GUNS N ROSES + SEBASTIAN BACH: ¡¡¡DAVID CONTRA GOLIATH!!!

Pabellón Príncipe Felipe (Zaragoza)

Así es, tal y como rezo en el encabezado, el cómo vi el concierto del pasado viernes 22 de Octubre en tierras mañas, donde unas cinco mil personas nos congregamos a presenciar las excentricidades de Axl Rose y su banda, donde las quinielas estaban al cincuenta por ciento, entre los que nos decantábamos por unos y otros, y la verdad que no me equivoqué, Sebastián Bach en el papel del pequeño David se merendó irremediablemente a Axl "Goliath" Rose, que la mayor templanza que tubo, fue la de arroparse en una banda competente que tapa las carencias de su jefe, adornadas más  todavía con un espectáculo soberbio, ante el que eso sí, hay que quitarse el sombrero.

Pero a los roqueros de toda la vida, que los que respiramos esto a cada bocanada de aire, hay que ganarnos con garra, fuerza y entrega, y de eso Sebastián salió más que sobrado, tanta que si el escenario hubiera tenido un metro menos de fondo, se hubiera dado de bruces con el público, que ímpetu señores, que manera de atronar las columnas de Marshall, que custodiaban un gigantesca pantalla de leds con la imagen de su nuevo disco presidiéndolo todo, y dándonos la bienvenida de forma bestia con Slave To The Grind, sobra decir que el repertorio que cubría la casi hora y media que estuvieron sobre el escenario, estaba comprendido en los dos primeros trabajos de SKID ROW, aunque también hicieron concesiones a su último trabajo en solitario, como la versión del Back In The Saddle de AEROSMITH, que fue la siguiente en caer ante un Príncipe Felipe que poco a poco cogía el color de las grandes citas, Big Guns volvía a provocar la locura de los presentes, unos por la fuerza e impacto con la que caían los temas, otras por la presencia de un frontman que presidía el escenario en un estado de forma envidiable, él lo sabe muy bien y la dejaba muy claro diciéndonos que ahí estaba con otro ataque como Here I Am, sería el turno de nuevo de darnos a conocer su último trabajo y el tema título caía como un losa, recordándonos a los SKID ROW de Subhuman Race, un vendaval que precedía una calma relativa con 18 & Life, los temas nuevos no conseguían  mermar las ganas de fiesta que ya estaba ocupado en un porcentaje muy elevado, y con ese aspecto el lugar se hacía testigo de la garra de American Metal head y de un tema nuevo que vendrá incluido en un próximo disco, y que no logré adivinar su nombre.

Antes de que el desconocimiento de los temas provocara la indiferencia entre los que allí estábamos, la banda inteligentemente tocaban los suaves acordes que abren Monkey Business, previniéndonos de la tormenta que caería inminentemente, tras la descarga de adrenalina vendría un momento perfecto para el recuerdo de buenos momentos con I Remember You, el tema que sí consiguió transportarnos dos décadas atrás, sublime en ejecución y preámbulo de la bonita balada By your Side, de su nuevo trabajo y que fue interpretada acústica en mano de uno de los dos guitarras que llevaba y que desconocía su procedencia musicalmente hablando, no es el caso de su base rítmica con Rob De Lucca al bajo y Bobby Jarzombeck a los palos, ambos compañeros en otra potente formación como es PAINMUSEUM, lo que nos desvela la contundencia de la que estábamos siendo presentes a lo largo de todo el show.

Un show en el que el genio de Sebastián se comunicó inteligentemente con toda la parroquia en un más que fluido castellano, que pese a que lo leía todo de un chuleta colocada estratégicamente en su monitor, bien se supo agradecer el esfuerzo, en un gesto que aplaudió todo el mundo a lo largo de la velada, que concluiría con un broche perfecto, ya que Piece Of Mind y la esperadísima Youth Gone Wild provocaron la histeria colectiva, por el culmen de algo que permanecerá por muchos años en nuestra retina, y que provocó una sonrisa difícil de disimular en todas las caras que pude atisbar en ese mágico momento y que juro que no eran pocas.

Esa histeria que menciono se fue convirtiendo en cólera conforme pasaba el tiempo y Axl Rose y los suyos no salían, ya que se suponía que tenían que saltar a escena a las 21'30 horas y corrían por el recinto rumores de que apenas una hora y media antes estaba todavía en Barcelona, generando una tensión en los que allí estábamos que casi se podía cortar, arremetiendo con silbidos e insultos en unas cuantas ocasiones, hasta que dos horas después sobre el horario previsto se apagaron las luces y una breve intro daría paso al polémico Chinesse Democracy, y aquí lamento ser crítico, pues ni me gusta su nuevo trabajo, ni creo que sea el inicio adecuado para un gran show como se supone debe ser un concierto de GUNS ‘N' ROSES, y que provocó reacciones confrontadas entre los que ovacionaron la salida de la banda y los que le silbaron e insultaron que se dejaron escuchar más y más fuerte, reacción que aliviaron cuando dejaron caer los primeros acordes del mítico Welcome To The Jungle, el tema que a mi juicio debería haber dado inicio al repertorio de las pistolas.

