SWANS: UN MAR DE RUIDO

12 diciembre, 2012 7:20 pm Publicado por  4 Comentarios

Kafé Antzokia, Bilbo

En un mundillo en el que los injustificados aires de grandeza son el pan nuestro de cada día siempre es un placer encontrarse con tipos como Michael Gira. Que no van por ahí con su insoportable hedor mesiánico y que desprecian la influencia que pudiera haber tenido su música en luminarias populares del calibre de NIN o Rammstein, ahí es nada. Pero es un tío raro, de esos con manías tan peculiares como pisar las manos de aquellos que se atreven a tocar el escenario o pegar a los que pille haciendo headbanging, algo que el susodicho detesta.

La banda Swans de todas formas nunca ha sido lo más remotamente convencional. Abanderados de la No Wave neoyorquina, cimentaron su estatus de figuras de culto en base a la provocación y a una explosión de ruido descontrolado a un volumen tan ensordecedor que llegaba a provocar vómitos entre el público o que la policía interviniera para impedir el recital. Y luego otros se las dan de machos en temas de sonido.

Aquella noche en la capital vizcaína hicieron honor de golpe a toda su fama. No se dejaron ni un detalle y por supuesto todavía nos zumban los oídos debido a la despiadada distorsión. Presenciar uno de sus conciertos se asemeja a esos rituales de adolescencia de fumar marihuana en una tienda de campaña hasta crear un burbuja que te aletarga por completo y solo vas recobrando la consciencia en el momento en que sales a tomar el fresco. Había que tener un estómago y unas orejas a prueba de bombas para aguantar impertérrito las casi dos horas de tralla que se cascaron.

Prueba de que en la velada nada iría por los parámetros habituales fue la misma presencia del telonero, un tal Sir Richard Bishop, que provisto de una simple guitarra acústica intentó emular a Paco de Lucía con piezas instrumentales con aire flamenco que el personal escuchaba con una mezcla de estupor y admiración. Tenía un micrófono enfrente, así que esperábamos que en algún momento se levantara de la silla y comenzara a cantar, cosa que finalmente no se produjo.

Cuando se califica algo como estridente a menudo se achaca a una posible exageración por parte del oyente, pero al hablar de Swans esa definición sería quedarse corto si a uno le daba por mirar las caras de terror de la peña. Con un escenario abarrotado de amplis, los neoyorquinos  crearon un abrasivo muro sónico en el que valía cualquier cosa para perturbar al respetable, hasta rasgar los platillos con un violín eléctrico produciendo una indescriptible sensación de dentera.

El líder Michael Gira salió a escena sin su sempiterno sombrero de cowboy que le da aspecto de personaje turbio de Tarantino y ya de entrada advirtió a los fotógrafos que se anduvieran con cuidado, una recomendación que vistos sus antecedentes y malas pulgas no era aconsejable tomar a broma. Su voz de predicador fue elevándose poco a poco antes de sumergirse en las profundidades recitando palabras con solemnidad eclesiástica.

Acompañados por una steel guitar y otro tipo que le daba a las campanas tubulares y a la percusión, se tornaron repetitivos en la línea de los británicos The Fall y remetieron por sus ritmos marciales al industrial más descerebrado y vanguardista en “The Seer”, tema homónimo de su último disco que dura la friolera de unos treinta minutos, en el que a Gira le da tiempo hasta de tocar la armónica. Porque esa es otra, entre tanta improvisación, o como dicen ellos, ‘momentos en que la música nos toca a nosotros como si fuéramos instrumentos’, discernir canciones se convertía en una proeza digna de muy pocos privilegiados.

Hasta donde acertamos a distinguir, repasaron en gran medida su material más reciente también con “Avatar” o “The Apostate”, aunque por supuesto no presentaron ninguna canción ni su repertorio se centra en piezas comerciales para tararear en la ducha. Cierto es que a finales de los ochenta tuvieron una época en la que para deshacerse de su fama de ‘banda ruidosa’ bajaron el pistón en pos de la melancolía e incluso se atrevieron a grabar una versión del “Love Will Tear Us Apart” de Joy Division, pero ni rastro de esa faceta suya en aquella ocasión.

Está claro que Gira y los suyos siguen conservando la visceralidad propia del punk primigenio combinada con la experimentación del post punk en la tradición de compatriotas del estilo de los pioneros en tal campo Television o de los desconcertantes Pere Ubu. A veces se colocaban dando de lado a la nutrida concurrencia, mirándose entre ellos igual que si estuvieran en el local de ensayo, como si quisieran dar a entender que todo aquello se trataba en realidad de una inmensa broma pesada.

Pero hasta el mismo caos tiene su orden establecido fuera de los límites de lo convencional, lo único que se rigen por códigos diferentes a los del resto de los mortales, elaboran un vocabulario personal que solo entienden los estudiosos en la materia, una jerga casi indescifrable para los profanos. Y es que su rollo se ponía de vez en cuando muy extremo con tanta reverberación y distorsión pasada de vueltas, la tormenta noise del ‘Psychocandy’ de Jesus & Mary Chain un mero juego de niños, oigan.

Ni que decir que en este festival del desconcierto en el que escuchamos hasta cascabeles no existió nada que se acercara a un bis. A una señal del profeta, paró el estruendo e hizo un leve gesto con las manos a modo de despedida, antes de se situaran todos en fila y ya en plan bien agradeciera primero a ‘españoles’ y luego a ‘vascos’, al percatarse del sutil matiz, con una pompa digna de los más altos tenores operísticos.

Desde luego su recital fue un mar de ruido en el que si dejabas de dar brazadas corrías peligro de ahogarte en un remolino ininteligible incapaz de pillar la misa la media. Un efecto similar al de tomarse de una sentada unos siete cubatas cargados con elegancia, aunque obviamente más barato. Un auténtico cuelgue  para hippies puestos de ácido.

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA

Mariano Muniesa
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Esta entrada fue escrita por Mariano Muniesa

4 comentarios

  • juandie dice:

    Una buena banda que pisó nuestro país y que nadie reconoce sus esfuerzos musicales!!!!

  • "uno más" dice:

    Grandes Swans!! Como me encanta poder tener joyas como el White Light From The Mouth Of Infinity de ellos en mi colección, un temazo Failure, y que versión se marco My Dying Bride en su día de ellos.

    Tenían que haber pasado por los madriles jolín. Otro grupo de mis gustos que me he perdido 🙁

  • juandie dice:

    Pués a JODERSE!!!!

  • "uno más" dice:

    jajaja, no me jode lumbreras, que ya se de que pies cojeas, de seguro tú te tienes que joder más que nadie con muchas cosas y pagas tu fustración con otros... sin comentarios, jajaja que lástima de vida, ¿te has escapado del patio de algún colegio o que macho? luego vas llamando niñato a los demás... pues anda que tú te quedas corto con está actitud.

    Como siempre juandie construyendo y creando el reality dentro de la web. Y encima te respondo no por seguirte el juego ni porque me moleste, si no porque creo que aquí uno de los dos no es consciente de verdad de su actitud, y creo que eres tú, porque piensas que tu comentario va a tener una repercusión de un tipo y realmente amigo, lo que queda en realidad es la imagen tan pesima que das a veces.

    No estoy molesto ni me jode haberme perdido a Swans, que le vamos a hacer, pero si me entristece que seas así. Triste realidad la de algunas personas y su forma de comportarse. En fin, un saludo y que tengamos Swans por unos cuantos años más.

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