JACK WHITE EN MADRID: HISTERIA ALTERNATIVA

La Riviera, Madrid

Aún desconozco por qué me dio por pensar que no me encontraría en La Riviera lo que me encontré. Sábado, recién estrenado septiembre, mucha gente apurando sus vacaciones… pero entre el elevado precio de las entradas y que personalmente no tenía por un “icono” a este estadounidense de 37 años, no creía que me vería en una sala abarrotada. Así fue, y la interminable fila que había en el exterior para acceder al interior me dio la primera clave de que la noche daría de sí más de lo que me atreví a imaginar. White, Jack White, llegaba a Madrid para presentar en esta ocasión debut en solitario, Blunderbuss (recordemos, publicado a finales del pasado mes de abril a través de su sello Third Man Records).

Importante el detalle de White, aunque si alguien más se cruzó en la estación de Atocha con cierto doble de Jack Black, quizás tuvo que mirar la entrada dos veces para asegurarse de que no le había bailado el apellido y el concierto era de Tenacious D. Bromas aparte, fundamental para este concierto haber refrescado y tener bien presente la trayectoria del de Detroit. Además de Blunderbuss, en los cerca de 90 minutos que duró el concierto también sonaron canciones de The White Stripes, The Raconteurs y The Dead Weather. De hecho hubo más temas de The White Stripes, nueve en total, que de su último álbum, cinco concretamente, mientras que la presencia de Raconteurs y The Dead Weather en el listado fue testimonial más que otra cosa, con dos canciones en cada caso.

Pero antes de descubrir nada de esto, faltaban 10 minutos para las 21:30 horas, es decir, para que oficialmente diera comienzo el concierto, cuando los pipas se afanaban en ponerlo todo a punto sobre el escenario. Un escenario donde ya destacaba una lona negra colocada en el fondo y en la que a su vez se veían tres grandes franjas blancas verticales, seguramente relacionadas con aquello de “Jack White III”. Incluso los más miopes del lugar lograron distinguir allí arriba un piano claro, un contrabajo oscuro... y músicos  luciendo trajes, corbatas, tirantes y sombreros muy vintage, que diría algún esnob, también claros y oscuros. Y es que salvo algo oculto bajo una tela, todo estaba a la vista del gentío que prácticamente llenaba el recinto… o mejor dicho, “estuvo”, pues de repente el batería se acercó a dicha tela e hizo sonar una batería.

Reducido el factor sorpresa a su mínima expresión y preparados los instrumentos, sólo tocaba aguardar la aparición del señor White, lo cual no sucedió hasta las 21:55. Antes sonaron un par de pitadas, pero desesperación y nerviosismo se tornaron rápidamente en aplausos y botes cuando Jack White y sus cinco gangsters (si no conté mal) empezaron a despachar el segundo sencillo de Blunderbus: Sixteen Saltines.

En los primeros compases aquello sonó a lata más de la cuenta. Incluso me pareció que hubo algún tipo de problema con la batería y White tampoco era capaz de escucharse bien del todo, pero a nadie pareció importarle demasiado en una atmósfera casi de éxtasis. La misma energía se estaba desprendiendo ahí arriba, fundamentalmente pianista y batería. Los dos en primer plano, el uno frente al otro. Se traían un rollito “pique-jam session” muy interesante, interactuando entre ellos con permiso del prota de la velada, cómo no, de pie entre ambos con camisa blanca, chaleco y su Gretsch Triple Jet.  Tal es así que viendo semejante entusiasmo no pude evitar hacerme una misma pregunta una y otra vez: ¿tendrán suficientes platos, toms y bombos de repuesto? ¡Qué manera de aporrear la batería!

