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«Tengo buen corazón, pero hay partes negras y otras de oro»

Por: Alfredo Villaescusa


Para alguien perteneciente a la generación X o nacido en los albores de los ochenta, hablar con un millennial es algo similar a hacerlo con un venusiano, un pintoresco ser cuyos usos y costumbres te resultan tan ajenos como los de cualquier criatura extraterrestre. Ese es el caso de Aviva, artista australiana que supera el billón de escuchas globales y se ha convertido en un auténtico fenómeno en las redes sociales, tanto con sus últimos singles como con su reciente debut ‘Volume I’. Alfredo Villlaescusa, tan curioso como siempre, quiere saber lo que hay de real en esto, por lo que no duda en contactar con esta vocalista y compositora de estética impactante.

Tu primer álbum, ‘Volume I’, es más bien una recopilación de sencillos, ¿cómo te liaste la manta a la cabeza para llegar a este punto?

“Pues empezó hace unos años, cuando conocí a Matais Coulter, que se convirtió en mi colaborador indispensable hasta el día de hoy. Ambos antes tocábamos en diversas bandas, pero nos apetecía componer juntos algo diferente que fuera nuestro y estuviera más cerca del tipo de música que escuchábamos. Quedamos unas cuantas veces, le dimos vueltas a las cosas y así nos salió “Grrrls”, que fue el primer single que edité. Y eso fue todo”.

¿Es por tanto Aviva un proyecto personal o lo entiendes como una banda de pleno derecho?

“Bueno, en realidad Aviva soy yo porque ese es mi nombre y mis canciones representan lo que soy, pero en lo que respecta a componer, ahí cuento con la ayuda de Matais. En ocasiones compongo sola, especialmente las letras y la melodía, mientras que de la producción se suele encargar Matais”.

¿El título ‘Volume I’ anticipa que habrá en el futuro más entregas?

“Sí, esa es mi intención, pero no quería hacer un álbum en el sentido tradicional. Prefiero ir sacando singles cada cierto tiempo y cuando tenga los necesarios editar otro volumen. Creo, no obstante, que también es importante tener una copia física que se pueda sentir o tocar con las manos, la gente agradece que en ese caso se incluya también algún contenido extra”.

¿Eres entonces más de sencillos que de discos?

“Sí, mi proyecto consiste en que cada canción constituya un mundo en sí mismo, por eso prefiero lanzar singles en vez de un álbum al uso centrado en un único tema. No quería limitarme en ese sentido”.

¿El negocio musical tal y como lo conocíamos no tiene futuro?

“Es algo que está en constante evolución. Ha cambiado de manera radical la manera en que los artistas editan música o llegan a los fans. Creo que es importante no preocuparse demasiado por el futuro. En los últimos años he tenido la oportunidad de firmar con algunos sellos o discográficas, pero he rechazado varias propuestas porque quizás todavía no he encontrado el sitio que se ajuste más a mis necesidades. Los métodos tradicionales ya no pueden alcanzar a todos los artistas, el negocio musical ya no funciona como en los setenta, estamos en 2020 y hay que adaptarse”.

¿Qué cambios ves inevitables asumir?

“Es importante entender que detrás de los artistas hay personas y que existe un trabajo, aunque eso de pagar por música es algo que pertenece ya a otra época. En el siglo XXI tenemos la ventaja de que cualquiera puede grabar algo y ponerlo en internet, pero uno debe mostrarse apasionado al respecto. De hecho, creo que eso es lo que realmente te conecta con la gente, da igual la época en la que vivas”.

Tu pieza debut “Grrrls” consiguió una espectacular cifra de escuchas en  tiempo récord, ¿esperabas tanta repentina aceptación?

“No, para nada. Mi música en general ha tenido bastantes escuchas, lo cual es increíble, por lo que agradezco esa atención a todo el mundo y en especial a mis fans, que les llamo “outsiders”. Nunca hubiera imaginado que las cosas saldrían de esta manera, estoy muy contenta”.

Te suelen comparar con artistas superventas como Billie Eilish o Lorde, ¿qué te parece?

“Lo tomo como un elogio, imagino que la gente ve en mí una marcada imagen y personalidad, al igual que sucede con Billie Eilish o Lorde, en ese aspecto tengo bastante confianza en mí misma y en el tipo de persona que soy. Pero también les debemos mucho a ellas, como artistas y como mujeres”.

