Entrevistas |Manuel Gagneuz

«Sería muy peligroso pensar que soy un genio»

Por: Víctor Vallespir

Cuando Zeal & Ardor se sacó de la chistera ‘Devil Is Fine’ nos echamos las manos a la cabeza y gritamos: ¿Por qué diablos no lo había hecho nadie antes? Mezclar black metal con soul fue la brillante idea de un Manuel Gagneuz que ve cómo su proyecto ha alcanzado cotas internacionales a una velocidad pasmosa. Con ‘Stranger Fruit’, su nuevo lanzamiento, se están pateando los escenarios de medio mundo; su próxima parada en España será el próximo mes de diciembre (18 de diciembre en Madrid, en la Sala Copérnico, y 19 de diciembre en Barcelona, en La[2] de Apolo). Religión, black metal y apropiación cultural, Víctor Vallespir mantuvo una interesante charla con la mente pensante de una idea que se ha convertido en realidad.

Vienes prácticamente de la nada y, de golpe, te sacas de la manga un proyecto que ha dado la vuelta al mundo. ¿Te imaginaste nunca que Zeal & Ardor tendría este impacto en la escena metalera?

“¡Para nada! De hecho, es bastante divertido todo, ha venido de manera muy imprevista. Siempre he sido un fanático de la música metal, por lo que me siento muy afortunado de poder estar viviendo todo esto durante los últimos meses”.

¿Puedes contarnos cómo fue el momento en que imaginaste que este tipo de música se podía hacer?

“Fue un proceso de mucha experimentación. No fue algo que saliera al instante. Esas primeras siete canciones, al principio, eran realmente malas (risas). Necesité de mucho trabajo para que fueran mejores, imaginándome cómo debía sonar esa mezcla de música negra y black metal y tratando de emular lo mejor posible los sonidos que sonaban en mi cabeza. ¡Ha sido un proceso largo!”

¿Gritaste ‘eureka’ o algo así, al ver que habías descubierto un género?

“(risas) ¡Qué va! Fue cuestión de suerte. Alguien podría haberlo hecho antes que yo. Es algo de lo que estoy muy orgulloso, pero sería muy peligroso pensar que soy un genio o algo. Sucedió de casualidad, nada más”.

Es divertido ver cómo, periodistas incluidos, reseñamos estilos de música que nunca antes nos imaginábamos que pudieran existir...

“¡Eso nos enseña que aún hay mucha música por descubrir! El año pasado surgieron un montón de artistas que innovaron a partir de propuestas que todos conocemos, gente como Tame Impala o Greta Van Fleet, están sonando como bandas antiguas, pero dándole una vuelta de tuerca al resultado final. Vivimos un periodo realmente apasionante”.

¿Crees que hay espacio para la innovación en el metal? A veces, parece que en otros géneros las mentes están mucho más abiertas...

“Desde luego que lo hay. El djent ha empezado una nueva tendencia en el metal, es una auténtica revolución en el sonido que todos conocemos. De repente hay jazz en el metal. La gente está cada vez más interesada en el cambio, en los nuevos sonidos... ¡la música es apasionante!”

Hay muchas bandas que han sufrido críticas por parte de la comunidad blackmetalera por interpretar un supuesto “falso” black metal. ¿Ha sido tu caso?

“Bueno, es que hasta cierto punto tienen razón (risas). Zeal & Ardor no es black metal escandinavo, para nada. De todos modos, creo que los orígenes del black metal, allá por los noventa, se basaban en la búsqueda de los límites de la música extrema... mientras que ahora solamente hay normas allá por donde busques. Es muy hipócrita. Por lo tanto, soy más auténtico que muchas de esas bandas que se dedican a copiar lo antiguo (risas)”.

Por otra parte, también has sido criticado por algunos que dicen que estás manchando la imagen del góspel. ¡No damos abasto!

“Creo que el góspel salió de las iglesias cuando los artistas mainstream lo llevaron a los clubes de todo el mundo. Ray Charles o Stevie Wonder hicieron que esa música fuera popular más allá del ámbito religioso. Personalmente, estoy muy alejado de toda la cultura cristiana, pero sería una pena perder todos esos sonidos”.