Y mientras tanto siguen dando buena cuenta de unos temas entre los que destacó en segundo lugar Dead Leaves and the Dirty Ground, la primera que reconocimos de The White Stripes. Por cierto, durante esta parte inicial del show sonaron la mayoría de Blunderbuss. Y entonces fue donde más brilló aquel acompañamiento o riqueza instrumental, como prefiera llamarse. Piano, teclado, pedal steel, batería, pandereta, violín… me dio la sensación de que funcionaron mejor con los temas de su disco en solitario. Cosa que, por otra parte, no dejaría de tener lógica porque los clásicos de White Stripes, por ejemplo, se compusieron con otros aires.

Llegados a este punto también debería apuntar, para quien no lo sepa o tenga a este sujeto por “indie”, que estamos ante un sujeto guitarrero a más no poder. Rockero alternativo, pero rockero.  Su facilidad para tocar todo tipo de instrumentos es increíble, pero pertenece a esa subespecie que no se separa de sus seis cuerdas ni siquiera para dormir. En La Riviera sólo se apartó de su Gretsch Triple Jet para tocar el piano en un momento dado y cambiar de guitarra en alguna otra canción.

Retomando el pulso al concierto, al filo de las 22:30 hubo una especie de momento de bajón, sonó una versión del tema Two Against One de Danger Mouse, pero se superó con un par de canciones muy coreadas, aunque quizás la más celebrada fuera Steady, As She Goes (la primera que sonó de The Raconteurs) con las que botó y botó hasta el teclista. Tal y como adelantaba, se sentó el señor White en el segundo piano, el oscuro, justo a continuación abandonó el escenario mientras sus gangsters se marcaban una buena jam. Cuando regresó, el enésimo episodio de histeria colectiva de la noche: The Hardest Button to Button. Entonces todos abandonaron el escenario… y se hicieron de rogar, ya lo creo.

Ahora bien, ¿qué coreaba el público mientras tanto? Si suena en cualquier concierto, ¿cómo no iba a hacerlo en este? Así es, rugía La Riviera con una sola garganta los dichosos “lo lo lós” del Seven Nation Army de Jack y Meg. Faltarían cinco minutos para que el reloj marcara las 23:00 cuando regresaron dispuestos a poner el broche con unos bises que acabaron siendo seis. El primero de ellos, de The White Stripes, My Doorbel; el último, también de su banda insignia. Un esperado y aclamado Seven Nation Army que más que Jack cantó la gente, porque con semejante despliegue vocal por parte de los asistentes, como para escucharle a él. ¿A alguien le importó? En absoluto, la fiesta llegó a su fin y había que disfrutar hasta el último instante.

Texto: Alberto C. Molina (@albertocmolina)

Foto: Antonio Martín

SET LIST

Sixteen Saltines

Dead Leaves and the Dirty Ground (The White Stripes)

Missing Pieces

Weep Themselves to Sleep

Hotel Yorba (The White Stripes song)

Trash Tongue Talker

I Cut Like A Buffalo (The Dead Weather)

Two Against One (Danger Mouse cover)

You're Pretty Good Looking (For A Girl) (The White Stripes)

Hello Operator (The White Stripes)

Steady, As She Goes (The Raconteurs)

Blue Blood Blues (The Dead Weather)

The Hardest Button to Button (The White Stripes)

Bises:

My Doorbell (The White Stripes)

We're Going to Be Friends (The White Stripes)

Freedom At 21

Carolina Drama (The Raconteurs)

Catch Hell Blues (The White Stripes)

Seven Nation Army (The White Stripes)

• Acerca de
• Últimas entradas

Redacción

El equipo de redactores de MariskalRock te trae toda la información del mundo del rock y del metal, en todas sus vertientes.

¡Síguenos!

       

Últimas entradas de Redacción (ver todo)

• Cuando James Hetfield (Metallica) bromeó imitando a Rob Halford (Judas Priest) con un globo de helio (vídeo) - 27 noviembre 2024
• Bolsa de noticias: Scorpions y The Beach Boys (Starlite) - Rock por Valencia - Haches - Más Madera en Cádiz - 27 noviembre 2024
• Avantasia presenta todos los detalles de "Here Be Dragons", su décimo disco, que ya tiene conciertos de presentación en España - 27 noviembre 2024