Metallica estrena "S&M2": Una fusión de estilos magistral

El día 9 de octubre fue el elegido para que algunos privilegiados pudiéramos conocer en salas de cine lo que Metallica y la Orquesta Sinfónica de San Francisco le regalaron a unos pocos los días 6 y 8 de septiembre. Y efectivamente, eso fue: un regalo. Una auténtica avalancha de calidad musical ejecutada por maestros de este arte. La madurez a la que ha llegado Metallica en los últimos años unida a una de las mejores orquestas sinfónicas del mundo ha desembocado en unos conciertos únicos. Nos han mandado el mensaje de que el metal y la música clásica pueden convivir sin desentonar y también nos dejaron muchas sorpresas.

Acudimos a la cita en los Cines Ideal de Madrid, donde nos encontramos en una sala con un público bastante soso, he de decir. Por supuesto, no se debe hablar en un cine, pero si Robert Trujillo te dice que te levantes y cantes todo lo que quieras, habrá que hacerle caso. Antes de llegar a ese momento, ‘S&M2’ comenzó repasando “All Within My Hands”, el proyecto solidario que lleva a cabo la banda californiana en colaboración con otras organizaciones allá donde actúa. Todo un ejemplo a seguir por cualquiera que mueva cantidades de dinero desorbitadas como ellos.

A continuación, un recorrido por las calles de San Francisco fue el penúltimo aperitivo. Pasamos por el mítico Golden Gate, el barrio chino y, cómo no, nos subimos al emblemático tranvía de la ciudad antes de llegar al Chase Center (nuevo hogar de los Golden State Warriors de la NBA) donde ya esperaban numerosos fans de los Hombres de Negro.

Antes de la música, escuchamos los testimonios de los miembros del grupo de thrash metal y del hombre que iba a dirigir a la sinfónica, Edwin Outwater, entre otros. Aquí me quedo con las palabras de Michael Tilson Thomas, director musical de la orquesta: “La música clásica es un oasis de tranquilidad… pero hoy no queremos eso”. La cosa pintaba muy bien. La implicación de todos los que participaron en este show era patente y eso solo puede acabar de forma positiva. Vamos al lío.

Si ya nos habían sorprendido con aquellos cubos con pantallas en su gira por pabellones, lo que usaron esta vez no se quedó corto: cuatro anillos gigantes donde se proyectaban imágenes, colocados encima de los protagonistas. Dieron desde el principio una estética sin igual. El tema principal de “El Bueno, el Feo y el Malo” comenzó a sonar, interpretado de forma magistral por la orquesta, todo un plus para empezar y avisarnos de lo que se nos venía encima. Un alboroto evidente de los asistentes fue la señal de la llegada de Lars, James, Kirk y Robert por un pasillo entre el público que les condujo hasta el centro del recinto. Allí estarían rodeados por Edwin y por los virtuosos de sus instrumentos. Esta disposición nos dejó imágenes gloriosas de la complicidad existente entre todos los participantes.

No sé si para bien o para mal, en el repertorio figuraba al menos una canción de cada álbum de Metallica. Era la primera vez en su historia que lo hacían. Quizá aprovecharon la oportunidad para repasar todas sus creaciones sin tener en cuenta las evidentes diferencias entre unas y otras. La instrumental “The Call of Ktulu” fue la elegida para arrancar. Continuaron con “For Whom The Bell Tolls”, otro trallazo del mismo disco que es intocable en sus actuaciones.

El tema escogido del ‘Death Magnetic’ de 2008 fue “The Day That Never Comes”, el cual vino precedido por una majestuosa introducción de la orquesta en la que destaco los punteos del arpa. Mágico. El resto de la canción no bajó el nivel. Todos se coordinaron a la perfección de principio a fin para hacer una versión mejorada de esta composición.

