Wild Krash

Wild Krash

Autoeditado (2018)

Por: Pablo Camacho

8

Agarrad la chupa de cuero, ajustaos los guantes y pisad el acelerador. Ya está aquí el álbum debut de Wild Krash. Este trío sevillano ha salido de una máquina del tiempo y nos trae una joya en forma de LP a la vieja usanza. El disco huele a bourbon rancio y a colillas, a bares que no cierran y a cuero. Los once cortes de este ‘Wild Krash’ son una carta de presentación que define a una banda cuyo sonido podría haber nacido hace treintaicinco años. Letras en inglés y los elementos clásicos del hard rock podrían llevar este disco a sonar en más de medio mundo.

El plástico arranca con “Sons of the Night” a toda velocidad, dejando claro que son concubinos de la luna. “Hard Liquor” nos dejará repitiendo su estribillo mucho después de haber terminado su escucha y “Under Fire” nos hará vibrar con sus coros. Estos dos últimos temas han sido elegidos, además, como vídeos promocionales del disco. Johnny W al bajo, Viko Wild a las guitarras y Kanina Krash tras la batería forman un equipo incombustible que no piensa dejar títere con cabeza. “¡Vamos a darle caña al puto rockanroll!” es la introducción de “Jackson X”, un claro homenaje al hacha de seis cuerdas, que Viko ataca con gran maestría.

“I’ve Got the Poison” arranca de manera brutal para dar paso a un tema con hechizo, casi propio de una noche de brujas. “Let’s Go” demuestra la capacidad de esta banda para crear riffs efectivos, con gancho, algo que aplican a la perfección en toda la grabación. El paréntesis lleva como nombre “Wasted Life”, un tema pausado, con guitarras acústicas y mucho alma. Pero la pausa es corta y con un “Come on!” vuelve la caña de “TyranT”, un tema que nos puede recordar perfectamente a los Judas Priest más clásicos. Las premisas más clásicas del hard rock se muestran en “Up Your Ass”, cuyos estribillos nos llevan a unos desmelenados Motley Crüe. Un riff pesado propio de la factoría Iommi abre “Road to Hell”, uno de los temas más oscuros, que se va acelerando a cada segundo. El álbum cierra a la perfección con “Take it Easy”, un tema con efluvios blueseros, a lo “Black Dog” de Led Zeppelin.

Un debut trabajado y efectivo, un sonido que nos recordará a lo que ya conocemos, pero que no encontramos, una banda que triunfará si sabe moverse. Wild Krash tiene potencial y ha presentado sus cartas, ¿a qué esperas para escucharlo?

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