Rosa Negra

Maadre

A New Label (2021)

Por: Alfredo Villaescusa

8

El fenómeno de los grupos que gozaron de cierto reconocimiento en los ochenta y luego vuelven unos años o incluso unas décadas más tarde no se trata para nada de un caso aislado en el panorama. Para pegar un pelotazo en su momento tienen casi que alinearse los astros y coincidir infinidad de elementos que a veces son ajenos a los propios músicos. Es un poco como encontrar pareja, la persona en cuestión te tiene que corresponder, tampoco debería poseer taras sentimentales de relaciones anteriores y justo debe darse la ocasión propicia.

Los madrileños Rosa Negra lograron grabar álbumes como el debut homónimo o ‘El beso de Judas’ en la época de los cardados y las hombreras auspiciados por una multinacional tan potente como CBS. Por diversos factores tiraron la toalla hasta que reaparecieron en el Leyendas del Rock de 2012, una chispa que cristalizaría posteriormente en el regreso discográfico ‘RN19732015’.

Tras un periodo de poco más de un lustro, vuelven con ‘Maadre’, un trabajo que hace justicia a su legado y demuestra que siempre existe margen para la innovación, a pesar de que el campo de acción parezca demasiado delimitado a priori. De entrada, destilan un inconfundible aroma a heavy clásico en “Perros viejos”, pieza que enfatiza el valor de los veteranos, al igual que “Los caballeros de la corte del rock”, anticipos de los que ya nos hicimos eco.

“Attila (Homo Seductorum)” sigue haciendo gala de un ritmo contundente para agitar la cabellera, mientras que “Un infierno feliz” sorprende por completo por ese rollito funky a lo Dan Reed Network con dejes en plan raperos. Pero que nadie se rasgue las vestiduras, pues el resultado es tan soberbio que hasta debería llamar a los más tradicionalistas. Atentos al solo de guitarra.

“Una negra flor” certifica la maestría de estos históricos para las baladas cargadas de fuerza a la vieja usanza. ¿Quién dijo que escuchar ese tipo de canciones era de moñas? Este corte cuestiona de pies a cabeza semejante afirmación. Y vuelvo a subrayar el trabajo a las seis cuerdas.

“La mejor persona de la tierra” apelará a los fanáticos del hard rock desde el mismo comienzo antes de llegar a un pegadizo estribillo que podría ser de Sangre Azul, o de Dokken, si nos ponemos internacionales. Las acústicas toman el protagonismo en el comienzo de “Qué ven en la luz”, pero no tardan en pisar el acelerador en un corte que recuerda del mismo modo a figuras foráneas de los ochenta. Y todo ello con una letra que no pierde el pulso de la modernidad.

“We’re Blinding Our Heart” romperá los esquemas mentales de los aguerridos por su aproximación al rock melódico y “No, no te rindas” se sitúa no muy alejada de los Skid Row de su etapa gloriosa, de lo mejor del conjunto. “Cantad, cantad, malditos” mantiene el nivel compositivo del resto del disco y en “Espejo del agujero II (Madre”) ofrecen un lavado de cara adecuado a los nuevos tiempos de uno de sus temas más conocidos. Solo nos queda echar el resto con la frenética “Efecto y causa”, otra tonadilla que como mínimo te hará mover la cabeza.

Un lanzamiento, en definitiva, para los que piensan que no se puede esperar demasiadas vueltas de tuerca en el terreno del heavy metal clásico de ínfulas ochenteras. Basta comparar a estas leyendas del foro con combos tipo Obús o Barón Rojo y llegar a la conclusión que en realidad las similitudes no son muchas. La madre fallecida a la que está dedicada esta obra seguro que está sonriendo desde la eternidad.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Pedazo de tema por parte de una banda por desgracia muy infravalorada de nuestro Rock como son ROSA NEGRA para su interesante álbum de estudio.

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