Aparte de los que hemos mencionado, ¿qué otros grupos destacarías?

“Creo que estoy influenciada por cosas muy diferentes, porque me interesa más lo que te provoca o cómo te hace sentir una canción determinada que un tipo concreto de música. Mi grupo favorito son The Smiths porque fueron originales en muchos sentidos, como las letras o esas atmósferas melancólicas, que a veces también están cargadas de fuerza. Me gustan ese tipo de artistas que expresan una emoción de manera rotunda, no en plan victimista, no me va ese rollo”.


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Nunca hubiera dicho que serías fan de The Smiths, no veo tus temas como de cortarse las venas…

“Eso tiene que ver con lo que te acabo de decir. Yo quiero escribir canciones en las que se pueda sentir la emoción que hay detrás, pero el sentimiento que yo quiero transmitir es muy diferente al de The Smiths. Creo que en términos de actitud mi música estaría mucho más cercana al punk, en plan esto es lo que hay, acéptalo o déjalo”.

¿Hay planes de gira para el futuro?

“Pues tenía bastantes cosas pensadas para este año, sobre todo en lo que respecta a Europa. Todavía no está anunciado, pero puedo decirte que tocaré en un festival muy guay de esa zona, así que estoy muy emocionada al respecto. 2021 será para mí el año de Europa y Reino Unido, aunque tampoco tengo mucho control sobre la situación de la pandemia…” (risas).

¿Has estado alguna vez en España?

“No, nunca, pero tengo muchas ganas de ir porque uno de mis tíos estuvo allí de intercambio durante un año y me dijo que era increíble, aparte de darme bastante envidia” (risas).

Casi me lo has sacado, tus padres pertenecían al mundillo artístico, ¿te influyó eso de alguna manera?

“Sí, claro. Para mí lo de compartir mis sentimientos siempre fue como una especie de juego, algo divertido, y escribir canciones me parecía la forma más sencilla de expresarme. Creo además que lo de no componer nada no era una opción en mi caso”.

¿Cómo elegiste tu nombre artístico?

“Yo no lo hice, mis padres me ahorraron el trabajo (risas). Aviva es mi nombre real, en serio”.

Creo que mantienes un contacto muy estrecho con tus fans a través de redes sociales, ¿cierto?

“Sí, para mí son lo más importante, gracias a ellos he podido convertir la música en mi trabajo. Escribo canciones para que mis fans puedan tener instrumentos para expresarse, ya que para nosotros la música es una manera de expresar la identidad o cómo nos sentimos. Comparto mi mundo artístico, por lo que no me importa hablar con mis seguidores, aunque a veces reciba miles de mensajes al día… (risas). Siempre saco tiempo para intentar leer tantos como me sea posible. Hay también otras plataformas con mi nombre para conectar a la gente, como mi canal de YouTube. Tenemos una comunidad maja por ahí con muy buen rollo, no hay cabida para comentarios negativos”.

¿Y qué haces con los haters?

“Bueno, tampoco les presto demasiada atención. Suelo ignorar ese tipo de mensajes, aunque tengo la suerte de no contar con muchos haters. Si realmente me odian, no me preocupan en absoluto”.

¿Piensas que las redes sociales son fundamentales hoy en día para cualquier artista?

“Creo que es importante mantener un equilibrio y una relación sana con las redes sociales, no me interesan las polémicas o las competiciones para ver quién es más popular. Yo utilizo la música como un medio para expresarme, por lo que si se emplean las redes sociales para comunicarse, está bien, en cambio, si lo que se persigue es llamar la atención, en plan eh, miradme, entonces se transforman en algo tóxico”.

Dicen que tienes el “corazón negro”, ¿cómo casa eso con los mensajes positivos?

“Bueno, diría más bien que tengo un punto de maldad (risas). Tengo buen corazón, en serio, pero hay partes negras y otras de oro” (más risas).

Naciste a mediados de los noventa, ¿te sientes parte de la cultura millennial?

“Me siento únicamente conectada a mis propias experiencias, por lo que no me gustan las relecturas del pasado ni tampoco me interesan las generaciones pretéritas. Intento seguir un estilo personal muy marcado tanto a nivel visual como musical, por lo que no considero que deba nada a artistas anteriores a mí. Estoy muy contenta con mi forma de ser, y si eso a otras personas les agrada, a mí también me parece genial”.

Alfredo Villaescusa
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