WILLIE NILE: LA VOZ DE UNA GUITARRA

7 abril, 2014 1:11 pm Publicado por  1 Comentario

Kafe Antzokia, Bilbao

 Ya lo decía el crítico de rock Robert Palmer: “De vez en cuando los tiempos parecen crear artistas que son a la vez iconoclastas y una expresión casi perfecta de la época actual”. Estas eran las reflexiones habituales que se hacían sus coetáneos cuando Willie Nile comenzó a arrastrar multitudes a los bares a principios de su carrera. Toda una paradoja, ya que él mismo pocos años antes frecuentaba el hervidero creativo del CBGB donde veía despuntar a figuras de la talla de Patti Smith, Television, Ramones o Talking Heads.

Pero a diferencia de los antes mencionados no tuvo tanta suerte, le perseguía el estigma del artista maldito, una losa que para muchos es una auténtica maldición y para otros una muestra de una integridad a prueba de bombas. Quizás nunca llegara a llenar pabellones, aunque se ganó un aura de respeto infinito entre sus compañeros de gremio y algunas estrellas incluso se acordaron de este currante del rock fiel a las esencias de los recitales de garitos humeantes, caso de Pete Townshend, que requirió su presencia para telonear a The Who escasos meses después de que el propio Nile debutara con su banda de acompañamiento. Otro que le devolvió el favor con creces fue el ‘Boss’ Springsteen invitándole a unirse a la E Street Band en tres bolos durante el otoño de 2003 o participando a los coros en el álbum ‘Wrecking Ball’. No era de extrañar, pues Bruce también comenzó su trayectoria pateándose baretos como si no hubiera un mañana en Asbury Park allá por 1970.

Y el bardo de Buffalo es por supuesto de los que mantienen viva la vieja filosofía de tirar millas, no existen demasiados artistas internacionales que se prodiguen con giras de hasta diez fechas. Insistir a veces tiene su premio y por esa perseverancia el hombre se ha labrado un nutrido grupo de fieles en nuestro territorio que conocen de sobra su buen hacer en las distancias cortas y que no cambiarían ni siquiera el apacible día veraniego de la jornada por un recital de altura de semejante genio.

Para calentar tuvimos a un elegante rockabilly que respondía al nombre artístico de Lee Perk y que entonaba de manera similar a Jace Everett, autor del popular “Bad Things”, tema principal de la serie vampírica ‘True Blood’. Con una fuerte raíz anclada en el legado norteamericano de mediados del siglo pasado, el tipo demostró una versatilidad absoluta tornándose crepuscular cual Chris Isaak en “Wicked Game” o cediendo al rock n’ roll primigenio, ese que hacía a los presentes mover ligeramente los pies y la cabeza. Un artista como la copa de un pino.

Si Lou Reed era el poeta oficial de la ciudad de Nueva York y Woody Allen su equivalente cinematográfico, Willie Nile debería considerarse un camarada más de dicho movimiento. Dejó claro de entrada su militancia a favor de la urbe de los rascacielos con un intenso “Streets of New York”, a piano y luego en formato trío, de poner pelos de punta, épico a más no poder y con un in crescendo digno de la monumental “Backstreets” de Springsteen. Sentimiento a borbotones.

Recordó al maestro de la sencillez y efectividad George Harrison antes de afirmar que la fama era “ridícula” y que “Michael Jackson murió a consecuencia de ello”. Una manera perfecta para introducir “Rich and Broken” con un mensaje vigente todavía a día de hoy en un mundo obsesionado con el famoseo. Hacen falta más tipos con actitudes auténticas como la de Nile o el inefable Charles Bukowski que en su obra cumbre ‘Mujeres’ decía que la gloria literaria se la pasaba “por las pelotas”. Como tiene que ser.

Según la promo del evento, era la gira de presentación de su último largo en estudio ‘American Ride’, pero el inconformista yanqui, que arrojó en varias ocasiones al suelo su libro de letras, prescindió de las habituales convenciones del mundo del rock y tocó lo que le salió de los mismísimos, esto es, una suerte de oda a Nueva York con abundancia de medios tiempos y piezas relajadas en un inicio, como esa poética y dylaniana “Her Love Falls Like Rain”, y una única concesión en el tema homónimo al material reciente. Un ambiente de intimidad que venía acrecentado por esas pequeñas lámparas de mesilla de noche distribuidas por el escenario.

Era asimismo tremendo el desparpajo que exhibía cuando rememoraba anécdotas de juventud y hablaba de Lennon, por ejemplo, con la misma familiaridad con la que uno se refiere a un colega del barrio. Nos contó cómo compartieron estudio de grabación mientras John ayudaba a Yoko en la grabación de “Walking On Thin Ice” y le pidió un autógrafo como un fan  cualquiera diez minutos antes de que lo asesinaran.

Se amoldó al clima veraniego de la jornada con “Sunrise in New York City” y con un discurso en plan Springsteen recordó esos sueños que todos tenemos en “Yesterday’s Dreams”. Pese a que en un comienzo los cortes tranquis fueran mayoría, se desmelenó de lo lindo en “The Innocent Ones”, con la peña puño en alto gritando “hey”, y sacó el lado guitarrero en una colosal desbordante de épica “Hard Times In America”, con un solo tremendo a cargo de su acompañante a las cuerdas con pinta de profesor verdaderamente para sentar cátedra.

“Yo creo en la voz de una guitarra y no pararé hasta que consiga un mundo mejor”, aseguró con vehemencia Nile antes de arremeter con “One Guitar”. Volvió para los bises acordándose de su querido amigo Lou Reed y de cómo se fundió en un emotivo abrazo con el debilitado poeta pocos días antes de morir, acto seguido le rindió un homenaje a su manera, es decir, en forma de canción, con una muy fiel “Sweet Jane”. Y  así cerró tras casi dos horas un bolo de señores con “Little Light”, que transformó el recinto en un coro góspel por la abundancia de cánticos y palmas.

Al final puede que el problema de Willie sea que en realidad no ha nacido para ser famoso o que esa desmedida ambición de la mayoría de los mortales se la traiga al pairo. Cuentan que incluso los Stones le plagiaron descaradamente su tema “She’s So Cold” en el álbum ‘Emotional Rescue’, pero que presionado por su discográfica decidió no demandar a la famosa banda. Mientras otros se aprovechan de éxitos ajenos, él confía solamente en la atronadora y poderosa voz de una guitarra. La clásica historia de David contra Goliath.

Texto: Alfredo Villaescusa

Foto: Marina Ruano

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran concierto en bilbo por parte de ese gran poeta rockero llamado WILLIE NILE que atravesó con su buena música a los allí presentes y con una gran versión al poeta caído LOU REED recordando la triste pero a la vez grandiosa figura del músico de la VELVET!!!

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