GUNS ‘N' ROSES una banda que conocimos con cinco miembros en su seno, ahora se han convertido en ocho, y aún así no son capaces de ocultar las carencias del divo, tres guitarras más que competentes como DJ Ashba, Richard Fortus y Ron Thal, hicieron un trabajo digno de elogio, pero no consiguieron borrar la alargada sombra de Slash, la sección rítmica cumplió su cometido de la mano del batería de color Frank Ferrer y el bajista Tommy Stimson que siempre permaneció en un segundo plano, y dos teclistas para restarle trabajo al líder y llevar a cabo los sobrantes efectos que poseen los nuevos temas, siete sicarios que no conseguían difuminar la pedantería del que les paga, pese repito cumplir perfecta y profesionalmente con su cometido.

It's So Easy y Mr. Brownstone serían los siguientes clásicos en deleitar a un público que se rendía más ante la magnificencia de la producción desplegada que a la maestría de los músicos, un escenario que se comía más de la mitad del recinto y la grada superior ocultada por unas lonas, maquillaban la escasa entrada que son cinco mil almas para una banda como de primera línea como la que estábamos viendo, donde se dejaba ver en todo momento el derroche económico del que hacen gala con lo que teníamos delante, la plataforma enorme que sostenía la batería en el centro y arriba del todo, casi imperceptible con los teclistas a los flancos, hammond a la izquierda y sintetizador a la derecha, casi invisible, se perdían ante la luminosidad que detrás de ellos desprendía esa enorme pantalla que tras la batería, proyectaba diversas secuencias, imágenes que acompañaban a juego los juegos coloristas de momentos puntuales o simplemente seguía lo que ocurría en el escenario. Dicha pantalla estaba flanqueada por dos columnas de leds que caían del techo y éstas y el escenario al completo por otras dos, que hacían este más grande si cabe y que dieron un espectáculo de luces soberbio, que sí logró ocultar muchas de las carencias que sobre el escenario ocurrían, embobándonos a todos.

Siguiendo con lo vivido, la recriminada Sorry por el bajón que suponía daba paso un solo de Richard Fortus que emulaba la banda sonora de James Bond y que sirvió de intro a LiveAnd Let Die, que dio inicio a las primeras ovaciones de la noche. Yo lo siento, pero su nuevo trabajo no me gusta y la siguiente This I Love provacaba mi hastío, así como el de muchos otros que no olvidaban lo que habían estado esperando, y así lo hacían saber con algún que otro silbido, la gente quería clásicos y los tenían, pero intercalados con soporíferos solos como el de piano que mermó un tanto los ánimos que poco antes había levantado Rocket Queen, otra vez para arriba con You Could Be Mine, la gente olvida, corea, canta,  lo pasa bien y... otro solo, parecía que estábamos en una atracción de feria, arriba y abajo constantemente, dicho solo de DJ Ashba precedió otra subida provocada por Sweet Child O'Mine, como parecía que estábamos cansados de tanto solo, restaron lastre con una especie de Jam con el mítico Another Brick On The Wall de PINK FLOYD como trasfondo y enlazarlo con otro solo de piano, ésta vez con el jefe como protagonista que al fin fue ovacionado cuando atisbamos el inicio de November Rain, alcanzando un clímax único, tal vez lo mejor de todo la noche.

Más solos de guitarra, a los que intentaban restar el sopor basándose en conocidas melodías, en este caso la guitarra de Ron Thal alias "Bumblefoot" se servía de la banda sonora de la Pantera Rosa, no se puede ser más infame, donde estaba aquí el rock ‘n' roll?? Para colmo de males éste solo lo enlazaron con la soporífera Better, ésa que da inicio al malogrado último trabajo de la banda. Menos mal que el sopor lo sofocaban de vez en cuando con clásicos como la versión de BOB DYLAN, la mítica Knockin' On Heaven's Door o un buen Nightrain, con el que disfrutamos todos y tras los que marcharon para que la gente reclamara más, por supuesto que reclamaron el elevado precio que se había pagado por un ticket, así lo exigía y volvieron a salir, por supuesto y lo volvieron a hacer con otra improvisación que desembocaría en la ovacionada Don't Cry, el aparato de feria seguía su curso hasta el final con subidas y bajadas, dándonos una de cal y otra de arena incluso en los bises en los que no pudimos librarnos de Madagascar, de la tediosa democracia china, y con su particular intro que volvía a inflar otro tema más y el repertorio en general, pero es fácil calmar a las bestias, y lo hicieron con una digna e inesperada versión de AC/DC como fue Whole Lotta Rosie, que celebramos todos incluido yo, otra deambulo musical innecesario precedió la fiesta final con Paradise City, con lluvia de confeti, fuego de artificio y llamaradas varias que maquillaron una noche insulsa en lo musical y explosiva en el despliegue, en la que pese a estar dos horas y media tocando, nos dejaron con un show demasiado inflado de aire, donde faltaron y obviaron temas que no voy a ponerme a  enumerar. Pues con estas que he contado felicidad para los que gustan de la guarnición, e inconformismo  para los que nos gusta la chicha, que nos quedamos con el buen hacer de lo ofrecido por el ex de SKID ROW, que a mi juicio, al igual que en las historias bíblicas volvió a tumbar al grande.

Texto y fotos: JOSÉ ANTONIO ARMERO