TERCER SOL + VULK: MÚSICA PARA CAVAR HOYOS

4 diciembre, 2014 4:31 pm Publicado por  1 Comentario
Tercer Sol

Tercer Sol

Izar Beltz Ateneoa, Bilbao

No es por dárnoslas de true, pero a un servidor siempre le hace mucha gracia la peña que se queja de que no existe suficiente oferta cultural en su ciudad o esos clásicos que deberían extinguirse ya de una vez que afirman que “ya no salen grupos como los de antes”. Quién nos iba a decir hace unos años que en esta ciudad norteña de aspecto antaño gris llegaría un momento en el que en un día coincidirían casi tantos bolos como en la capital del Estado y la tarea de elegir se antojaría harto complicada.

El hecho de disponer de un gusto versátil a más no poder al final supone un problema de complicada solución, sobre todo si se desea abarcar el máximo posible. Por eso no nos podíamos conformar con disfrutar apaciblemente y en buena compañía del bolo del desértico John García, así que antes nos acercamos a sentir el frío cold wave hasta un local semiclandestino, por ubicación, del barrio bilbaíno de Irala.

Un reducto en el que ya hemos catado en otras ocasiones combos de post punk que no se suelen dejar caer por estos lares y que constituyen todo un soplo de aire fresco al panorama cultural de la urbe, en un escenario decadente de pabellones industriales desolados que remite a la sobriedad de décadas pretéritas. Una especie de aldea de Astérix al margen del circuito oficial de salas y promotores.

Después de llevar un tiempo acudiendo al mentado garito, uno va descubriendo que, con independencia del grupo que toque, acaban acercándose siempre los mismos, hasta crear una suerte de familiaridad y reproducir seguramente el ambiente de camaradería que reinaría en los antiguos gaztetxes, sensaciones que por edad no pudimos disfrutar. No obstante, escuchamos por ahí incluso disertaciones acerca del carácter atormentado del post punk en contraposición a la sobriedad del punk tradicional.

Siguiendo casi de libro los postulados de la experimentación surgida tras los tres acordes, los locales Vulk remitieron tanto en la voz como en esos punteos con gusto a lo John McGeoch a Siouxsie & The Banshees. Con un batera marcial que iba marcando el ritmo cual prestos a invadir Polonia, reprodujeron al milímetro las señas de identidad del palo, esto es, la voz profunda en plan Ian Curtis, el bajo taladrante de Joy Division y los temas instrumentales opresivos y envolventes. Parecían un tanto flojos en estudio, pero en las distancias cortas demostraron que sus grabaciones todavía no les hacen suficiente justicia a la hora de reflejar la crudeza congénita de sus bolos. Prometedores.

En la órbita de los también valencianos Antiguo Régimen se mueven Tercer Sol, que facturan un rock oscuro, denso, con muros de guitarras y efectos electrónicos que en ocasiones bordean la psicodelia. Su actitud de situarse al margen de la industria, aparte de en la intención de sacar un EP en formato doce pulgadas con una única cara en edición limitada a 200 copias, la reflejan asimismo en una curiosa nota de prensa en la que dicen cosas como estas: “Tercer Sol no necesita recomendarse en función de otros, precisamente porque tienen personalidad. Otro tema sería que su personalidad fuera recomendable, cosa que aún no está clara, como nada claro hay dentro del grupo; no son un grupo de música siniestra, sino un grupo de sujetos siniestros. Un grupo formado con averías, donde lo defectuoso sustituye al virtuosismo. En una época en la que el adjetivo oscuro aplicado a la música ya causa la misma impresión que el fantasma de Canterville, Tercer Sol han conseguido volver a traer el miedo primitivo, que se haga de día otra vez y nos vean la cara.”

Bajo un colchón considerable de teclado, nos empujaron a un agujero negro sin fondo así de golpe en “Cueva”, que hace honor plenamente a su título con un sonido atmosférico y envolvente en el que cuesta encontrar la luz y agarrarse a las paredes, percepción que se agudiza con esos gritos desgarrados que parecen casi exhortaciones a tropas a secundar una marcha imaginaria. Los punteos que se van abriendo paso de forma sutil entre la maraña contribuyen a amplificar esta sesión hipnótica.

Esta debería ser la banda sonora perfecta para escuchar en una habitación a oscuras rumiando desesperación y desprecio al ser humano, pero no está al alcance de cualquiera meterse en su rollo. Quizás por eso algunos asistentes no se cortaron a la hora de rajar con la misma alegría con la que se haría en la pescadería o en algún garito de moda, hasta el punto de que los propios miembros del grupo tuvieron que pedir silencio como en un parvulario, una actitud de total falta de respeto que no se produjo empero con los teloneros. ¿Acaso solo los colegas merecen consideración?

El tiempo apremiaba y tuvimos que poner pies en polvorosa antes de que finalizaran debido al inminente bolo de John García en la otra punta de la ciudad, pero lo hicimos con cierta pena por la grata impresión que nos dejó este prometedor combo de una escena siempre fiel al exquisito underground y que esperamos que vuelvan pronto ya con un largo. En su web definen lo suyo como “cavar un hoyo para hacer música para cavar hoyos”. No se me ocurren mejores palabras para explicar lo que transmiten. La penumbra al cubo.

Texto y foto: Alfredo Villaescusa

Redacción
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1 comentario

  • Juandie dice:

    Quizás el estilo que hicieron esa noche en Bilbao atrajera a poca peña para dicho show y el lugar fuera bastante reducido pero no se les negaran a estas dos jóvenes bandas dieron cada cual un buen concierto en su estilo rock/gótico/industrial que aunque tenga poca aceptación en nuestro país no será por bandas en ese estilo que hay muchas en España y buenas!!!

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