Tras estos nueve minutos de gloria, Papa Het retó al público a cantar con “The Memory Remains”. La apuesta le salió cara, porque ya terminada la canción, los asistentes siguieron coreando la característica melodía de esta pista del ‘ReLoad’. Hetfield y los suyos no daban crédito. Tuvo que ser Lars llevándose el dedo índice a los labios quien reclamara un poco de silencio en tono de broma. Cuando consiguieron apaciguar un poco a la multitud, empezó a sonar “Confusion”, perteneciente a su último trabajo de estudio, ‘Hardwired… To Self-Destruct’. Pudo resultar sorprendente su presencia, pero para nada desentonó. Como tampoco lo hizo la pegadiza del mismo disco “Moth Into Flame”.

Las siguientes fueron “The Outlaw Torn” (‘Load’) y “No Leaf Clover”, tema compuesto en 1999 por el grupo californiano y la San Francisco Symphony y cuya presencia 20 años después era un secreto a voces. Estos temas supusieron un respiro antes de que “Halo On Fire” cerrara una primera parte que prometía más fuego en la segunda.

Los que vivimos esta cita en el cine no tuvimos intermedio y fuimos directos a la mitad restante, la cual estaría llena de sorpresas. Comenzó con la orquesta en solitario, esta vez dirigida por Michael Tilson Thomas, interpretando un tema de música clásica que se acerca mucho al heavy metal, tal y como afirmó el propio Tilson. Siguieron con un tema del mismo estilo, pero esta vez acompañados por Metallica. Sí, Metallica estaba tocando también “La Fundición de Hierro” de Alexander Mosolov. Fue inusual y a la vez fantástico ver al director dando entrada a Hammett en primer lugar y poco después a Trujillo. Unas imágenes que quedarán para el recuerdo.

Una canción que pocos o nadie esperaban para esta cita fue “The Unforgiven III”, la cual fue transformada por completo: fue interpretada únicamente por los miembros de la sinfónica y la voz de James Hetfield. Inesperada y sobresaliente pieza que nos dejó los pelos de punta. Tras su finalización, el cantante volvió a dirigirse a los asistentes: “¿Os acordáis de Cliff Burton? Nosotros, sí. Y aquí también hay una persona que se acuerda especialmente de él”. Subió al escenario Scott Pingel, uno de los miembros de la sinfónica, con un contrabajo eléctrico para tocar la instrumental “Anesthesia (Pulling Teeth)” del ‘Kill ’Em All’, acompañado por Ulrich en los compases finales. Este significó un momento muy emotivo y ovacionado por todo el recinto. Serán pocos los homenajes que se le hagan a la figura de Burton. Este ha sido magnífico.

La aclamada “Wherever I May Roam” del álbum negro fue una grata sorpresa antes de las cuatro archiconocidas que venían tras ella y pondrían el broche de oro. Sin duda, las baladas y aquellos temas que tienen intros “tranquilas” fueron las mayores beneficiadas con la sobresaliente participación de la orquesta. Esto no fue una excepción con “One”. Igual que hace 20 años, volvieron a crear una obra de arte para nuestros oídos.

Una lástima que fuéramos pocos los que gritamos “¡Master!” en la sala del cine cuando James nos invitó a hacerlo durante el estribillo de “Master of Puppets”. No obstante, nada impidió que cada uno disfrutara a su manera de este emblemático tema de los californianos, en el cual los violines y el resto de instrumentos de cuerda acompañaron con fiereza de principio a fin. “Nothing Else Matters” nos anunciaba, paradójicamente, la calma antes de la tormenta. La balada más famosa de Metallica, fusionada con la música clásica, fue una auténtica delicia. Y como no podía ser de otra forma, llegó “Enter Sandman” para hacernos gozar de un final espléndido con un público totalmente volcado.

Ya no creo que quepa duda alguna para afirmar que Metallica es una de las bandas más grandes de todos los tiempos. Hace dos décadas habían logrado algo maravilloso junto a la Orquesta Sinfónica de San Francisco, pero esta vez lo han llevado a otra dimensión. Un espectáculo sublime en el que se ha visto evidente el gran trabajo y preparación que ha tenido detrás para crear una experiencia perfecta para los amantes de la buena música. Y, por supuesto, han homenajeado a Cliff Burton de una forma emocionante y magistral.

Raúl Vázquez Fernández

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