Spanish Thrash Metal Brotherhood Sessions Vol. III con Avlak + Electrikeel + Vinodium: La hermandad infernal

Vinieron queriendo dar un buen show y salieron dejando uno de los mejores que he podido llegar a ver de forma casual. Sin duda, tienes que asistir a todos los grupos que no conozcas a pesar de no saber lo que te vas a llevar, ya que te puede pasar como a mí: llegar a un garito con expectativas altas y salir de ahí con dolores de cuello de todos los pogos que has podido presenciar en el lugar y de los mortales headbangings que has hecho, en los que no has dudado ni un segundo en darlo todo para sentir el ritmo de lo que es para muchos la mejor música de todos los tiempos.

Cuando llegamos al concierto, todo estaba lleno de verdaderos heavys, con sus cadenas, sus chalecos, sus metal jackets y sus, cómo no, pelos alocados. Se les veía listos para el show y, de hecho, lo estaban más que nunca, porque no eran conscientes de lo que se nos venía encima.

Tuvimos la oportunidad de pasar con antelación y ver ensayar a varios de los grupos de aquella noche y, cómo no, aprovechamos para charlar con ellos. Pudimos conversar un poco con Álvaro Idrogo, bajista de Avlak, un grupo que lleva desde 2021 repartiendo puro thrash y death metal por los rincones de España. Acababan de lanzar su nuevo disco, ‘Portal’, que venían a interpretar a puro grito infernal.

Pasó una hora, y cuando llegó el momento del show, pudimos ver a los cañeros Vinodium listos para dar comienzo a la gran velada. El cuarteto, ya con sus instrumentos listos para pasar a la acción, decidió comenzar con una intro relajada y meter la carne en el asador con “Mundo inerte”, un tema de thrash metal en español que dio la adrenalina suficiente al público como para comenzar los pogos. Sin duda, una gran manera de empezar repartiendo esa esencia thrashera en su aspecto más salvaje a un ansioso público, listo para ser cargado de adrenalina (y alcohol).

Vinodium

Continuaron con “Realidad cohibida”, otro frenético tema, que  finalizó la presentación del grupo, dando la bienvenida a todo el público, el cual se mantuvo en pie hasta altas horas de la noche. “¡Bienvenidos!”, dijo el cantante, que, por cierto, se daba un aire a Carnicero, de la serie 'The Boys'. Con estas palabras, terminó la espera y llegó el caos con las canciones "Involución", "Aguardan" y "Esperanza", tres fantásticos temas de los cuales destaco “Involución”, que junto a las otras dos supo cómo dar continuidad al show sin perder ni una sola gota de adrenalina.

Por cierto, debo hacer una mención especial al bajista del grupo para los que digáis que el bajo no se oye: ¡por favor, id a ver a estos tíos! Cada pelo de mi cuerpo retumbaba con cada nota tocada por estas bestias. Prosiguieron con dos himnos de guerra dignos de crear un moshpit arrollador, "Itxehl" y "Kinich Ahau".

Durante estos dos temas pude ver a el grupo en su máximo esplendor, se sabían mover realmente bien en el escenario. Me quedé impresionado. Ahí comprendí que podían llegar muy lejos, la verdad. Vi cómo el cantante pegaba gruñidos como si del mismísimo cancerbero se tratase: ¡a eso le llamo yo una voz potente!

Vinodium

Mientras tanto, en el foso, una persona con una máscara de calavera, chaleco blanco y muchas cadenas apareció. Resultó que era la mascota de la banda, lo cual desató las risas entre el público. Me quedé sin palabras. Se acercaba el final del primer concierto y, antes de tocar los últimos temas, levantaron una cerveza al cielo y gritaron: "Levantad vuestra cerveza y a alcoholizarse, ya que el siguiente tema está dedicado a todos vosotros, cerveceros de mierda".

Después de esto, procedieron a tocar "Thrashmatólogo" y "Bueno o malo", este último siendo uno de los mayores éxitos del grupo. Este tema fue el que más se disfrutó con diferencia y, tras darnos a todos las gracias por haber venido, Vinodium se despedía. ¡Estos tíos sí que saben repartir caña de la buena!

Por desgracia nos tocaba despedirnos de nuestros queridísimos amigos de Vinodium, pero lo que trae pena también lleva a la alegría, y no es para menos, ya que era el turno de Electrikeel, un power trío formado en 2019 que llegaba desde Pamplona para repartir muerte por doquier en Madrid. Conformado por el batería Jon Laguna, el bajista Xabier Recalde y el guitarrista Asier Bendoiro, habían venido a presentarnos su nuevo disco, ‘Straight Outta Depths’, y estaban decididos a dejar huella en aquel legendario garito. Y, sin más dilación, comenzó el concierto.

