DEF LEPPARD + WHITESNAKE + EUROPE: HISTERIA POR LOS 80

Donosti Arena, San Sebastián

Comienzo del verano, noche mágica de San Juan y calendarios en rojo con el inicio estatal de la gira del año para los devotos del hard & heavy de los ochenta. Ni más ni menos que Def Leppard, Whitesnake y Europe, tres bandas que vendieron decenas de millones de discos en la segunda mitad de los ochenta, se daban cita en un mismo escenario. Un acontecimiento que para muchos les iba a cundir más que cualquier festival.

Ni más ni menos que 17 años habían tardado en volver los británicos Def Leppard tras su actuación donostiarra de 1996, entonces presentando “Slang”. El idilio de la serpiente blanca con Euskadi data desde los albores de la banda con conciertos históricos como los de Bilbao o Irún a finales de los setenta. Su show en el Velódromo de Anoeta en agosto de 1990 presentando “Slip Of The Tongue” con un duelo de hachas como Steve Vai y Adrian Vandenberg aún perduraba en las retinas de algunos asistentes a esta nueva cita. Además, volvieron a San Sebastián tras la reunión en 2004 y a Barakaldo en 2008 en la gira de “Good To Be Bad”. También Europe se han convertido en asiduos en los últimos años a los escenarios vascos, aunque no se debe olvidar que vinieron en su época dorada al pabellón bilbaíno de La Casilla a finales de los ochenta.

Ambiente de lujo con largas colas en las dos entradas que estaban separadas en la plaza de toros de Illumbe, muy cerca del recinto deportivo de Anoeta. Gradas y pista estaban incomunicadas en el Donosti Arena. La zona del coso estaba prácticamente llena mientras el graderío tenía ocupadas dos tercios de sus localidades. La táctica de juntar tres grandes nombres había triunfado en Euskadi.

EUROPE, EL COMIENZO DE LA CUENTA ATRÁS

A las siete en punto de la tarde y con plena luz solar que se colaba por la cubierta de la plaza de toros, los de Estocolmo iniciaban la cuenta atrás de esta tripleta de ases. Los cinco músicos que militaban en su formación más clásica, la que grabó el tercer disco (“The Final Countdown”) y la que revolucionó el panorama en los ochenta, estaban en Donosti con la idea de presentar su último lanzamiento; “Bag Of Bones”.

Arrancaron precisamente con dos canciones nuevas, “Riches To Rags” y “Firebox” demostrando que no quieren vivir exclusivamente de rentas y que sus discos actuales (cuatro ya desde que se reactivaron en 2004) tienen mucha vigencia. Un telón con el nombre de Europe era el único decorado en un escenario mermado con zonas tapadas con lonas y con pocas luces que obviamente quedaban difuminadas por la luz natural.

Básicamente Europe ejercían de banda sparring con un sonido malo y unas condiciones que desde luego no se corresponden con el nombre y con la historia del grupo sueco. “Superstitious” recuperó el “Out Of This World” con un Joey Tempest que ejercía de frontman sin ninguna ayuda de sus compañeros para llevar la manija del show. Estáticos a más no poder, los instrumentistas de Europe se concentraron en tocar cediendo todo el papel de caldear el ambiente al carismático líder.

Seguramente el vocalista más en forma de la noche, Joey Tempest no decepcionó en Donosti, como evidenció en su vena más heavy con “Scream Of Anger” o en su tono más melódico con “Girl From Lebanon”. Sin embargo, musicalmente a los suecos no se les podía poner un pero. Capitaneados por un extraordinario John Norum, cuya guitarra emanaba efluvios clásicos que incluso recordaban al propio Blackmore. Tempest se derritió en elogios a su compañero guitarrista, al que calificó de “amigo” e “inspiración”.

Lástima que el sonido hiciera demasiada mella en la banda de un Tempest que se esforzaba por animar a los fans. “Carrie”, la archiconocida balada, fue coreada al unísono. Como tributo a los 30 años de carrera que cumplen en 2013 se retrotrajeron hasta su primer disco con un potente “In The Future To Come”. Los nórdicos se esfuerzan en cambiar el set list durante la misma gira y por eso precisamente este tema que abría su debut fue toda una sorpresa, en otros conciertos habían tocado “Seven Doors Hotel”.

El mítico hit single “Rock The Night” encaraba una recta final rematada por dos bises: “Last Look At Eden” y el inevitable y esperadísimo “The Final Countdown”. Europe habían dejado buenas sensaciones a pesar de contar con las condiciones de una banda de segunda y un sonido malo en la hora justa que duró su concurso. Un poco de apoyo por parte de sus compañeros en cuanto a la puesta en escena tampoco le vendría mal al bueno de Tempest, que como siempre se dejó la piel animando a su público.

