Crónicas

Shalom + Satán en Madrid: Regreso triunfal y entrañable

«Ante nosotros se alzaba rutilante una banda perfectamente empastada, sobresalientemente fiel a su sonido y con tanto oficio y empaque como si hubieran estado en activo ininterrumpidamente los últimos treinta años»

17 marzo 2023

Sala Revi Live, Madrid

Texto: Jason Cenador | Fotos: Armando Hernández (Instagram: @Nixiershotph

Atravesando el túnel de la línea 9 del Metro de Madrid que nos transportó a la periferia de la ciudad, donde se encuentra una de las salas mejor acondicionadas de la capital con una limitación de aforo que, esperemos, pronto se corresponda con su capacidad real, teníamos la sensación de transitar por el túnel del tiempo. Nuestro destino era un concierto de Shalom. Sí, la banda que triunfó a finales de los ochenta y primerísimos de los noventa con un memorable álbum de hard rock melódico y cuyo suflé bajó demasiado rápido después, muy probablemente porque estaban en el tiempo y lugar equivocados.

Sebastián Guerrero, Shalom

Abrieron la veda ante un público en el que proliferaban los nostálgicos, aunque también se citaron muchos que, como quien escribe, por edad jamás tuvieron la oportunidad de vivir las canciones de Shalom ejecutadas por sus protagonistas – o parte de ellos –, Satán, una interesante banda tributo a los también legendarios Santa.

Satán

Entre la nostalgia y el culto, dado que probablemente varios de sus miembros tampoco pudieron vivir a la banda fundada por Jero Ramiro y otrora encabezada por la añorada Azucena, ofrecieron un show digno que comenzó con “Desertor”, en la que ya pudimos sobrecogernos por el inconmensurable poderío vocal de Eva García. Su tremendo vozarrón, junto a su dominio absoluto de la modulación, era, sin duda, el máximo atractivo en escena, junto a la hiperactiva actitud de su guitarrista, con una guitarra calcada a la clásica stratocaster del ahora guitarrista de Saratoga.

Alusiones al honor de la frontwoman precedieron a “Cuestión de honor”, seguida de la férrea “Arma mortal”, en la que, aunque añoramos el inimitable timbre vocal de Azucena, Eva cuajó un papel excepcional. “Héroe de papel” siguió llenando de combustible el tanque de la añoranza, que se colmó cuando Eva agradeció a los presentes que siguieran luchando por el heavy metal y recordó a quienes se quedaron por el camino. No podía sino ir dedicada, con inmenso afecto, a la gran Azucena el medio tiempo “Huérfanos de la tormenta”.

Satán con Leonor Marchesi

Satán

Invitaron entonces a escena a Leonor Marchesi, la cantante argentina que tomó el relevo a Azucena para grabar el tercer y último cedé de Santa, ‘Templario’ (1986), para que, tras un discurso de sincero ensalzamiento del rock, acometiese con menos solvencia de la esperada “Corazón loco”, aunque su soberbio agudo final trajo a colación aquello de que quien tuvo, retuvo. La imprescindible “Reencarnación”, cantada a dúo entre la carismática Marchesi y Eva, se me antojó desmejorada tanto en el plano vocal como en el guitarrístico, y tras ella fue muy aplaudido el speech de despedida de Leonor, reivindicando la entrada en acción de las chicas, junto a los chicos, en el rock. Desde aquel entonces, muchísimas entraron en acción, pero muchas faltan aún a día de hoy para una representatividad igualitaria en la escena.

El culmen al show de Satan, que más que un tributo era un honesto, sentido y agradable homenaje a Santa, arribó con “Al lado del diablo”, en la que cabe destacar de nuevo la entrega de su guitarrista sobre las tablas. Ojalá todos los músicos tuvieran esa pasión y ese oficio cuando los focos de un escenario calientan su sangre. La suya, la de toda la banda, hirvió en un concierto breve, con dientes de sierra y en el que echamos en falta, por cierto, “No hay piedad para los condenados”. En todo caso, se merecieron ese chupito de recompensa al que aludieron en su despedida.

Shalom

Tras un razonable receso en el que algunos de los asistentes aprovecharon para, armándose de paciencia, hacerse con alguno de los paninis y pizzas que, con buen criterio, se venden en la barra de una sala que suena totalmente impecable, los integrantes de Shalom fueron tomando posiciones al tiempo que sonaba la intro que da paso a su irresistible canción homónima, la misma que inaugura su también homónimo y genial álbum debut, publicado en 1990 aunque registrado en 1989.

Shalom

Desde el primer momento, advertimos a una banda excelentemente bien plantada, con Sebastián Guerrero, su vocalista de toda la vida, haciendo gala de un timbre de voz característico y favorecedor que ha resistido como gato panza arriba el paso del tiempo. Quien tuviera algún tipo de temor por ver una versión deslucida y lejos de su ideal de Shalom, desfigurada con respecto al de aquellos míticos vídeos de discutible nitidez pero enormemente entrañables como el del “Cógeme” en el programa ‘A Tope’ de Televisión Española, no tardó en verlo disipado por completo. Ante nosotros se alzaba rutilante una banda perfectamente empastada, sobresalientemente fiel a su sonido y con tanto oficio y empaque como si hubieran estado en activo ininterrumpidamente los últimos treinta años.

