Crítica de Rama Seca: Atrapado en la gravedad de tu ombligo

Rama Seca

Atrapado en la gravedad de tu ombligo

El Kimiko Records (2022)

Por: Sebas Abdala

Con un sonido contundente, salvaje y estableciendo ya una personalidad bien definida, los aragoneses de Rama Seca nos entregan su tercer trabajo titulado ‘Atrapado en la gravedad de tu ombligo’, doce canciones que te impiden desconectar de esa rebeldía que ha sido estandarte necesario y llamativo en ese espectro de rock que hemos dado en llamar urbano.

La apertura suena a servilletas manchadas de vino. “Derrotado una vez más” no deja de ser irónica si se quiere, y es una estupenda carta de presentación donde cada uno encaja su engranaje perfectamente. Las letras entran con naturalidad en los tempos, sin esfuerzo y con literatura ácida; la guitarra ganchera deja paso a un riff que tiene mucho de heavy y termina sellando cierta oscuridad casi romántica.

“Sembrando malezas” es otra muestra de la versatilidad del grupo, donde las etiquetas son innecesarias, pero la estructura agresiva de la canción nos lleva a esa década de los noventa, cuando todo el mundo buscaba una salida a través de la no resignación. Atesora un coro pegadizo y cierto confort al anunciar la variabilidad que ha sido plasmada en el disco.

“La india”, el tercer track, sorprende por ser una composición con aires sónicos y buenos cambios de ritmo de la batería que hacen que sea una experiencia más sensorial, con detalles y arreglos que te llevan a esos años primigenios de Perry Farrell y una muñeca prodigiosa de las guitarras. “Futuro Incierto” vuelve a jugar con unos coros y arreglos que suman y aportan una veta que demuestra las inquietudes de unos músicos que incorporan elementos novedosos, pero sin abandonar una imagen construida a lo largo de su obra. Posee, además, toques de cierto rock progresivo, más cercanos a lo teatral que a lo experimental, pero creando un ambiente de lírica compleja, a la altura de lo desarrollado por la banda.

“Cómo creer” ya es una pieza que amaga convertirse en balada, con letra de inconformismo y cierta evaluación social desde una vista algo oscura pero no derrotista. Tramos de la banda entera suman y acrecientan un ambiente más personal e intimista. Gran canción que antecede a “Miénteme”m la cual parece seguir una línea de introducciones calmas que luego terminan estallando con una medida muy clara de la potencia y las virtudes elementales de cada uno de los integrantes.

Particular resulta la introducción de “Siempre a oscuras”, un rock más elemental, simple y directo, que llega para refrescar un poco los segmentos más complejos antes de que “Reina de la calle” y “Que no” se muestren como canciones con toques algo más pop, o con ese ambiente urbano de narrador que va construyendo una historia con cuerpo y matices que se apoyan en unas bases tranquilas pero contundentes, bien armadas y que saben ponerle intensidad cuando hace falta, retomando un poco esa parte de teatralidad que comentaba anteriormente y que te mantiene moviendo los pies por ese aire alternativo tan bien incorporado a ‘Atrapado en la gravedad de tu ombligo’.

El álbum se cierra con “Una guerra contigo”, una poderosa balada con oscuridad, furia y, de nuevo, la interpretación de una lírica ácida y de antihéroe que te mira a los ojos mientras cabalga por esos surcos que mezclan cierto aroma heavy con un estribillo más que pegadizo, haciendo que sea un carpetazo más que perfecto a un trabajo que no se encasilla. Al contrario, va demostrando diferentes matices, sin repetirse ni quedarse con las mismas melodías o estructuras, y ensamblando diferentes ritmos hasta llegar a demostrar, tal vez sin proponérselo, que Rama Seca goza de una madurez compositiva de altos vuelos, y traer a colación ese aire añejo de atardeceres húmedos y algo melancólicos, trasegando alguna copa mientras la vida se hace palpable e interesante gracias a estar atrapados en la gravedad de algún ombligo.