Probamos la cerveza de Behemoth en Summer Breeze

13 septiembre, 2018 3:55 pm Publicado por  1 Comentario

A mediados de agosto, Mariskal Rock asistió al festival alemán de metal Summer Breeze. En este festival no solo se sirvió música, sino también cerveza, no solo en los puestos de expendio, sino también en el backstage, donde Behemoth organizó una cata de cerveza para la prensa que se inscribió con anticipación. Después de estudiar durante dos años un curso de “cervezología”, no lo dudé ni por un segundo.

Foto: Hughes Vanhoucke

El jueves 16 de agosto, los interesados fueron recogidos en la sala de prensa por el responsable de prensa del festival para ser llevados al backstage donde se colocó un coche fúnebre anticuado. En el coche fúnebre no había cadáver alguno, más bien una capa de hielo, una serie de limones y cuatro botellas de cerveza con el nombre de Behemoth. Miembros de la prensa alemana, italiana, holandesa, belga y española, al igual que algunas personalidades del mundo de la música, incluyendo a Gary Meskill de Pro-Pain y Malevolence al completo, entusiasmados esperaban la cata.

La introducción vino de nada menos que Adam Michal Darski, más conocido como Nergal, el líder de Behemoth, quien se inclina por la cerveza Fenix las veces que está bebiendo una, lo que se hace raro después de haber tenido cáncer. Al final de su breve presentación, Nergal afirma que su cerveza no es una más, como las que hacen una serie de bandas más populares (sin duda se refiere a las cervezas de Iron Maiden), apelando a su alta calidad.

Las siete cervezas a las que la banda presta su nombre obviamente no fueron elaboradas por la propia banda, sino por la cervecera artesanal polaca Perun, que se fundó en Piaseczno hace cuatro años. Pronto nació una colaboración con la banda polaca Behemoth.

La primera cerveza que pudimos probar fue la Fenix, una cerveza lager con 5.2% de alcohol.

El sabor y el gusto marcado de la malta son irrevocablemente fuertes en la cerveza favorita de Nergal. Una cerveza con un sabor típico de la región de la que Behemoth viene, con un color ligeramente más oscuro de lo que estamos acostumbrados de una cerveza tipo Pilsener y un sabor bastante amargo con un cierto aroma de pan.

La segunda cerveza que probamos era una que podría volverse popular en Alemania, una cerveza de trigo típica de Baviera, donde estuvimos aquel día.

Foto: Hughes Vanhoucke

La cerveza Walpurgia tiene un bonito color, más bien oscuro para una cerveza blanca. Desafortunadamente, no pudimos lavar nuestra copa, dejando irremediablemente olores y sabores de la cerveza anterior. Al igual que con la primera cerveza, la capa de espuma fue bastante pequeña y con un aroma no muy pronunciado de plátanos y trigo. El sabor típico de las cervezas blancas alemanas quedó ausente, lo que venía a la mente era un sabor metálico industrial, una cerveza algo decepcionante sin mucho retrogusto.

La tercera cerveza, era la que más ansiaba, la Sacrum, una IPA de estilo belga. IPA representa a aquellos que no lo saben, Indian Pale Ale. De hecho, británica y no belga. La IPA es una pale ale donde se agregaron más lúpulos para llevarla a la India cuando aún era una colonia británica. Un viaje en barco que demoraba varios meses.

Se agregaba lúpulo adicional para que la cerveza pudiera almacenarse más tiempo y no se viera afectada por el balanceo continuo en los barcos, en tiempos en los que aún no se usaban estabilizadores.

La Sacrum es una cerveza un poco más fuerte que las dos anteriores (6,2%), que de nuevo no pudimos apreciar al cien por cien ya que nuestra copa todavía contenía restos de las otras dos cervezas. El sumiller debería haber mejorado este detalle.

El olor a lúpulo estaba casi ausente, mientras que los olores de fruta predominaban sumados a los de levadura, en el sabor encontramos un poco de dulzura además de un sabor a limón.

La última cerveza era la más fuerte de la cata, la Bafomet, una Imperial Stout/Porter de tipo ruso. Una cerveza casi negra de 11.6 % de alcohol, común para este tipo de cerveza.

La cerveza era muy oscura con una espuma de un color marrón-naranja, con un sabor firme de café con licor, chocolate, caramelo y algunos toques de otros dulces. El retrogusto sigue siendo ínfimo; la Sacrum fue incontestablemente la mejor de las cuatro cervezas que pudimos catar, una cerveza que podría tener mucho éxito con los aficionados de este tipo de cerveza.

¡Larga Vida al néctar de los Dioses!

 

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Esta entrada fue escrita por Hughes Vanhoucke

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