THE HANDSOME FAMILY: GÓTICO SUREÑO

10 octubre, 2014 1:04 pm Publicado por  1 Comentario

The Handsome FamilySala Azkena, Bilbao

Existe un cuadro mítico en la historia del arte en el que aparecen un señor mayor con gafas sujetando una especie de tridente junto a una mujer que se antoja su hija con una pinta de seca de flipar. Al fondo se ve una casa solemne con una cristalera que evoca un lugar para el recogimiento espiritual. Es una imagen icónica a la altura de ‘La Gioconda’ de Da Vinci de la que se han realizado múltiples parodias y con el tiempo se ha convertido en una glorificación de las esencias de la tierra y la vida rural. Una intención que seguramente no era ajena a su autor Grant Wood, que en una ocasión afirmó: “Todas las buenas ideas que he tenido me han venido mientras ordenaba una vaca.”

Deudores de ese espíritu y del llamado gótico sureño americano son The Handsome Family, con su mezcla de country tradicional, folk del terruño y asuntos tan amables como asesinatos, suicidios y seres sobrenaturales. Quizás esa querencia por lo desagradable sea lo que haya llamado la atención de T. Bone Burnett, responsable de la selección musical de la tan en boga serie ‘True Detective’ y que recurrió a “Far From Any Road” del disco ‘Singing Bones’ como tema de cabecera. Una simple elección que les ha granjeado una fama desmedida, llegando a agotar entradas en la capital y congregando a una nada desdeñable multitud en su cita en el País Vasco.

Pese a su deje crepuscular, debió pesar al final más la efímera fama televisiva, porque por ahí no se vieron demasiados sombreros ni botas camperas, sino vulgares camisas de cuadros de infantería, las habituales de andar por casa y que cualquiera vincularía a tipos descuidados en el vestir, y alguna que otra de leñador, con un poso mayor de autenticidad, eso sí, cosa tampoco muy complicada. Un público eminentemente apacible deseoso de escuchar música sin excesivas estridencias.

En un formato minimalista, que incluía banjo y otros instrumentos ajenos a la órbita del rock, se presentaron The Handsome Family, guardando las formas, muy pulcros, casi como si fueran a ir a misa. El gigantón Brett Sparks, con traje, barba recortada y unas gafas que le daban aspecto de profesor de universidad, y su parienta Rennie Sparks, con ceñido vestido de motivos floreados que dejaba entrever caderas generosas.

Sin demasiada pompa y captando el ambiente de garito empezaron con la melancólica “My Sister’s Tiny Hands”, perteneciente a su álbum ‘Through The Trees’, compuesto tras un colapso emocional que llevó a Brett a ingresar en un psiquiátrico para diagnosticarle trastorno bipolar. Siguieron cantando a la alegría de vivir con “So Much Wine”, que la animada Rennie introdujo como una canción sobre “beber”, así sin rollos, ya está bien de tanta corrección política.

De momento iban dando la debida importancia a su vertiente tortuosa, la más interesante en nuestra opinión, y no perdieron la vena decadente en “The Bottomless Hole”, otro himno para hincar el codo perdido en el monte o en cualquier otro lugar apartado de la inmunda civilización. Se tornaron bucólicos en “When That Helicopter Comes”, con voz a lo Tom Waits y un repetitivo bombo que nos retrotrae a los tiempos en que los negritos cultivaban algodón mientras el señor disfrutaba tocando la guitarra en el porche.

Aunque el grueso del personal les conozca por la sintonía de la serie televisiva antes mentada, lo cierto es que la trayectoria de esta pareja se remonta a 1993 y cuentan en la actualidad con un catálogo de álbumes que alcanzan la decena. Les ha pasado lo mismo que a Jace Everett con su celebérrimo “Bad Things”, que sirvió al producto vampírico ‘True Blood”, unos minutos de gloria que vienen bien para salir del ostracismo y demostrar que existen antes de ser engullidos por la vorágine de la actualidad, luego ya dependerá de ellos ser recordados por algo más aparte de por su maravilloso único éxito.

Homenajeando por tanto a sus raíces rescataron “Arlene” de su debut de 1994, la primera canción que compusieron juntos, según nos anunció Rennie. Y por supuesto la muchedumbre se entusiasmó hasta lo indecible con la inevitable “Far From Any Road”, hasta el punto de que algunos gritaron: “¡Ahora no! ¡La última!”. La verdad es que tenían razón, acabar con su tema bandera hubiera sido lo suyo, pero se agradeció de todas formas, aunque prescindieran de las rimbombantes trompetas Tarantinianas de la versión en estudio. La notable y preciosa superposición de voces masculina-femenina les ganaron el cielo.

Pasado el momento cumbre, los asistentes tuvieron la decencia de la que carece el público de algunos grandes festivales y aguantaron allí impertérritos hasta al final, como verdaderos fans. No decepcionaron a los fieles con el folk doliente de “Weightless Again”, otra composición de esas para cortarse las venas en la que mezclan cosas tan dispares como el suicidio o el café. Y en “The Sad Milkman”, aparte de ejercer de traductores simultáneos cantando en castellano algunas estrofas, se acordaron de todos aquellos insignificantes hombres que no pierden el alma soñadora pese a no poder evitar el prosaico deber de levantarse a una hora intempestiva.

Se despidieron por un instante con “Down In The Ground” apelando a la tierra mojada y volvieron bajo salvas de aplausos con “The Giant of Illinois”. Su fama de apesadumbrados se la toman con humor, pues al presentar “Cathedrals” Rennie ironizó sobre su propio material diciendo que “todo es triste”. Y finiquitaron el recital resaltando elementos arquitectónicos de Colonia o Wisconsin antes de retomar el halo sobrenatural de “Don’t Be Scared” e insuflar un leve optimismo al recordar que nunca estamos solos, aunque esto en realidad tampoco reconforte mucho.

Faulkner, Carston McCullers o Cormac McCarthy definieron en literatura el género del denominado gótico sureño con ambientes opresivos, personajes perturbados que esconden traumas familiares y una sensación de violencia latente capaz de estallar en cualquier segundo. Emociones que un espectador informado podría relacionar de inmediato con el recital de aquella noche. La belleza del dolor.

Texto y foto: Alfredo Villaescusa

Etiquetas: , , , ,

Categorizado en:

Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Quizás el estilo que practica esta banda (gótico/sureño) me suene a raro pero según he leído dicha crónica esta banda en su concierto bilbaíno a su manera dierón una muy digna actuación.Interesantes!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *