Napalm Death + Escuela Grind: Una lección para tiempos oscuros

Napalm Death

No deja de tener un componente romántico (e incluso cómico) que mientras huestes de Cayetanos y fachas (no lo digo yo, lo dicen sus proclamas, cánticos y afiches) llenaban las calles de Madrid, unas seiscientas y pico personas disfrutáramos de uno de los grupos más comprometidos con las causas sociales que existen.

Napalm Death no son anti-sistema, Napalm Death representan el sistema que como humanidad deberíamos haber construido. Podemos verlo en sus discursos entre temas: el grupo no pide a la gente que baile, ni walls-of-death, ni hostias. Reivindican, reivindican y reivindican. Sus únicas salidas del discurso son para hablar de la propia historia de la formación o para mostrar respeto a los grupos cuyas composiciones toman prestadas para hacer versiones. A nada que tengas una mínima conciencia social, los de Birminghan te representan.

Escuela Grind

Decía la vocalista de Escuela Grind, Katerina Economou, en una reciente entrevista para esta web, que “quiere que al descubrirles, los fans sientan lo mismo que cuando escucharon a Napalm Death por primera vez”. Esas palabras dejan claro lo que significa para la formación americana telonear a los ingleses.

Escuela Grind

El grupo se dejó la piel sobre las tablas presentando muchos temas de su aún reciente 'Memory Theater'. La brutalidad era considerable y ya se notaba en los numerosos circle pits. Temas como “My Hearts, My Hands” o “Cliffhanger” (que sonó brutal) no hacían prisioneros. Incluso pudimos disfrutar de su último single, “Ball and Chain”, y cerraron con una versión de Hatebreed.

Era la primera visita del grupo a tierras españolas y se les vio disfrutones sobre el escenario. Personalmente, prefiero sus partes death metal y salí algo saturado de tanto slam y 2step, pero es cuestión de gustos. A modo anecdótico, el sonido del micro a veces se esfumaba, el grupo tuvo que recomenzar el tercer tema después de un incidente con la batería y también echaron a un indeseable del foso, llegando a encararse el batería de Escuela Grind con el susodicho. Anécdotas vacías en un sudoroso concierto de grindcore con demasiadas concesiones hardcore para mi gusto.

Napalm Death

Napalm Death en directo son una apisonadora. Simple y llanamente. El grupo salió con diez minutos de antelación y en menos de una hora y cuarto se habían ventilado 23 canciones. Era un grupo que en disco siempre he respetado, pero después de disfrutar de su espectáculo en vivo, aquí tienen un fan para toda la vida.

Resulta simplemente imposible apartar la mirada de Shane Embury (este hombre no toca el bajo, lo ataca…) y muy especialmente de Mark “Barney” Greenway: una especie de Austin Powers (esos bailoteos…) soltado en las tablas directamente de un frenopático.

No se quedan atrás John Cooke (aunque su guitarra se perdía en los tonos medios) y la metralleta de Danny Herrera, que ofreció zapatilla para dar y tomar. Teniendo en cuenta que los miembros pasan de los 55 años, el despliegue físico fue más que aceptable.

Napalm Death

Napalm Death tocan a toda hostia. Como he comentado, el show se interrumpió pocas veces y uno tenía esa sensación de urgencia punk en todo momento. 23 canciones dan para un buen repaso de la discografía y sonaron clásicos habituales como “Scum”, “Suffer the Children” (que literalmente destrozó la sala) o el tremendo cierre con “Siege of Power”.

Evidentemente, la “progresiva” “You Suffer” también sonó, pero hubo tiempo para todo, desde el particular groove de “Breed to Breathe” hasta los cánticos y aire fúnebre de “Invigoration Clutch” (para los que digan que el grupo es solamente tutupa-tutupa).

Su último lanzamiento, 'Resentment is Always Seismic', tuvo representación con “Narcissus” o la versión de Bad Brains “Don´t Need It”.

Siendo este un EP, su anterior plástico de larga duración también dejo temas de destrucción masiva como “Fuck The Factoid” o “Contagion”, que convivían sin problema con temas pretéritos como “Lucid Fairytale” o “Unchallenged Hate”.“Smash a Single Digit” sonó como la encarnación de la mismísima brutalidad.

Napalm Death son unos currantes del metal, prácticamente los padres del grindcore y una formación intachable en directo.

Voy a albergar durante mucho tiempo el recuerdo de Greenway presentando una canción anti-fascista, “Nazi Punks Fuck Off” de Dead Kennedys, y una sala llena cantando el estribillo, sabiendo que en estos tiempos oscuros que nos ha tocado vivir es más que un estribillo. Uno de los conciertos del año.

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