WHITESNAKE, UN TELONERO INSÓLITO

Camisa blanca customizada a lo Whitesnake y estratégicamente desabrochada, rosarios a modo de collares, jeans azules con cadenas colgando, frondosa melena rubia y muy buena forma física. Así lucía un imponente David Coverdale a escasos meses de cumplir 62 años. Su sola presencia en la rampa que sobresalía del escenario ya anunciaba que estábamos ante una de las grandes leyendas de esta música.

Pero por primera vez por estos lares había que ver a unos Whitesnake que no cerraban una velada de rock convirtiéndose en unos insólitos teloneros de Def Leppard. Alguien que cantó en el “Burn” de Deep Purple en 1974, que no tuvo vértigo de encarar la escena del California Jam aquel mismo año, alguien que fundó Whitesnake hace justo 35 años, que ha encabezado el mítico festival de Donington en dos ocasiones (1983 y 1990)… no debería ser telonero de nadie, a menos que Led Zeppelin decidieran salir de su infinito letargo. Es cierto que Def Leppard es una banda muy grande, enorme en América, que su éxito creció de forma efervescente y paralela al de la serpiente blanca. Sin embargo, también es fehaciente que David Coverdale ya era un mito cuando Def Leppard despuntaban al calor de la N.W.O.B.H.M. e incluso una influencia clara para la banda de Sheffield.

Hasta se podría haber entendido que Whitesnake fueran invitados en igualdad de condiciones, pero el deficiente e impropio sonido que sufrieron los de Coverdale hace incomprensible la situación que tuvieron que vivir en Donostia. Saltaron al ritmo pegadizo de “Give Me All Your Love” y de un clasicazo de la talla de “Ready An’ Willing” con la imponente figura del mejor frontman de la noche y con la gran pegada del hijo pródigo; el batería Tommy Aldridge, de nuevo en nómina.

“Can You Hear The Wind Blow”, del “Good To Be Bad”, fue el claro ejemplo de que la banda del vocalista afincado en Nevada no destierra su material más actual. Los nostálgicos tuvieron su recompensa con “Don’t Break My Heart Again”. Otro capítulo aparte merece la voz de Coverdale, grande todavía en los bajos y hasta cuando habla entre tema y tema. Sin embargo, cada vez que sube para arriba pierde todo el cuerpo y color desdibujándose absolutamente. No obstante por estos pagos se le ha visto en peor estado, como fue su mala actuación de 2008 en Barakaldo. Sin embargo, Coverdale lo suple todo a base de un infinito carisma que mantiene intacto.

“San Sebastián, ¿es ésta la ciudad del amor?”, preguntó el vocalista al presentar la balada que les encumbró en las radio fórmulas de finales de los ochenta: “Is This Love”. Lamentablemente con los años la banda ha tenido que despedir a tres músicos que ya no están en este mundo: Cozy Powell, Mel Galley y Jon Lord. A ellos les dedicó Coverdale “Gambler” en un bonito detalle.

“Love Will Set You Free”, de la última obra de estudio, “Forevermore”, dio paso a un duelo de hachas de Doug Aldrich y Reb Beach, la pareja de guitarristas que más tiempo ha permanecido en la historia de Whitesnake. Doug es el más solista, el más espectacular en formas y el que más colabora en la puesta en escena del show. La estridencia de su estilo, su planteamiento más heavy rechina a algunos de los fans clásicos, pero su calidad convence al gran jefe y a buena parte de los seguidores de la serpiente.

“Steal Your Heart Away”, otro tema del “Forevermore”, sirvió de plataforma para que Tommy Aldridge desplegara su fuerza y técnica en su habitual y siempre explosivo solo, que acabó como es costumbre con su aporreo a puño limpio. La balada que daba título precisamente a su último elepé sonó a continuación.

Las hostilidades se recuperaron con un medley a base de “Best Years”, “Bad Boys” y “Children Of The Night”. El sonido seguía cercenando una actuación que también hubiera ganado más sin la luz natural que todavía se colaba por la cubierta de Illumbe. Atronadores sonaron los mayores clásicos: “Fool For Your Loving”, “Here I Go Again” y “Still Of The Night”, que culminó la más que meritoria actuación de la serpiente blanca.

Se despidieron de su fans al ritmo de “We Wish You Well” tras un concierto que había dejado una sensación agridulce. La estrategia de Whitesnake fue absolutamente fallida. En ningún caso deberían haber aceptado ejercer de teloneros empequeñecidos por un sonido malo y un escenario menos espectacular que los cabezas de cartel. El enfado que mostró Coverdale en los primeros temas es el mismo que se llevaron a casa algunos de sus fans acérrimos.

DEF LEPPARD, UN ESPECTÁCULO AUDIOVISUAL

La propuesta de Def Leppard era una incógnita a priori. Habían sido residentes en el Hard Rock Hotel de Las Vegas en marzo y abril realizando un espectáculo en el que recreaban el disco “Hysteria” al completo. Las últimas e impactantes noticias desvelaban que el guitarrista Vivian Campbell está en pleno proceso de tratamiento a base de quimioterapia para curar un linfoma de Hodgkin, recientemente diagnosticado. Todo este cóctel hacía que la presencia de Leppard en Donostia fuera un misterio que pronto sería desvelado.

