ESTRAGO + CARROÑA + BLOKEO: UN REGRESO Y UN INGRESO

Sala We Rock, Madrid

Blokeo | Foto: Jason Cenador

El rock estatal está de enhorabuena. Han vuelto los navarros Estrago, que con tan solo tres álbumes marcaron a toda una generación penetrando con fuerza en una escena que de cuando en cuando recibe una bocanada de oxígeno con bandas que saben encontrar su propio sonido, sin renunciar a sus influencias (en este caso, Barricada son ineludibles) pero construyendo canciones que resisten el paso del tiempo sin sufrir erosión alguna.

Inauguraban el percal Blokeo, que proponen un sonido caudalosamente inundado de Hardcore punk melódico sin dejar a un lado la faceta transgresora y urbana que, más allá de la lengua cervantina empleada en sus ácidas y explícitas críticas a la barbarie establecida, les delataba como madrileños y no norteamericanos. Entre canciones pertenecientes a sus álbumes pretéritos ‘Infarto, Desde el Corazón de la Bestia’ y ‘Comienza el Juego’, contundentes e incisivas aunque con un sonido mejorable (de hecho lo fue durante toda la velada), se colaron versiones de “Tu Dios de Madera” de Narco, empañada por un problema con el bombo de la batería, y “Carne Pa’ la Picadora” de La Polla Records, la cual adaptaron sorpresivamente al harcore melódico. En septiembre publicarán un nuevo trabajo, del que también escuchamos un adelanto que confirma la progresión ascendente y la fidelidad a sus más arraigados principios por parte del grupo.

Carroña | Foto: Jason Cenador

Si lo de Estrago era un regreso sonado y esperado – la We Rock acabó teniendo un buen aspecto a pesar de la saturación de conciertos que vivía la ciudad de Madrid – el concierto de Carroña fue una nueva confirmación de que estamos ante uno de los grupos que han ingresado con más fuerza en el panorama de los últimos tiempos. La gira de los madrileños junto a Gritando en Silencio parece haberles otorgado una soltura y unas tablas difícilmente atribuibles a un combo debutante. Además, su particular estilo, en el que las estrofas rapeadas encajan con inusitada eficiencia en un rock urbano ágil y contagioso, hace de las canciones de su excelente disco debut, ‘Gaupasa Intimista’, una fruta del pecado para todos los amantes del rock con mensaje y bien canalizado.

Desde el minuto uno, el grupo madrileño demostró que ha llegado para quedarse. La solvencia instrumental del bajista Raúl, el batería Kimi y los guitarristas Ángel y Kata, este último también propietario de una voz áspera e ideal para conducir un combo de estas características, brilló durante todo el show, con una compenetración digna de un grupo que hace del escenario su hábitat natural. Punto y aparte merece el saber estar sobre las tablas de Dani, encargado de las partes rapeadas y de algún que otro acompañamiento. Su presencia y su carisma encandilaron a un público cada vez más entusiasmado, que compartió con él pogos cuando decidía bajarse a disfrutar con los suyos de la manera más próxima posible. Sonaron, una tras otra, todas las canciones de su álbum debut a excepción de “En tu ombligo”, destacando especialmente “Hablando Desvarío” o el momento de “Juanita La Bandolera”, himno presente y futuro del grupo. En ella salió la protagonista a la que dedican la canción, que no es otra cosa que una vieja guitarra que por clavijero tiene la cabeza de una muñeca.

La profesionalidad de Carroña no solamente quedó de relieve en su buen hacer a nivel musical, sino en las múltiples salidas y la seguridad con que afrontaron situaciones difíciles que advinieron. Tan pronto Dani se sacaba de la manga una canción de Joan Manuel Serrat para romper él solo el silencio mientras se solventaba un problema técnico como Kata se liaba la manta a la cabeza para completar la recta final del concierto sin su guitarra debido a otro contratiempo.

Estrago | Foto: Jason Cenador

El colofón a la velada lo ponía Estrago, cerrando el paréntesis que abrieron con el cese de su actividad hace ya más de cinco años. La afluencia de gente se había ido incrementando para acompañar como se merecía – aunque mejor pensado, estamos ante un grupo que siempre ha tenido menos respuesta de la que su calidad indica – el arranque con una surrealista versión electrónica de la sintonía del ‘Equipo A’ y “Dulce castigo”, sucedida por una emocionante “Me la suda” que hizo vibrar a todos los presentes con su adictivo estribillo. La fiesta continuó de la mano de “En tu colchón”, y ya a estas alturas nadie podía negar que, lejos de un retorno a medio gas, estábamos ante un grupo en muy buen estado de forma por el que parecen no haber pasado los años. La voz de un siempre espontáneo y cercano Miki mantenía su timbre característico, y la lucidez de Imanol e Iñaki a las guitarras no dejaba resquicio a la duda sobre su enorme capacidad y lo bien que la vuelcan en los temas.

La pegadiza “Hada” fue una de las canciones más coreadas en la primera fase de un show que siguió avanzando con la fuerza de un río en pleno deshielo gracias a “Ver llover” y “Algún día”, para desembocar en una maravillosa “Oscuro rincón”, emocionante desde su magnético riff. “Quién juega y quién miente” prosiguió con la fantástica línea del concierto, y cedió el testigo a “Humillada”, un alegato contra el maltrato que dedicaron a una amiga suya que sufrió esta lacra. El emotivo momento fue finiquitado por una parte final de tema trepidante, para que después hicieran sonar “Mi valle” y “Reventar o morir”, conformando un estadio de transición hasta otro de los momentos culmen de la noche, cuando Zurita, voceras de Blokeo, ascendió al tablado para poner su voz en “Me pongo de rodillas”. El apartado de colaboraciones tuvo una segunda entrega con la participación de Luis “El Luna” de los madrileños No Konforme en la emblemática “Por el forro los cojones”, y una tercera cuando integrantes de Carroña participaron en “Marihuana”, en la que fueron lanzados al público rodillos de papel a modo de canutos gigantes.

La recta final del show comprendió un triplete de imprescindibles inaugurado por “Cabeza loca”, en la que invitaron a subir a varias personas del público, haciendo de aquello una completa fiesta. “Maldita extraña forma” y “Rosa negra” pusieron el broche de oro a un acontecimiento para recordar. Ahora solo queda que Estrago se animen a acometer otro álbum de estudio y que este tenga suficiente respuesta como para que ya nunca se vuelvan a ir.

Texto y fotos: Jason Cenador

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