Entrevistas |Marcos Molina y Alberto Curtido
«Esperamos meterle fuego al panorama»
Por: Anna Moher
Gritando en Silencio ha vuelto a combinar dos de sus principales características en su último disco, ‘Material inflamable’: la emoción y el sonido distinto en cada uno de sus trabajos. Marcos Molina (voz y guitarra) y Alberto Curtido (bajo) se sientan frente a Anna Moher para indagar en la madurez musical del cuarto álbum de los sevillanos.
Lanzasteis como adelantos de ‘Material inflamable’ “Como si no hubiera nada más” y “Sácame de aquí”. ¿Cómo han sido las reacciones?
(Marcos) “Bastante buenas. El primero gustó porque era un tema rockero y alegre. Normalmente es todo más sentío y de repente presentamos un tema súper vitalista y súper rockero. Y el segundo es un temazo que tira más por el stoner. Con eso se puede esperar que el disco va a ser diverso, como los discos que solemos hacer nosotros”.
(Alberto) “Sí, el primer adelanto chocó porque era un poco una contradicción, porque Gritando en Silencio siempre ha hecho temas más tristes, melancólicos, desgarrados”.
Es cierto que hay canciones como “Estamos muertos” que suenan muy distintas a lo que habéis hecho antes.
(M) “La música tiene pinta de más alegre porque está hecha sobre una base de country. Normalmente, siempre hacemos un tema acústico y en este disco decidimos que, en vez de ser la típica canción de cantautor con guitarra acústica, podíamos hacerla rollo country, más tirando por el blues y el folk, como al sur de Estados Unidos. En general el disco también tiene un sabor sureño en otros cortes, por lo que nos parecía que venía al caso”.
“Volviendo a casa” también tiene un poco ese rollo. A mí al menos me traslada al típico viaje de carretera.
(A) “Sí, esa también tiene un rollo country. Lo que pasa es que ahí le bajamos los bordones y la hicimos más oscura, pero sigue teniendo una base country”.
(M) “Tiene un rollo más southern rock. Aunque no sea country, sí que viene de la misma zona y suena a carretera, moteros, ritmos pesados…”.
Sin duda, en cada uno de vuestros discos habéis trabajado desde un sonido distinto y le habéis querido dar un toque diferente. En este, ¿habéis buscado que sonase más pesado, más country…?
(M) “Country solo hay un tema realmente, pero sí tiene un carácter más sureño, más stoner. El bajo lleva distorsión en todos los temas, la batería suena más pesada y, en general, los ritmos son más pesados. No es tan punki como el anterior. Para que suene más pesado hay que tocar menos, hay que ponerle más distorsión y dar más espacio. Es un disco más maduro en ese sentido, no es tan atropellado o tan punk como eran otros y sí bebe más de lo que es el rock clásico, el rock de los 70 o sureño, con las cuerdas bajadas y sonidos más ásperos, más gordos, más de carretera”.
(A) “El disco anterior fue un poco más de rabia, de reivindicación, fuerza… Y eso se transmitía en la música. Este es más maduro, más emocional. Todo es más pesado y pausado, pero con mucha energía también”.
Aunque bueno, quizás lo que transmiten la portada y el disco en un primer momento es que va a ser reivindicativo también.
(M) “Bueno, hay tres temas con carga social, que ya son bastantes. “Ya debió cambiar”, contra la tauromaquia, “Lágrimas de un paria”, que habla de los refugiados, y “Rumbo de colisión”, que es una crítica a la sociedad occidental, al capitalismo. Pero es verdad que no tiene un corte tan reivindicativo, es más de supervivencia. Este disco quizás habla más de huidas, de huir hacia otro lado y de buscar espejismos en el horizonte, de lanzarse al vacío y seguir caminando, seguir buscando playas que visitar, y de sueños en la bruma”.
(A) “Y de apoyarte en esa gente que siempre está a tu lado y que te da una palmadita en el hombro para seguir hacia delante y coger fuerzas. Dentro de esa tristeza o melancolía, siempre hay una parte de chispita que te hace ver un poco la luz”.
(M) “No es un disco tan triste como el clima áspero que lo envuelve. Está escrito desde la perspectiva que tenemos de un mundo un poco deshecho. Todavía no hemos salido de la crisis, con el tema de los refugiados se genera ese sentimiento de odio hacia el que viene de fuera y un clima de desesperanza. Aun así, la tónica del disco es la de seguir adelante. Sigue en tu moto y acelera, que llegarás a buen puerto. Sigue luchando por tus sueños”.
¿Y qué hacéis cuando os falta la esperanza?
(A) “Pues nos tenemos que reinventar. La esperanza siempre hay que buscarla en esos pequeños huequecitos. Si no tienes esperanzas y esas ganas de hacer cosas, de reinventar, de sobrevivir, de luchar por lo que crees, estás muerto”.
(M) “Estamos muertos desde el mismo momento en que dejemos de soñar (ndr: frase de la canción “Estamos muertos”)”.
¿Qué esperáis de este disco?