En España (y alrededor del mundo) existe un fenómeno con Rosalía, que mezcla el flamenco con el trap. Por allí dicen que lo que hace es apropiación cultural...

“Mientras no ridiculices esos estilos, tienes todo el derecho del mundo a usarlos y a interpretarlos a tu manera. Si quieres hacer algo interesante, aunque al final pueda salir mal, debes tomarlo como una oportunidad para extender los límites de la música. ¿Acaso no podemos usar ritmos africanos porqué no somos de allí? Eso sería estúpido”.

Hablemos de vuestro último lanzamiento, ‘Stranger Fruit’, un álbum que refina las ideas vistas en el revolucionario ‘Devil Is Fine’. En tu opinión, ¿qué cosas habéis mejorado de vuestro primer lanzamiento y qué elementos siguen presentes en vuestra música?

“Lo que más me gusta de ‘Devil Is Fine’ es que son ideas que me encantaban y que por eso lancé al mercado. Lo hice por mí mismo, sin ninguna audiencia detrás... fue muy honesto. Pero en ‘Stranger Fruit’ creo que hemos mejorado la producción y la composición de los temas. Hemos dado un paso al frente para ofrecer mejores canciones. Al final, estamos refinando una idea que surgió hace pocos meses: en lugar de tocar blues y black metal en diferentes secciones de los temas, hemos tratado de unir ambos conceptos de manera mucho más orgánica. Eso, evidentemente, ha hecho que tenga que gritar mucho más a lo largo del disco (risas)”.

¿Cómo manejas los diferentes tipos de voz? Hay una diferencia abismal entre tu canto blusero y tus gritos guturales...

“Al principio lo pasé muy mal: ¡me jodía la voz incluso en el estudio! Pero al final todo se trata de aprender y de mejorar en lo que haces. Con el tiempo he mejorado mis habilidades y soy capaz de interpretar esas canciones en vivo. Es un proceso que tienes que integrar en tu rutina si eres tan idiota cómo yo (risas)”.

¿Crees que por el hecho de ser de una determinada raza existen prejuicios que limitan las capacidades vocales o artísticas de un músico?

“Bueno, crecí en Suiza, por lo que no sentí esos prejuicios. Evidentemente hay gente dentro del metal que es racista, pero por norma general la gente tiene la mente muy abierta”.

¿Qué me puedes contar acerca de vuestros directos? En poco tiempo habéis pasado de la nada a encabezar giras mundiales...

“Ha sido un proceso muy intenso. En el disco toco todos los instrumentos menos las baterías. En directo hay cinco personas más involucradas encima del escenario, por lo que la intensidad se multiplica por cien. Es impresionante poder visitar tantos países, es la primera vez que hago algo así. Salir de gira y tocar la música que amo es un auténtico privilegio. A veces es una locura tocar cada día, pero de veras que lo disfrutamos. Siempre pienso que esta podría ser la última vez que hago algo así... por lo que voy a disfrutarlo (risas)”.

¿Y qué hay de vuestros conciertos en España el próximo mes de diciembre? ¿Qué nos encontraremos?

“Tocaremos durante una hora y media...todo el material que tenemos (risas). No hay mucho más de donde elegir, por lo que es bastante sencillo configurar nuestro concierto. Estuvimos el pasado verano en el Primavera Sound, en un concierto mucho más corto. Fue un reto bastante grande tocar para gente que quería ver a Björk, pero al final descubrimos que a esa gente también le puede gustar el metal. La experiencia fue genial, por lo que no podemos esperar para volver a vuestras tierras. Además, espero que haga mejor temperatura que en Suiza por esas fechas (risas)”.

¿Cuánto futuro le ves a Zeal & Ardor? ¿Es una propuesta con fecha de caducidad?

“Es difícil pensarlo. No quiero forzar nada. Me gustaría acabarlo por todo lo alto, me decepcionaría a mi mismo si estuviera componiendo cosas sin las ganas ni la capacidad necesaria para sorprender. Ahora mismo estoy pensando en nuevos proyectos e ideas, pero aún es muy pronto para revelar nada (risas)”.

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Esta entrada fue escrita por Víctor Vallespir

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