Electrikeel

Arrancaron el show con el tema “S.O.D”, un corte que consiguió crear un ambiente macarra en menos de dos segundos, el cual puso a todos los presentes con el corazón a mil, listos para dar patadas y hacer llover sudor.

Con las pilas ya puestas prosiguieron con la matanza y tocaron “Wendingo” y “Beer”. Durante estas dos canciones, me puse a analizar su puesta en escena y cómo se las arreglaban para tocar tan rápido. Yo estaba con mi bebida en la mano y, cuando parpadee un segundo, salió volando de los golpes que estaba recibiendo. Evidentemente, me uní, valió la pena perderla, ya que no sabéis lo que es armar bulla con este grupazo haciendo de las suyas de fondo.

“Beer” fue lo suficientemente potente como para recargar las pilas del público después del descanso entre conciertos y animó a todo el mundo a ir a recoger su respectiva cerveza. El bolo siguió y era el turno de “Protect”, “Hate” y la gran “Xenomorph”, un tema que venía para quedarse y hacer que la noche fuera aún más loca. Durante esta parte del concierto, al hacer pogo, me caí al suelo, pero al instante me levantaron, eso sí que me dejó un buen sabor de boca, ya que al ser una sala tan pequeña, un pogo tan grande puede llegar a ser peligroso, pero. por suerte. los heavys se ayudan como la familia que son.

Electrikeel

Cuando me puse en pie, vi cómo el bajo de Xabier estaba bañado en sudor. Definitivamente, el trío se desvivía al tocar sus canciones, pero aunque pareciera que estaban sufriendo, en realidad no, daban caña y potencia.

Aún así, se les veía con cara de felicidad, incluso a veces se paraban a sonreír a una persona del público en concreto. El concierto terminó con los temas “Punks”, “Kingslayers” y “Till We Die”, un cierre perfecto para este gran power trío, que me recordó bastante a Helloween si estuvieran mezclados con Slayer.

Llegó la mejor parte de la noche: Avlak, un grupo fundado en Madrid en el 2021, que está formado por Alvaro Idrogo en el bajo, Caín Sánchez en la batería, Jorge Fernández en la guitarra y Aston Wirz en la voz.

Avlak

El grupo puso el broche de oro a la velada con sus temazos, de los cuales algunos de ellos pertenecían a su álbum debut, ‘Portal’, lanzado este 2023, amén de algún tema de su próximo lanzamiento.

Arrancaron el show con el tema que da nombre al disco, seguidamente tocaron “Uruk-Hai”, ”Krampus, y “Shooting”. Durante el arranque del concierto,  después de lo que había vivido esa noche, juro que no  esperaba nada, pero vaya sorpresa me llevé. Estos máquinas dieron un espectáculo que superó todas mis expectativas, a pesar del poco espacio que tenían en el escenario, se movían como si tuvieran la sala entera para ellos, y los pogos caían por doquier, como si se tratase de una batalla llevada a cabo en el mismísimo infierno.

Siguieron con los temas “Adrenochrome”, “Soul Ablation” y “Wave of Malevolence”. En este punto ya el sudor se respiraba en el aire. Me sorprendía que toda esa gente pudiera aguantar semejante batalla, fue brutal: glorioso. No puedo describir lo que vi. Mientras todos los presentes estábamos involucrados en ese rito satánico en forma de pogo, el cantante se quebraba la voz, pegando unos gruñidos que no eran fáciles de asimilar. ¡Cómo puede un ser humano forzar así su voz y que suene tan bien!

Avlak

Avlak sabe cómo desenvolverse en el escenario y, cuando creíamos por el cansancio que no podían llegar a dar más, se acercó el bloque del concierto y lo mejor de la noche. Tocaron los temas “Hostil” y “Gremlins”, en los cuales cabe resaltar que tuve la oportunidad de ponerme en frente del escenario a cantar con el cantante, fue increíble, y todo esto mientras la gente se mataba a hacer head banging.

Para terminar, tocaron “Blasphemia”, donde vi a Aston como si estuviera siendo poseído por el mismísimo diablo. Sus ojos se iban para arriba y no paraba de bramar cual minotauro. Era como si el mismísimo señor de las tinieblas se hubiera apoderado de aquel garito de Opañel.

El show terminó con el vocalista de los madrileños lanzándose al público a refregar su sudor en el pogo. Fue un gran placer haber estado ahí y, sin duda, volvería a ver a estos monstruos actuar y dejarlo todo por el público sobre las tablas.

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