Crónicas

Gizëh + Esclavitud: Enorme proyección

«Una mezcla de nostalgia por el pasado y entusiasmo por lo que está por llegar»

5 diciembre 2017

Sala Republik, Madrid

Texto y fotos: Pablo Camacho

El espíritu del heavy metal se podía respirar en la calle Puebla de Madrid. Las puertas de la sala Republik se convertían en el punto de reunión de los incondicionales del género para una noche de buena música. La vuelta de Manuel Rodríguez a la capital suponía un evento muy especial, sobre todo para los seguidores de aquella genial banda que fue Sphinx.

Media hora de retraso tuvo la apertura de puertas, algo que con el frío de la noche madrileña tenía un tanto afectado a los que esperaban, pero que hizo que todos se apresuraran a bajar a la sala en cuento les fue permitido. Con una introducción instrumental subieron al escenario los canarios Esclavitud. Lo primero que nos llamó la atención son sus letras en inglés, cuando a lo que estábamos acostumbrados de ellos es al castellano. Rápidamente nos ponen en situación. ‘Return to Eden’, su nuevo disco es el primero en el que la lengua de Shakespeare es la protagonista, tras más de veinte años juntos.

“How I Wish” es el primer single de este nuevo trabajo y en el realizan todo un despliegue de solos de guitarra, de la mano de Alexis Guerra. Durante todo el concierto, su hacha es una constante de filigranas. Con “No More Lies” realizan una interpretación más directa, menos progresiva, dejando claro que la contundencia sigue siendo parte intrínseca de la banda. Tras dejar claro que la intención de este concierto es presentar el nuevo LP, tocan “Brand New Day”. Todo un nuevo amanecer es lo que encontramos en esta nueva etapa.

Esclavitud lleva muchos años al frente del metal canario, por ello no todo deben ser novedades. “Mi decisión” de su anterior disco ‘Condenados al paraíso’ fue la elegida para recuperar el castellano a las voces. Con ella consiguieron la mayor interacción con el público, que coreó el estribillo.  Marc Quee, vocalista de la banda, estuvo muy atento con los presentes durante todo el concierto, incluso con los más “efusivos” que creen que la banda toca solo para ellos. La canción de cierre fue “Return to Eden”, tema que da nombre al último redondo de Esclavitud. Heavy Metal clásico con toques de power prog, que disfrutamos todos.

Cuando estaban a punto de bajarse del escenario les chivatearon que tenían tiempo para una canción más, lo que aprovecharon a lo grande. Rebuscaron en su repertorio y llegaron a 2006, año de lanzamiento de ‘Involución’, su primer trabajo de estudio. “Orgullo y Libertad” sonó de maravilla, con agresividad, a lo Judas Priest con un riff muy pesado. Hubiese sido una pena habernos perdido este tema por falta de tiempo. El público les mostró su agradecimiento a su hora de concierto con un largo aplauso.

La pequeña sala convertía las actuaciones en algo muy personal, existía un diálogo entre los artistas y los aficionados al metal. La iluminación se reducía a una serie de barras de LEDs, que debido al tamaño del escenario resultaban curiosamente efectivas. Eso sí, la niebla artificial llegaba a molestar, su necesidad era nula con ese tipo de luces y dado el tamaño del recinto, afectaba incluso a nuestro olfato. El volumen quizás un poco excesivo para la sala no impedía que el sonido fuese más que correcto.

Cuando quedaban veinte minutos para las once, empezó la actuación de Gizëh. “Amor imposible” fue la elegida para abrir la noche. En seguida pudimos ver a un Manuel Rodríguez pletórico, muy muy activo, recorriendo el escenario y casi subiéndose encima del público. Con “Confesiones” aprovecharon para presentar a Alex Sánchez como guitarra y a Matt de Vallejo a la batería, que tocaron sendos solos.

Seis años habían pasado desde la última vez que Manuel cantaba sobre un escenario en Madrid, recordándonos que fue en el Power Alive cuando era vocalista de Sphinx. A esa etapa recurrieron para su tercera canción,  “La muerte sobre un papel”, que todo el mundo cantó al unísono. Parece que la nostalgia sigue haciendo mella entre los aficionados a ese periodo, que enloquecían cuando llegaban temas de su anterior banda. “Nuevo Amanecer” fue la elegida para volver a Gizëh. “Volver” siempre nos toca un poco la fibra a los que nos sentimos identificados con la historia de Alex, que tuvo que emigrar para encontrar cierta estabilidad, pero que añoraba su tierra y su hogar. Para acabar esta primera parte del concierto la elegida fue “Cleopatra”, tema con el que Manuel tuvo algún problema con las letras, pero enseguida bromeó con ello. Aprovechó para confesar también que el grueso de los temas del disco de Gizëh son antiguos descartes que no entraron en los últimos trabajos de Sphinx.

Una breve pausa nos llevó a la presentación de los componentes de la formación. Como buen gaditano, Manuel Rodríguez bromeó con la procedencia jerezana de Alex.  También destacó la nueva guitarra Jackson de Victor Otero, que tuvo sus más y sus menos cuando coincidieron en Sphinx, pero ahora se llevan como hermanos. Juanje Rama, bajista, es madrileño, así que se estrenaba ante su público.

“Santa Maldad” y “Momentos de Lucidez” fueron las elegidas para cerrar la noche. El público, algunos llegados desde Alicante y Jaén,  se entregaron totalmente y lo dieron todo con estos dos temas de Sphinx.

Un concierto que traía por primera vez este nuevo proyecto a la capital, con éxito entre sus incondicionales. Desde su estreno en el San Fernando Music Festival de este pasado verano se ha apreciado una enorme evolución entre estos músicos, cada día más compenetrados. Manuel Rodríguez ha formado un grupo con enorme proyección. Podemos esperar mucho de ellos.

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Esta entrada fue escrita por Pablo Camacho

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