Un día estáis tocando en el Parken Stadion de Copenhague y otro, en una sala como La Riviera, aquí en Madrid. ¿Cómo os tomáis estos grandes cambios?

“Me encantan este tipo de salas de unas dos mil personas, permiten que haya una conexión con la audiencia que no se consigue en los lugares realmente grandes. Está claro que estos últimos tienen sus cosas buenas, pero realmente me gustan este tipo de salas. Antes de incorporarme a Volbeat, tocaba en salas de cien o doscientas personas”.

Kaspar durante el concierto en Madrid. Foto: Jorge Bobadilla

¿Te das cuenta de que esta vez es, probablemente, la última que tocaréis en salas en España antes de dar el salto a los pabellones?

“¿Tú crees? Eso es genial, porque eso significa que estás llegando a más gente, claro. Pero me encantan este tipo de salas. Evidentemente, uno siempre quiere crecer y que a más gente le guste su música. Si lo consigues, la consecuencia es tocar en recintos mayores, algo que también me parece bien. Es, simplemente, diferente”.

¿La era del rock en estadios está acercándose a su fin?
“Es cuestión de las bandas en general. ¿Cuántos grupos pueden tocar en estadios de sesenta a ochenta mil personas de aforo? Nosotros hemos tocado en festivales con ochenta mil personas, pero es diferente, porque no es solo nuestro concierto. Sí que es verdad que en Dinamarca tocamos en el Parken Stadion ante 50.000 personas”.

¿Cómo ha cambiado tu vida incorporarte a Volbeat y pasar de tocar en clubs modestos a hacerlo ante miles de personas a lo largo y ancho del mundo?

“Mi hijo nació doce horas después de que saliera de gira por primera vez con Volbeat. Dejé mi trabajo anterior, y desde marzo o abril de 2016, todo ha sido una locura. Mi vida ha cambiado drásticamente, en el buen sentido. Te acostumbras a tocar cada día y estar en un autobús de gira, a este tipo de vida cotidiana de gira, y después vuelves a casa y es diferente. Cuando estoy en casa, no tengo que ir al trabajo todos los días, es distinto. Pero por otro lado, no sé cómo sería tener niños y a la vez un trabajo a diario, porque nunca lo he vivido. No me quejo. El año pasado, empezamos a girar a finales de marzo y terminamos a finales de julio, y después pasaron ocho meses hasta que salimos de gira con Godsmack. Estuvimos cuatro semanas en estudio, pero no todo el tiempo. También ensayábamos, pero dos veces a la semana o algo así, mientras los niños están en la guardería”.

¿Qué ocurrió en el concierto de Belfast que interrumpisteis tras tocar solo una canción y cómo os sentís al respecto, especialmente Michael, que sufría algunos problemas de garganta?

“Tuvimos muchos problemas en ese concierto, pero no puedo hablar mucho de ello porque pronto haremos un anuncio al respecto que va a aclarar las cosas. Los problemas fueron más bien técnicos, pero no puedo decirte mucho más”.

Actualmente estáis tocando un repertorio muy enfocado al último trabajo, algo por otra parte lógico al tratarse de una gira de presentación.

“Hay muchas canciones del nuevo disco. Llevamos tres años tocando otras canciones, y desde que lo grabamos hasta que salió, no hemos podido tocar ninguna canción del nuevo álbum, porque no estaba publicado. ¡Llevábamos esperando seis meses!  Estábamos deseando tocar los temas nuevos”.

¿Qué balance hacéis de la reacción del público hacia los temas de este nuevo disco?

“La reacción hacia las nuevas canciones es realmente buena, mucho mejor de lo que realmente esperábamos. La gente ya está cantando algunos de los temas nuevos, y eso nos encanta”.

Has comentado que para ti, no habrá jamás ninguna banda más grande que Metallica. Teniendo en cuenta que Lars Ulrich tocó con vosotros en Copenhague y que habéis contado con algunos músicos invitados en discos de estudio. ¿No sería lo suyo que alguien de la banda, tal vez Lars por ser danés, participe en algún álbum de Volbeat como invitado?

“Este último disco ha sido el primero de estudio que he grabado con la banda, a la que me uní durante su composición. No sé si se ha hablado con alguno de los otros miembros de Metallica sobre el tema, rara vez hacen alguna colaboración así. A mí me encantaría que Lars colaborase en un futuro disco. Tocar con él fue… ni siquiera soñaba con eso cuando era joven. Fue surrealista, tocar con él y reconocer su pegada al instante, su manera de tocar, su dinámica, todo. Fue como, wow, estaba tocando y realmente no estaba ahí, porque no podía hacerme a la idea de que eso estuviera pasando. Fue mágico. Me encantaría repetirlo, pero no tengo ni idea de si será posible. Acabamos de sacar este disco y aunque estemos sacando algunos riffs nuevos y tal, estamos lejos de un nuevo proceso de composición”.

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