Pero no, hacía desde el 1 de marzo de 1991, como Sebastián se encargó de recordar, que Shalom no pisaba un escenario de la capital. Estoy seguro de que la irreprimible “Noches”, pura adrenalina y motivación juvenil, no sonó aquel día muy diferente a la noche de ese viernes en la que “No me olvidarás” resultó, por su temática, casi descriptiva de lo que acontecía en una jornada que permanecerá en el recuerdo de quienes agotaron las entradas de una Revi Live que da para vender otras tantas, cuando los responsables del disfuncional Ayuntamiento de Madrid tengan a bien, claro.

Un profundo punteo de uno de los muy ágiles, solventes y fiables guitarristas en escena dio paso a la contestataria “Qué es mejor”, increíblemente defendida por todo el plantel, en el que también sobresale otro miembro original de la formación, Rubén Tamayo, cuya estética, por cierto, no pasó desapercibida. Ya nos lo decía Sebastián en una reciente entrevista, “las letras del rock no están hechas para la generación de cristal”.

Shalom

Rebasado el ecuador de un concierto que no fue demasiado largo pero sí resultó intenso y saciante, el vocalista, muy dicharachero y cercano, explicó que el siguiente tema podría haber sido parte de un trabajo de Shalom que no llegó a existir porque el sello discográfico les cerró las puertas, adujo, de modo que el primer disco de la banda quedó “como un disco póstumo”. Ni una sola alusión a ‘Séptimo cielo’, el disco que vio la luz en 1996 también bajo el nombre de Shalom pero que ni siquiera fue presentado en directo. El consenso colectivo lo sitúa, de hecho, lejos de la brillantez del primero. Sobre la canción en cuestión, comentó Sebastián que versaba sobre esos lunes que son mejores que un sábado y recordó sus vivencias con un amigo suyo del madrileño barrio de Carabanchel que lamentablemente murió. “El lunes aquel” es, en efecto, un tema cien por cien Shalom que bien merece estar en la reedición del primer álbum, ‘Shalom’, publicada este mismo año y que estaba a la venta en el merchandising por 13 euros.

Fue momento después para levantar el pie del acelerador y exprimir la hondura y la sutileza de “Solo en la niebla”, penetrante medio tiempo interpretado con excelencia al que sucedió “Amargo sabe”, otro tema que no conocíamos y que posee un absorbente interludio muy al estilo de Whitesnake.

Shalom

Además de gente de todos los rincones de Madrid, había entre la audiencia una representación algecireña y ceutí que se hizo notar y a quienes saludó Sebastián antes de presentar al cantante David Valera, recordando que su banda, Davil Fantasies, tenía que haber tocado aquella noche pero por circunstancias no fue posible. Su disco, por cierto, está a punto de caramelo en plataformas y, de hecho, ya estaba a la venta físicamente. El que fuera vocalista de Bella Bestia, Crienium y Farlan prestó su vozarrón a “Gente sin fe”, catalogada por Guerrero como su favorita de Shalom, con fenomenales resultados. Fue sucedida por otro clásico, “Buscando rollo”, precedida por una de las muchas llamadas al disfrute que se hicieron esa noche.

Shalom

Llegó entonces el momento de los agradecimientos, y Sebastián Guerrero no escatimó en ellos a Eva, de Morgana Music (promotora del evento y también del concierto que tendrá lugar en Zaragoza el 6 de mayo. Recalcó con convicción de que no sería esa la última noche en que nos veríamos, algo que ilusiona y resulta lógico por la solidez demostrada por los actuales Shalom, a quienes presentó uno a uno. Ahí estaban los ceutíes Carlos Armesto y Koto Bermúdez a las guitarras, el canario Javi Santana a las teclas y Chico Palenzuela, miembro de los ceutíes Sheilan, a la batería.

La cosa iba llegando a su final, pero aún quedaba munición de la fuerte en el cartucho, como el más emblemático de sus temas, aquel glammy y entrañable himno de título “Cógeme” que todos coreamos con pasión, entusiasmo y una sonrisa de oreja a oreja en la boca. Para ella contaron con Fran Vázquez (Cherokee, Alejandría) como invitado a la voz, algo que bajo el humilde punto de vista de este redactor no fue lo más acertado. No por la estupenda voz de Fran, faltaría más, sino porque la canción más icónica del grupo tal vez habría sido deseable, al menos esta primera vez después de tanto tiempo, haberla escuchado con la banda al uso, tal cual.

Shalom

Saludaron al respetable y se despidieron, pero aún quedaba una última sorpresa, "Todo mi amor", un tema inédito de fulgurante hard rock melódico que nos vino a demostrar como a los renovados Shalom les queda mucho que enseñar y cuerda para rato. El sabor de boca que nos dejó el show fue magnífico y una invitación bordada en oro para no perderles la pista en sus futuros movimientos. ¡¡¡Al final, nos vimos las caras!!!

Jason Cenador
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Esta entrada fue escrita por Jason Cenador

1 comentario

  • Juandie dice:

    Estupendo resumen sobre la vuelta de una de nuestras bandas más grandes de Hard Rock como fueron los gaditanos SHALOM en esta cojonuda sala madrileña a través de estos temas inmortales que ostentan. Gran y cañera actuación de los teloneros SATÁN con la mitica argentina Leonor Marchesí como vocalista.

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