Crónicas

Tropical Fuck Storm en Bilbao: Apología al ruido

«Lo que quedaba claro es que los que contemplaran por primera vez aquella apología al ruido sin contemplaciones saldrían alucinando en colores.»

22 septiembre 2022

Kafe Antzokia, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Hay grupos en los que llega un momento concreto en el que ya nada vuelve a ser lo mismo. Es una especie de epifanía que aparece por medio de un disco que marca un antes y un después en la trayectoria de la banda o a veces adopta la forma de un recital que más bien parece una conexión cósmica del universo. Todo fluye y encaja en un contexto determinado porque en el futuro se referirán a aquel evento como el que lo cambió todo y en el que había que estar sí o sí para contarlo.

Tropical Fuck Storm

Sin duda ese instante privilegiado para los australianos Tropical Fuck Storm sucedió en el último Azkena antes de la pandemia en el que hubo una mayoría que aseguró que había sido lo mejor del festival y en el que incluso un servidor acabó rendido a los encantos y hasta experimentó una revelación, como explicó en su día en la crónica. Después de aquello, el listón se puso muy alto en lo que respecta a los marsupiales, con lo bueno y malo que conllevaba.

Con la agencia tan saturada de conciertos que apenas nos da la vida para trasladar las impresiones por escrito, nos sorprendió que el bilbaíno Kafe Anzokia registrara una afluencia tan multitudinaria para un jueves entre semana. Había mucha juventud por ahí, otra prueba que confirma que el relevo generacional en ciertos géneros está más que asegurado.

Joseba Irazoki

No era desde luego ningún novato el reputado Joseba Irazoki, guitarrista del bardo asturiano Nacho Vegas que en esta faceta en solitario da rienda suelta a su faceta más experimental rodeado de unos acompañantes bastante competentes. Piezas como “Etorkizuneko Nostalgia” demostraron el carácter atrevido de este compositor que hasta no dudó en colocarse el micro en la boca como si fuera Iggy Pop en sus años mozos. Una joya por descubrir del panorama local que siempre deslumbra.

Una vez calentado de sobra el ambiente, por lo menos a nivel mental, ya que tampoco se contó con un respetable muy movido, Tropical Fuck Storm no iban a desaprovechar la ocasión de arremeter con su arsenal de ruido heredero de Swans, aunque no tan salvaje. La actitud de epatar al personal estaba ahí, pero sin querer reventarle los tímpanos.

Tropical Fuck Storm

“Braindrops” fue el percutor que desató una peculiar sinfonía en la que los temas se enlazaban de tal manera que a veces no se sabía dónde empezaba una cosa y terminaba otra. Los coros femeninos contribuían a crear una atmósfera hipnótica ante la que la mayoría abría los ojos y oídos como platos, igual que si se tratara de una suerte de clase magistral.

El líder Gareth Liddiard oficiaba sin darse demasiada importancia, adoptando una posición central, más como punto de referencia, porque a veces con su tendencia a arremolinarse en torno a la batería parecía que en realidad se encontraban en su local de ensayo.

Tropical Fuck Storm

“Antimatter Animals” contribuyó a cimentar ese viaje tortuoso y bello a la vez que no podía ser plato para todos los públicos, a pesar del respetable variopinto que había en el recinto. Una casi imperceptible versión de The Stooges, “Ann”, introdujo “You Let My Tyres Down”, la que seguramente fue su única canción “comercial” de la noche. Entre comillas este último término, claro, porque emplear ese calificativo con algún corte de su catálogo da hasta risa. Como si resultara sencillo tararear cosas de estos señores en la ducha o en otros contextos íntimos.

“Legal Ghost” sirvió para que Gareth recitara cual profeta mientras sus fieles le escuchaban entusiasmados y sorprendieron con una revisión del mítico “Stayin’ Alive” de Bee Gees tan chirriante que se tornaba irreconocible hasta llegar al estribillo. Aquí no se puede decir que no le daban personalidad propia al cancionero ajeno.

Tropical Fuck Storm

“Rubber Bullies” incrementó la sensación de ritual, con su ritmo cadencioso y esos coros que proporcionaban un carácter lúgubre a la estampa, ahí nos acordábamos enseguida de la chatarrería fantasmagórica de su paisano Nick Cave. La música o un concierto de Tropical Fuck Storm también encajaría sin problemas en ese paseíto por garitos que se pegan los ángeles protagonistas de ‘El cielo sobre Berlín’ de Wim Wenders.

“Paradise” era otro de esos cortes tan intrincado que seguirlo podría considerarse una auténtica tarea de riesgo y “The Future of History” reincide de nuevo en lo enrevesado y además le vale a Gareth para tirarse por el suelo y exprimir su guitarra hasta que surjan ruiditos que se antojan de otra dimensión.

Tropical Fuck Storm

No había quedado muy claro si se había producido ya el momento de los bises o no, pero optan por rematar al personal con “Two Afternoons”, con un lejano eco spaghetti western y por supuesto un halo final chirriante tan desconcertante como el de los Swans. Las normas no escritas de uno de los géneros más poco convencionales.

Por lo que hemos comentado antes de su recordada actuación en el Azkena de 2019, lo que vimos aquella noche tampoco nos cambió la vida demasiado, quizás en el fondo ya esperábamos algo similar. Lo que quedaba claro es que los que contemplaran por primera vez aquella apología al ruido sin contemplaciones saldrían alucinando en colores. La inocencia de los primerizos.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

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