Crónicas

Rulo y la Contrabanda: Se abre el bar “Objetos Perdidos”

«Una gira que será muy especial, en la que existe más complicidad y más intimidad»

1 febrero 2018

Teatro Real Carlos III, Aranjuez

Texto y fotos: Alejandro García Aguejas

Desde que Rulo comenzó su etapa en solitario en 2010, viene siendo habitual que, tras una gira en salas presentando el último disco, haga otra gira por teatros, donde la complicidad y la interacción con el público se encuentran. La primera fue “Canciones desnudas”. El experimento gustó tanto que repitió con la gira “5 gatos”, culminando en un espectacular DVD en directo desde el castillo de Argüeso. Para esta tercera gira, le ha puesto el nombre de “Objetos Perdidos”.

Ha querido dar una vuelta de tuerca más y en esta gira ha hecho una escenografía especial, simulando un bar al que no le falta ningún detalle: luces de neón, máquinas tragaperras y hasta un camarero que se colocaba tras una barra de atrezzo o que servía copas de verdad. Rulo Y La Contrabanda comenzaron esta gira en el acogedor teatro Carlos III de Aranjuez. Lo anunciaron como una especie de preestreno de la gira, pero lo cierto es que fue un concierto con todas las de la ley.

Se abrió el telón y Rulo sorprendió entrando por el patio de butacas. Él, con guitarra en mano, subió para comenzar con “Objetos perdidos”. La siguiente fue “Me gusta”, que tras los primeros versos de la canción fueron incorporándose toda La Contrabanda para acompañarle: Fito, Patty, Quique y Charly.

Hicieron un repaso de su discografía jugando con varios instrumentos. La bandolina de Fito en “Como Venecia sin agua”, el acordeón de Quique y el xilófono de Charly en “Buscando el mar” o la slide guitar de Patty en “Me quedo contigo”. Tocaron también temas como “Descalzos nuestros pies”, “Noviembre” o “M”. En los últimos conciertos, es habitual ver a Rulo tocar el piano. Nos sorprendió a todos cuando utilizó este instrumento para tocar en solitario “Mi cenicienta”.

Rulo se encuentra a gusto en este formato porque puede hablar y presentar las canciones todo lo que quiera. Tocaron las dos partes de “La flor” y nos contó que amenaza con una tercera parte. En “Fauna rara” llegó el momento freak de la noche. El bar se convirtió en una discoteca y, con Charly en una mesa de DJ, hacía una base de electrónica mientras tocaban esta divertida canción. Recuperó para la ocasión “Buscando en la basura” de su etapa de La Fuga. Una sorpresa para todos los que estábamos. No faltó “Por verte sonreír”, donde presentó a toda la banda.

“La reina del barrio” la tocó en solitario. Una canción muy emocionante sobre el Alzheimer. Fue más emocionante aún cuando Rulo la cantó alejado del micro junto con el centenar de personas que cabía en el teatro. Rulo volvió al piano para tocar “Heridas del rock and roll”, con toda La Contrabanda. Para el final dejó “Como a veces lo hice yo” y una versión muy country de “La cabecita loca”. Una de las canciones que más cambia respecto a su versión original. Se despidieron tocando “El vals del adiós” mientras el camarero les echaba uno a uno del bar. Rulo se fue por donde vino: por el patio de butacas.

Fue el inicio de una gira que será muy especial, en la que existe más complicidad y más intimidad. Donde da tiempo a presentar las canciones, donde las canciones se escuchan de otra forma y donde los pelos de punta se ponen más de una vez.

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Esta entrada fue escrita por Alejandro García

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