Crónicas
Ne Obliviscaris + Allegaeon + Virvum: Talento y técnica
«Una de esas bandas que demuestran que la capacidad de innovación y el talento siguen presentes hoy en día»
26 abril 2018
Sala Bóveda, Barcelona
Texto: Víctor Vallespir. Fotos: Jason Cenador en Madrid
Estos australianos son una de las bandas con más identidad del panorama progresivo actual, una mezcla soberbia de black metal, virtuosismo y violines. Si bien les habíamos podido disfrutar en Barcelona junto a Enslaved, ahora nos tocaba poder gozar de la mezcla de estilos que nos propone Ne Obliviscaris como cabezas de cartel, 90 minutos de puro éxtasis musical. El emplazamiento escogido sería la Bóveda condal, sala con no demasiadas buenas referencias en cuanto a sonido se refiere: la suerte estaba echada.
Los primeros en saltar al escenario serían los suizos Virvum, quienes, con un death metal técnico muy agresivo, empezarían a caldear el ambiente de una Bóveda que iría presentando cada vez mejor aspecto. Pese a que en un comienzo sonaron algo difusos y con un bombo demasiado alto, fueron acomodándose al escenario para acabar animando al público sin parar. Presentaron su más reciente larga duración, ‘Illuminance’, en base a temas como las concisas “Ad Rigorem”, “Tentacles Of The Sun” o la canción que da nombre al disco. Intercalando momentos de puro virtuosismo con secciones con el blastbeat por bandera, animaron al respetable y supieron gustar a más de uno. Para terminar su escueto show optaron por la larga “II: A Final Warming Shine: Ascension And Trespassing”, un tema de ni más ni menos que 10 minutos que nos acompañaría en un viaje sónico muy depurado. Sensaciones finales muy buenas y constatación de la solidez de una formación que lleva ya más de diez años en esto.
La velada iba calentándose, y a partir de entonces nos encontraríamos con la más grata sorpresa de la noche. Allegaeon son también una formación de death metal técnico, con la diferencia de que su vocalista, Riley McShane, controla una variedad de matices sorprendente que dotan de un aura distinta a cada una de las secciones de su música. Todos los músicos de la banda son auténticos monstruos en sus respectivos instrumentos, con una dupla de guitarras verdaderamente impresionante y con su bajista, Brandon Michael, que ocuparía la parte central del escenario en base a tappings y dibujos del más alto nivel.
Su decisión de llevar una batería exclusiva para su concierto, y que tendrían que colocar justo en medio del escenario, les limitaría muchísimo en el espacio que podrían ocupar durante el concurso. Probablemente en una sala más grande hubiesen podido condimentar el espectáculo con algo más de movimiento. Pese a ello, no pudimos hacer más que rendirnos cuando nos vimos frente a las composiciones que integran su más reciente trabajo, un ‘Proponent For Sentience’ que sonó fabulosamente bien. Temas como la inicial “The Extermination” o “From Nothing” funcionaron sumamente bien, mientras que temas anteriores en su catálogo como “Extremophiles” o “1.618” sirvieron para que el público se entregara en cuerpo y alma a su concierto.
Acabaron su concierto con “Accelerated Evolution” y la reacción fue unánime. Y es que mucho mérito tiene lo de Ne Obliviscaris al arriesgarse a traer a teloneros de un nivel tan alto durante toda una gira. Pero vamos, que los australianos también juegan en otra liga. Desde el comienzo de su concierto con “Libera (Part 1): Saturnine Spheres”, tema que abre ‘Urn’, disco lanzado el año pasado, se notó su complicidad encima el escenario y la capacidad por integrar en un mismo tema mil y una notas con todas las disparidades sónicas posibles. Sobre las tablas, destacar la presencia de su nuevo bajista, Martino Garattoni, quien supo representar a la perfección la importancia de su instrumento en las dinámicas de la banda. El resto, una pared de detalles bañados en los blastbeats y doble bombo de batería tan presentes en las composiciones de los australianos.
“And Plague Flowers The Kaleidoscope” rememoró su primer álbum, ‘Portal Of I’, mientras que “Intra Venus”, single de su nuevo trabajo, puso a todo el gentío a cantar a pleno pulmón. En cuanto a las voces, destacar la versatilidad de la banda en base a los guturales de un Xenoyr que sabe ceder protagonismo a sus compañeros a lo largo del concierto y un Tim Charles que combina sus preciosos rangos vocales con los ya clásicos dibujos al violín. Mientras nos devolvían al gran ‘Citadel’ de la mano de “Painters of the Tempest (Part II): Triptych Lux”, la canción más larga de su repertorio (más de 16 minutos) y encaraban las notas de la nueva “Eyrie” empezamos a notar que la conexión entre banda y público era verdaderamente asombrosa: sin llegar a llenar la sala, consiguieron congregar a una masa de fanáticos realmente notable para ser su primera gira europea como cabezas de cartel.
El tema que da nombre a su último disco serviría para que se retiraran del escenario de forma momentánea y, a su vuelta, nos despedazarían con la que es, en opinión de servidor, su mejor composición hasta la fecha, una “Devour Me, Colossus (Part I): Blackholes” tan impresionante como lo es en disco. Se despidieron entre aplausos y la alucinación colectiva de los que pudieron vivir lo ocurrido durante esa tarde noche.
Para quien escribe estas líneas el sonido pudo ser mucho mejor durante su descarga, pero la opinión más o menos generalizada fue de agradecimiento a los técnicos por saber sonsacar un resultado decente a las difíciles estructuras de Bóveda. En fin, sea como fuere, solo podemos postrarnos ante una de esas bandas que demuestran que la capacidad de innovación y el talento siguen tan o más presentes hoy en día que cuando empezamos a hablar de metal progresivo. ¡Y que siga así muchos años más!