La noche había tomado la capital guipuzcoana y una explosión de luz y color dio la bienvenida a una de las bandas británicas que con más fuerza ha conquistado América. Tras una intro estalló “Let’s Get Rocked”, la única canción del “Adrenalize” que sonaría en todo el concierto, y curiosamente la más moderna. Unas rampas laterales, hasta el momento ocultas, una pantalla central enorme y un sonido en condiciones evidenciaron que habíamos venido a presenciar el show de Def Leppard con dos teloneros de lujo, pero teloneros al fin y al cabo.

Un Joe Elliott muy solvente y un Phil Collen con un sonido de guitarra espectacular se erigieron en el motor que impulsaba la maquinaria de la banda. “Action”, la versión de Sweet, y “Foolin’”, del “Pyromania” encajaban a la perfección en un comienzo de concierto soberbio. Mención aparte merece la entereza de un Vivian Campbell desafiando a la adversidad con las seis cuerdas entre las manos. El recuerdo a su disco debut llegó con “Wasted”, un destello de los Leppard más heavies. “Bringin’ On The The Heartbreak” puso el contrapunto con una de las baladas más impresionantes del hard rock.

Compactos, profesionales y con una puesta en escena brillante encararon la instrumental “Switch 625” con las guitarras de Collen y Campbell como protagonistas. La batería de un Rick Allen que sacaba el máximo partido a su único brazo y el bajo de Rick Savage marcaban la clásica sección rítmica de la banda, una garantía desde comienzos de los ochenta.

    El grupo se retiró de escena mientras comenzaba una intro en la pantalla que daba pistas claras de que estábamos ante el inicio de la presentación de “Hysteria”, la obra cumbre del grupo y un disco del que se estima que se han vendido más de veinte millones de copias. La retransmisión de imágenes de la época recuperó el protagonismo del añorado guitarrista Steve Clark, fallecido en 1991.

Los grandes hits de aquella obra maestra comenzaron a caer en cascada y por orden: “Women”, “Rocket”, “Animal” y la soberbia balada “Love Bites”. Música y espectáculo audiovisual estaban asegurados gracias a una película en la que cada tema que interpretaban cobraba protagonismo. El himno “Pour Some Sugar On Me” y “Armageddon It” con todos sus mensajes apocalípticos, se entrelazaron con “Gods Of War”.

Estaban inmersos en la ‘cara B’ del “Hysteria” con grandísimos temas como “Don’t Shoot Shotgun”, “Run Riot”, la propia “Hysteria” o “Excitable”. Al ser canciones menos reconocidas, hubo aficionados a los que esta parte se les acabó atragantando. Sin embargo, la interpretación de este álbum esencial fue absolutamente milimétrica y genial. “Love And Affection” puso fin a casi una hora de histeria.

Los británicos se despidieron para volver de nuevo con dos bises finales: “Rock Of Ages” y “Photograph” en la que Joe Elliott acabó resintiéndose ante una de las canciones más exigentes. Se completaba así una hora y cincuenta minutos de espectáculo.

Aunque no hubo unanimidad de opiniones y no todo el mundo salió contento con Def Leppard, los de Sheffield habían dado un concierto soberbio con homenaje incluido a uno de los discos clave de los años ochenta. Los diecisiete años de espera habían merecido mucho la pena.

La noche de San Juan se había hecho dueña de San Sebastián mientras las hordas de negro abandonaban la plaza de toros de Illumbe. Había sido una cita inolvidable, que hubiera ganado más si las condiciones de Europe y Whitesnake hubieran hecho honor a la leyenda de estas bandas fundamentales.

Texto y fotos: Pedro Alonso

 EUROPE SET LIST

“Riches To Rags”

“Firebox”

“Superstitious”

“Scream Of Anger”

“Girl From Lebanon”

“Carrie”

“Let The Good Times Rock”

“In The Future To Come”

“Rock The Night”

“Last Look At Eden”

“The Final Countdown”

WHITESNAKE SET LIST

“Give Me All Your Love”

“Ready An’ Willing”

“Can You Hear The Wind Blow”

“Don’t Break My Heart Again”

“Is This Love”

“Gambler”

“Love Will Set You Free”

“Steal Your Heart Away”

“Forevermore”

“Best Years/Bad Boys/Children Of The Night”

“Fool For Your Loving”

“Here I Go Again”

“Still Of The Night”

“We Wish You Well”

DEF LEPPARD SET LIST

“Let’s Get Rocked”

“Action”

“Foolin’”

“Wasted”

“Bringin’ On The Heartbreak”

“Switch 625”

HYSTERIA

“Women”

“Rocket”

“Animal”

“Love Bites”

“Pour Some Sugar On Me”

“Armageddon It”

“Gods Of War”

“Don’t Shoot Shotgun”

“Run Riot”

“Hysteria”

“Excitable”

“Love And Affection”

“Rock Of Ages

“Photograph”

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