SLASH & FRIENDS: "Velvet Revolver le estaba sentando muy mal"

Slash y un puñado de nombres de la historia del Rock se marcan un disco interesante donde te encuentras desde Fergie hasta Lemmy.

SLASH & FRIENDS
Slash & Friends
(Roadrunner)
8/10

Una de las cosas que siempre ha caracterizado a Slash como guitarrista es que jamás se ha intentado imponer sobre el cantante. Siempre ha sido consciente de que, si el sentimiento lo pone la guitarra, la personalidad la debe poner la voz. Slash & Friends cuenta en total con trece personalidades diferentes, personalidades que el propio Slash ha querido llamar amigos.
Son pocos los guitarristas que se pueden permitir este tipo de iniciativas. Tienen que darse dos elementos. El primero tener una prolífica carrera y el segundo capacidad para componer, dos cosas que a Slash nunca le han faltado.

Como en este tipo de discos suele pasar (siempre recordaré como ejemplos el de Iommi o más reciente Probot, de Dave Grohl), hay temas muy acertados, otros menos acertados y otros que resultan soporíferos, pero nunca se pierde el morbo de ver cada “personalidad” dándole alas al sentimiento compositivo de Slash. Comienza con la delicadeza siempre un poco tenebrosa de Ian Astbury, quien ya ha demostrado a lo largo de carrera su capacidad camaleónica para adaptarse a cada melodía. Lo borda en su tema “Ghost”. En esta canción, por si fuera poco, se puede escuchar el objeto progresivo en el sonido de la guitarra. Slash siempre defendió que su salida de Guns And Roses no se debió exclusivamente a diferencias musicales. Reconociendo ser un músico analógico de la vieja escuela, defiende a su vez cierta apertura a los nuevos sonidos, y “Ghost” es un buen ejemplo.

Otra canción que cobra especial protagonismo en la voz de su cantante es “Promise”, con el calor de Chris Cornell, uno de los temas más suaves del lp. Sorprenderá y mucho la tralla de Fergie, la femenina cantante de Black Eyed Peas en “Beautiful Dangerous”, una de esas voces que tienen una fuerza natural devastadora. Ya avisó Slash que sería una sorpresa. Otro cañonazo de tema. “By The Sword” ha sido tan sabiamente escogida para la voz de Andrew Stokdale que podría ser un tema de los mismísimos Wolfmother, al igual que “Doctor Alibi”, pelotazo macarra y sucio donde Slash le mete su vena punkarra mientras que Lemmy (no sé si sabréis que ambos nacieron en la misma ciudad inglesa, Stoke-On Trent) cede su voz. Cierra el lp otra joyita de las guapas, para mí incluso la mejor de todo el disco, un “We Are All Gonna Die” cantado por Iggy Pop con una chulería que desafía a la muerte en el estribillo y con una profundidad del gótico en el resto de la voz.

Luego a partir de ahí pues están las que se quedan a medio camino. Aceptable el toque sureño de Kid Rock a “I Hold On” o la pesada en las guitarras “Nothing To Say” cantada por M. Shadows, de Avenged Sevenfold. Muy sosita la del Adam Levine, cantante de Maroon 5, una balada descafeinada y realmente infumable el tema de Ozzy Osbourne, elegido segundo single por el tirón comercial en Usa del ex de Black Sabbath.

Por último, destacar que es un absoluto placer volver a escuchar a Slash marcándose solos de guitarra con su inconfundible estilo en todas las canciones (especial atención a "Watch This", el tema instrumental), además de riffs rockeros de los de la vieja escuela. Y es que Velvet Revolver le estaba sentando bastante mal.

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Ñako Martinez

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