Crítica de Javi Fermín: Detective de canciones. Episodio dos

Javi Fermín

Detective de canciones. Episodio dos

Autoeditado (2024)

Por: Josep Fleitas

8.5

Tras el éxito de la primera entrega de ‘Detective de canciones’, que se cubrió con tres de las nueve parcelas en las que finalmente acabará construyéndose un vinilo de cuidado formato y amplio espectro musical, Javi Fermín nos vuelve a sorprender con tres espacios sembrados de variada orientación y excelsa dinámica, tres canciones con las que el cantante, multiinstrumentista, publicista y diseñador de poemas cantados nos vuelve a mostrar su parte más enfática, privada y pegadizamente resuelta en el que ya es el ecuador de una trilogía en la que sigue adherido a su alma mater Dani Venegas.
Hay que recordar que Javi Fermín estará el próximo viernes, 17 de mayo, presentando las canciones de su 'Detective de canciones' en el BE Club de Donosti. Las entradas están a la venta en este enlace.

Javi y Dani son dos amigos que desde la adolescencia persiguen de forma tan intermitente como inseparable unos retos que los lleven a emocionar a través de relatos cantados, romances recreados sin términos ni barreras que les hagan aflojar o desviarse de unos convencimientos que convierten en odas tan variadas como nostálgicamente motivadoras.

Esas sensaciones, a veces pirómanas, a veces pirotécnicas, son las que quedaron refrendadas en las construcciones que “Cien olvidos”, “Envenenas mis pensamientos” y “Aquí nadie se va sin bailar” nos aportaron como inicio del que, seguro, finalmente va a ser un álbum tan amplio como profundo. Esto es algo que vamos a seguir comprobando en este meridiano que atraviesa el corazón de su creación y lo vamos a disfrutar gracias al variado y nada vulnerable contenido expuesto en “Si no te encuentro”, “El día que te robé la noche” y “Vidas paralelas”.

El génesis de esta segunda parte de ‘Detective de canciones’ es una amalgama de versos sabiamente elaborados en los que podemos reconocer y reconocernos como en dos caras del mismo espejo enmarcado en un pop rock que progresa entre acústicas, secciones de viento, armonías de piano, rítmicas ambientadoras y unas partes eléctricas que saben acompañar unas voces fáciles y pegadizas; así es “Si no te encuentro”, un lugar en el que coincidir.

A ritmo de bolero y con espectro de guateque discotequero con efluvios a aquellos años en los que los bailes agarrados eran esperados por los atraídos por la belleza seguida durante buena parte de la velada, esperando paciente el momento de recibir un sí o un no a la petición, por los deseosos de calor y oportunidad, y por los desesperados por acabar pasando la noche entre brazos cariñosos y susurros de carnales delicias, así deambula “El día que te robé la noche”, un asalto melancólico a aquellos maravillosos años que, aunque añorados para unos y rancios para otros, traen recuerdos a espacios cerrados, nubes de humo de cigarro negro, cubatas de garrafón y colonias a granel. Qué tiempos aquellos y qué buen tema para recordarlos.

La segunda parte de esta detectivesca propuesta se cierra con la facilidad de un alma repleta de ecolocaciones, reverberaciones amasadas que rebotan en sentidos básicos y melosos, coros divertidos para almas con la nostalgia tatuada con la forma de unos corazones que aún se aceleran si se les ambienta tan directa y explícitamente como lo hace “Vidas paralelas”. Encontrar un alma gemela no es nada fácil, aunque puede ser una buena idea perseguirla a un ritmo tan social como el que propone este cierre de puertas. Guardemos la llave y esperemos al desenlace final de un álbum para abrir la tercera y última cerradura, una aldabilla que tiene forma de criterio y buenas sensaciones.

Escucha 'Detective de canciones. Episodio dos' en Spotify: