Todo sobre “En las Encías”, el videoclip de Marea y Poli Díaz: declaraciones exclusivas

Sí, sabemos que los seguidores de Marea han visto ya –y en algunos casos requetevisto- el videoclip de “En las encías”, que tiene a Poli Díaz como protagonista. Pero lo que de momento nadie te ha contado es cómo se gestó la colaboración del Potro de Vallecas con los de Berriozar.

Poli le firmó a Kutxi los guantes que usó en el vídeo y ya forman parte del Kutxirril, esa especie de casa-museo de Marea que tiene el cantante en Berriozar. Foto: Juan Destroyer.

Juan Destroyer estuvo en el Kutxitril escuchando en primicia ‘El Azogue’ y entrevistando a la banda al completo, reportaje de portada en La Heavy 411 que ya está a la venta, pero se reservó esta pieza para los visitantes de MariskalRock. Es el propio Kutxi Romero quien empieza a contarnos: “Esta vez quería un videoclip sencillito. Como es una canción que habla de la pelea con uno mismo, pensé en hacerlo en un ring de boxeo de un gimnasio bonito, rollo ochentero. La idea era subirnos al ring con una luz cenital y hacer un playback, algo sencillo, los cinco más un actor que desarrollara la historia paralela. Tenía que ser un actor talludito, veterano, que hiciera el papel de un tío que entra al gimnasio y no hay nadie. Se va vistiendo para un combate imaginario, pero él se cree que está lleno de público. Sube al ring, saluda, calienta y finalmente empieza a pelear mientras nosotros estamos tocando. Cuando acaba el vídeo, con la última nota, se encienden las luces y se ve que solo está él con los puños en alto”. 

¿Pero por qué contar con un actor en vez de con un boxeador de verdad? “Se me iluminó la bombilla Romero y llamé a Jorge de La Esquina del Zorro, el que me saca los libros a mí, porque recordé que me contó que vive en la misma calle que él. Así que le pidió el teléfono”. Casi de seguido estaba llamando el cantante al ocho veces campeón de Europa para contarle la “película”. “No sabía quiénes éramos ni tenía por qué saberlo, pero a la siguiente vez que le llamé ya se había informado”.

Al conocer la trascendencia de Marea, Policarpo aceptó enseguida y comenzaron los preparativos hasta llegar el día de la grabación. “No sabíamos cómo iba a estar físicamente, pero vino como un pincel”. Y con las ideas claras acerca de la naturaleza de su interpretación. “Como te decía, el rollo es como si no existiéramos ninguno, Poli está peleando contra él mismo, solo, y por tanto no podía interactuar con nosotros, que somos como el atrezo del vídeo. Pilló todo a la primera, ya desde las escenas iniciales atándose la bota o cogiendo la bata y abriéndola. El tío se gusta, es muy coqueto”. Presumido pero, como apunta Kolibrí Díaz, boxeador después de todo. “En cuanto vio los sacos se le abrieron los ojos y empezó a dar hostias”. Lo recalca muy gráficamente Kutxi. “Cuando le daba al punching ball sonaba como cuando pasa el Talgo, hostias como panes. Sus escenas ponen la carne de gallina. El final, cuando se le ve a él con los puños en alto en el gimnasio, es épico, y además todo el vídeo es a cámara lenta”.

Encomiable su estado de forma a los 51 años, pero también su actitud y su fortaleza mental. Vuelve a tomar la palabra Kolibrí, que comparte con Poli apellido pero no parentesco. “El hombre se presentó allí a las 18:00 y estuvo hasta las 06:00 de la mañana dando el callo en todo momento, sin quejarse siquiera del frío que hacía”. Para que nos hagamos una idea, baste decir que al cantante y al guitarrista se les cortaron los labios. “¡Y él estaba en calzones! Cuando tenía frío se hacía unas flexiones, pero en los descansos se iba al vestuario y le veías al pobre con las mantas tiritando”.

Fue deportista de élite y dejó atrás el infierno de las drogas. Está acostumbrado a vencer al sufrimiento, pero lo que ocurrió en Zaragoza aquel día rayó con la tortura autoinfligida. “Ni bebió agua ni cenó porque no quería que se le viera hinchado”. Fuera o no masoquismo, lo hizo con gusto. “Vimos más problemas todos los demás que él. Fue todo educación, un caballero, super agradecido todo el rato. No pidió absolutamente nada cuando podría haber exigido dinero o al menos un hotelón. Pillamos uno cerquita del rodaje para no tener que movernos mucho”.

Por cierto que la elección del gimnasio tiene su razón de ser también, pues pertenece a otro campeón del mundo, López Bueno. “Haces un escenario para una película y no te sale tan guay”, asegura Kutxi. “Es la típica nave de hormigón con los posters de las veladas colgados, el ring en medio… era como estar en la primera película de “Rocky”.

 Juan Destroyer

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