Crónicas

Playa Cuberris + Kuqui Alegre + Badlands: Triunfo del estilo propio

«Como siempre, disfrutando de lo que hacen y transmitiéndolo al que está abajo»

6 abril 2018

Sala Joy Eslava, Madrid

Texto y fotos: Anna Moher

Las playas de Jávea acogerán los días 11 y 12 de mayo el festival Montgorock 2018, y como aperitivo de lo que nos espera, tuvimos la fiesta de presentación en la capital. Los platos principales fueron: Playa Cuberris, Badlands y Kuqui Alegre. Defensores del estilo propio, desprendieron todo el buenrollismo y el carisma que pudieron.

El primer grupo en subirse al escenario fue Badlands, un sexteto procedente de Valencia al que en esta ocasión le faltaba un miembro de la banda, el encargado del banjo, Raúl Pruñonosa, que tuvo que volverse a casa en el último momento por cuestiones familiares. Practican un estilo muy poco frecuentado en la geografía española, el blue grass y el country, por lo que es una apuesta arriesgada, pero al menos para mí es uno de los descubrimientos que me llevo en lo que va de año.

El carisma de Andrés Marco al contrabajo gigante (sobre el que llegó a montarse cual cowboy), la versatilidad de Rafa Adrián al violín, la guitarra y el teclado, la potencia del estadounidense Ben Wirjo a la batería y la presencia de May Ibáñez a la voz hicieron de ella una actuación digna de ver en un festival, e incluso en una sala destinada para ellos. Entre el repertorio, temas de sus Ep, de su único Lp, ‘Handmade Pieces’, el single adelanto del próximo trabajo, “Call Me Fire”, e incluso se atrevieron con una versión de blue grass de “Walking on Sunshine” (Katrina &TheWaves).

Kuki Alegre

Si Badlands ya me impactó, no sabría definir a Kuqui Alegre. Con sus gafas de aviador medio transparentes, su pelo hacia arriba, su pañuelo al cuello y su guitarra, los focos del escenario le apuntaban directamente a él. Un estilo a medio camino entre el pop, el indie y el rock alternativo es el que hace este pacense, que dotó a cada uno de los temas de su primer disco, ‘Vamos a matarnos’, de una actitud desenfadada y gestos que van desde lo ecléctico, hasta lo cómico o lo pasota. Como las grandes divas, salió del escenario para volver a pisarlo con fuerza y con un atuendo de chaqueta blanca y unas gafas todavía más grandes que las anteriores. Estuvo acompañado de su banda y de Billi Fesser y Alberto Peto, de Los Fesser, en una de las canciones.

Playa Cuberris

El plato fuerte de la noche, como cabía esperar, fue Playa Cuberris. No me cansaré de decir que fue uno de mis mejores descubrimientos del pasado año, e igual que el mío, el de muchísima gente. Y no es que lo diga yo, es que solo hay que ver cómo llenan cada sala a la que van. Para cuando los cántabros fueron a tocar, ya estaba la Joy hasta arriba (sí, hasta arriba incluyendo los palcos que conforman la sala).

Era viernes, y como no podía ser de otra forma, decidieron empezar con su “Viernes verdes”. “Blues de nevera” y “Furia nuclear” son otra dos imprescindibles en los directos de los Playa, pero sin duda una de las más celebradas siempre es “María Isabel”, que para mayor inri contó a mitad de tema con la presencia de Joaquín Castellano (protagonista del videoclip de dicha canción) vestido de la figura femenina emblemática por excelencia de la banda. Ataviado (o mejor dicho, ataviada) con un vestido de lentejuelas, una peluca roja y un bolso -que decía no gustarle lo más mínimo-, llevaba colgada la guitarra firmada por la banda que se iba a sortear entre los que hubieran subido a sus redes sociales una imagen con la entrada del concierto. Abrió el bolso para remover los papeles, no sin antes sacar un par de condones y tirarlos hacia el público. Fue la mano “inocente” de Peto la que sacó a la ganadora, que no pudo hacer otra cosa que saltar de la alegría.

“Hijo del pecado”, “Marte” y “El rey de la ciudad” fueron el preludio a que aparecieran los colaboradores de la noche: Lucas Colman e Isma Romero. El escenario se tiñó de luces azules para dar paso a “Frío”, un homenaje que los siete quisieron hacerle al artista Manolo Tena.

Tras este momento llegó uno de mis preferidos en sus conciertos. “Locos de atar” sonaba en directo y, como siempre, el público la cantó a dúo con Peto, quien recogía de vez en cuando el testigo de la guitarra. Recordamos que, con la inclusión de Álex Vallejo a la guitarra, el vocalista descansa la mayor parte del show del instrumento para moverse por todo el escenario e interactuar con la gente. Además, el instante especial fue todavía mayor porque justo antes de comenzar a tocarla subieron al escenario a una chica para que la Joy Eslava fuera testigo de que su novio le pedía matrimonio. La respuesta, claro, fue un sí rotundo.

Y por supuesto, la banda cerró su concierto con “Luces de neón”, punto de la noche en el que los asistentes comienzan siempre a saltar como si no hubiera mañana y a desgañitarse la voz. La intensidad del público, uno de los grandes puntazos de sus directos. Ellos, como siempre, disfrutando de lo que hacen y transmitiéndolo al que está abajo.

 

Anna Moher
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Esta entrada fue escrita por Anna Moher

1 comentario

  • Andrés Lomas dice:

    Muchas gracias por la parte que me toca. Me abruma.
    Se lo difícil del estilo que hacemos en Badlands sobre todo por ser temas propios,huir del honky tonky y el western swing, tan asimilable al country e intentar basarnos en las raíces más profundas del country.

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