(M) “Continuar en carretera. El disco es el tren en el que se monta la banda para continuar su viaje. Realmente, aunque el álbum, como letrista, tenga un toque áspero o desagradable en cuanto al mundo que nos rodea, realmente para la banda es casi al contrario. Gritando en Silencio vive un momento bastante dulce y estamos de puta madre, más fuertes que nunca. Tenemos muchísimas ganas de presentar el disco y de tocar, así que realmente el disco es ese tren, ese barco en el que nos montamos para volver a salir a la carretera y volver a partir la pana. ¿Lo que esperamos realmente? Meterle fuego al panorama”.
(A) “Lo que esperamos es que la gente pueda seguir escuchándonos, que nosotros podamos seguir viviendo de esto porque nos encanta. Lo que hemos hecho en estos cuatros años ha sido conseguir más gente que nos apoye y que nos eche una mano. Cuando vamos a Barcelona, Madrid o Murcia, siempre vemos a alguien más. Eso te anima a seguir hacia delante, vas consiguiendo esos pequeños mecenas que te hacen falta para vivir de la música”.
(M) “Al fin y al cabo, esa es la pretensión última, el seguir poniendo banda sonora a la vida de las personas que te siguen. Hacemos temas muy diferentes para distintos estados de ánimo. No me cansaré de decirlo, tú te pones un disco de Gritando en Silencio y nunca va a ser como AC/DC, que sabes lo que te vas a encontrar desde el primer tema hasta el último. Nunca sabes qué coño va a venir después”.
Creo que, en parte, eso es lo que hace que tengáis seguidores tan fieles, que una vez que se sienten identificados con las letras, las canciones, es inevitable seguir la trayectoria de este grupo.
(M) “Sí, la verdad es que, como decía un amigo nuestro, una de las mejores cosas de Gritando en Silencio son sus seguidores. No es como Los Suaves, que son acólitos directamente, pero casi (risas). Hay gente que se hace trescientos o cuatrocientos kilómetros para vernos. El otro día al ensayo en sala que hicimos en Sevilla fue gente hasta de Madrid. La gente es maravillosa”.
Ninguno de vuestros trabajos ha sido titulado por una canción o por alguna frase incluida en el disco. ¿Por qué?
(A) “Somos gente de darle vueltas al coco. Eso para empezar, y lo más fácil no nos parece lo mejor”.
(M) “Muchas veces nos parece que es darle demasiada importancia a una canción sobre el resto. Para este disco nos volvimos locos para elegir single porque había como cinco o seis temas que nos sonaban a posible single. Imagínate para elegir una frase… a veces hemos echado el título para atrás aunque estuviese a huevo por eso, porque es darle una importancia a la canción que no tiene”.
¿Algún ejemplo de canción que hayáis barajado como título?
(M) ““Actitud”, “Perdedores en la lluvia”… Cada uno aporta títulos, dentro de sus posibilidades y de lo creativo que se sienta, porque hay alguno que no dice ni mú (risas)”.
(A) “Normalmente Marcos ya tiene una idea clara. Él siempre se monta su película, tanto para las letras, como para los videoclips, las portadas… Él es el que lo ve en un primer momento, y ya el resto o bien piensa que se le está yendo la cabeza o le parece de puta madre”.
¡No te pierdas la próxima gira de Gritando en Silencio!
¿Le tenéis vértigo a alguna cosa?
(M) “Ahora mismo no. Si de repente pegáramos un pelotazo bestial y yo no pudiera salir a la calle, pues igual me mosquearía muchísimo, porque yo no sirvo para eso”.
(A) “No hay miedo a nada”.
¿El vértigo y el miedo son la misma cosa?
(M) “En este sentido, hablando de una carrera, sí, porque el vértigo es el miedo a algo que todavía no ha llegado o que puede llegar. Mientras que el miedo puede ser algo tangible o que ya está aquí, cuando se habla de vértigo creo que es más enfocado a un miedo a algo que aún no ha sucedido, o que puede suceder. No hay vértigo, no hay miedo”.
¿Qué es lo principal que habría que cambiar en la actual sociedad?
(M) “La empatía y el humanismo. Creo que eso arreglaría la mitad de los problemas que tenemos. Probablemente si hubiera empatía y humanismo acabaría cambiando incluso el sistema socioeconómico, pero la base es empatizar con las personas. Si no hay empatía con las personas, el que viene de fuera te va a parecer un hijo de puta que viene a quitarte el trabajo en vez de alguien que si se queda donde estaba muere”.
¿Qué le diríais a alguien que no os ha escuchado nunca para incentivarle a escucharos?
(M) “Que somos muy rockeros, que nos encantan los solos de guitarra, el concepto de rock clásico… Y que tratamos en las letras los problemas que vemos en la sociedad o los del alma”.
(A) “Somos como un médico de cabecera”.
(M) “Tratar los problemas del alma, qué bonito queda”.
¿Por qué en el libreto del disco aparece Santos (ndr: guitarrista de la banda) en las fotografías, pero no en el apartado de grabación?
(M) “Santos no ha podido grabar este disco por motivos de trabajo y personales. Me he grabado yo todas las guitarras, menos algunas colaboraciones de algunos colegas como el pequeño Carlos, que ha producido además seis temas, y de Sócrates López. Pero sí estará en la gira”.
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1 comentario
Pedazo de entrevista la que se ha marcao Anna Moher hacia el nuevo álbum de los cojonudos GRITANDO EN SILENCIO como otras cosas relacionadas con la banda. Mucha suerte en su futura gira Española y a ver si en el futuro se atreven con los países hermanos latinos.