final, cayó en el suicidio.

Por lo que respecta a Hendrix, la exposición lleva por nombre "Wild Blue Angel: Hendrix Abroad, 1966-1970" y repasa esos años en los que Hendrix estaba en la cúspide de su carrera. Tocó más de 500 conciertos en 15 países diferentes, y grabó 130 canciones en 16 estudios.

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Fotografías entre bambalinas de Jimi Hendrix

La exposición se centra en su vida de nómada, como podemos apreciar en su pasaporte con todas las páginas selladas, en las letras de canciones y portadas de discos garabateadas en el reverso de facturas y blogs de notas de hoteles de lujo, o en las fotografías tomadas en los estudios de grabación y entre bambalinas de los conciertos.

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Dibujo hecho por Hendrix detrás de la letra de "Love or Confusion"

Hendrix regresó a casa siete años después de haber marchado, en el del 68, y únicamente hizo cuatro conciertos en su ciudad mientras fue famoso. El último fue en el verano del 70, bajo una tremenda lluvia.


La tumba de Hendrix está rodeada de verde y flores. En el centro del cementerio se alza su memorial, con tres inmensas fotografías gravadas en la piedra y pintadas con miles de besos de sus fans.


Quizá hay que ampararse en el refrán de que nadie es profeta en su tierra, pero está claro que Seattle no recuerda a su estrella del rock como debería. La exposición es solamente un punto en su viaje y es lo único que el fan puede encontrar en la ciudad, a parte de su estatua en Broadway con Pine St. Si uno quiere más, debe ir a Renton. Desde el centro de Seattle hay que tomar dos autobuses: el primero es el 101 a la estación central de Renton. El segundo es el 105, hasta el cementerio.

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Memorial de Jimi Hendrix en el cementerio de Renton

La tumba de Hendrix está rodeada de verde y flores. En el centro del cementerio se alza su memorial, con tres inmensas fotografías grabadas en la piedra y pintadas con miles de besos de sus fans. En el altar hay flores, calabazas de halloween, cartas, poemas y letras de canciones, porros apagados, fotografías. Los fans, mientras le recuerdan, ponen su música en el reproductor del teléfono móvil.

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En el altar dedicado a Jimi hay calabazas, flores, letras...

Es el lugar de peregrinación, quizá a falta de otro, para todos los fans del gran guitarrista. El club de fans de Hendrix hace años que empezó un proyecto de crowdfunding para construir un parque en su honor. Se encuentra cerca del Chinatown de Seattle y, actualmente, está en construcción.

En The Crocodile tuve la oportunidad de ver en directo a Ghosts I've Met, una banda de rock folk americana nacida en Seattle. Sam Watts, frontman y líder, es hijo de la generación Nirvana: creció con el grunge bajo la sombra de Cobain.

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Ghost I've Met actuando en The Croc

El intimismo revolucionario de sus letras y la desgarradora melódica de sus temas construyeron un directo sencillo pero emocional, con sintetizadores melancólicos convirtiendo a esta banda en una mezcla de la herencia del "Purple Haze" y el "Aneurysm". Watts escribe sobre lo humano y lo divino, y reconoce inspirarse en esta apasionante ciudad bajo la niebla y la lluvia, protegida por el mar y las montañas.

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Atardecer en Seattle desde la Space Needle

No voy a hacer una defensa del determinismo, sin duda alguna, aunque debo admitir que la belleza gris de Seattle y el paraje salvaje que la rodean convierten ese lugar en fuente mágica de inspiración. Es posible que Hendrix o Nirvana también hubieran podido nacer y crecer en California, bañados por el sol, pero la humedad permanente bajo los pies te eriza el vello de la nuca, te recuerda dónde estás, y te cuestiona quién eres. Herederos del rock, nacidos con el corazón entre los dientes.

Roser Montané Tardá

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Esta entrada fue escrita por Redacción

4 comentarios

  • Jacobo dice:

    Espectacular reportaje

  • Victy dice:

    Un gran reportaje. No me podía imaginar, a pesar del "Bleach", que Nirvana fuera tan hardcore en sus inicios. Eso de "Nazi punks fuck off" es de "Dead Kennedys"...

  • Jorge Luis Ortiz Temes dice:

    Kurt Covain, te admiro eternamente...es fascinante Nirvana, su música y el estado de ánimo que inspira. Conmueve el alma todo lo que rodea a Covain y a esta significativa banda. Incluso Seattle se erige como una ciudad misteriosa que despierta mi curiosidad inevitablemente.

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