CRÓNICA DE SLASH: UN GUITARRISTA ÚNICO

Mean Machine abrió la velada

Barclaycard Center, Madrid

Una gran cola antes de la apertura de puertas nos hacía presagiar que iba a ser una gran noche, porque hay que tener muchas ganas de concierto para aguantar durante horas a pleno sol, y es que hacía unos cuantos años que Slash no visitaba Madrid, si no recuerdo mal desde el Sonisphere del 2011. Pero no venía sólo, sino que se hizo acompañar por los barceloneses Mean Machine y Ciclonautas, la nueva banda de Alen de Marea.

Un martes en pleno mes de julio y con una ola de calor por el medio no suele ser una situación muy propicia para que los grupos invitados tengan mucho público, pero afortunadamente este no fue el caso. Con medio aforo ya lleno, saltaron a la palestra el trío Mean Machine, directos desde Barna y elegidos personalmente por Slash, al igual que Ciclonautas, tal y como nos comentó en la entrevista que le realizamos hace unos días. Una potente selección de su primer disco, ‘Livin’ Outlaw’, nos hizo descubrir a una banda muy joven, con un sonido crudo, tremendamente rápido, y con mucho recorrido por delante. Entre los temas que sonaron están “Ridin’ the Iron”, la rápida “I Was Made for Rock N Roll” o “Rock N Roll Wizard”. Buen grupo a los que habrá que darles más de una escucha.

Los siguientes en salir fueron Ciclonautas, la nueva banda de rock ´n´ roll formada por Alen, batería de Marea, Javiertxo al bajo, y el argentino Mai Medina a la voz y a la guitarra. La verdad es que no es el tipo de grupo que me suelen gustar, pero me sorprendieron gratamente, no solo por su gran estilo a la hora de tocar, sino también

Ciclonautas: Txo, Alen y Mai

por la voz tan personal de Mai. Con temas como "Tristes corazones", con la que comenzaron, "¿Qué tal?", "Los hermanos", en la que contaron con la colaboración de César Ramallo de Marea, o "El dromedario", con la que pusieron punto final a su actuación, lograron ganarse a un nutrido número de nuevos seguidores, y es que el grupo derrocha calidad a raudales.

A las 21:30, se apagaron las luces y el público empezó a enloquecer con la salida de Slash y los suyos al escenario. Arrancaron con “You’re a Lie”, una canción potente y directa con la que consiguieron hacer saltar a toda el público desde la primera nota. El primer recuerdo a Guns & Roses llegó con la mítica “Nighttrain”, en la que subieron considerablemente el sonido respecto a los teloneros, aunque seguía estando bastante bajo. Hay que decir que comenzaron un poco fríos, con Slash muy estático, haciendo los movimientos básicos, pero sin esforzarse mucho, y Myles cantando muy bien pero sin forzar, es más, la mayor parte de los agudos los hizo el bajista Todd Kerns.

El nutrido público de Slash

Venían presentando su último disco, el genial ‘World on Fire’, y como no podía ser de otra forma sonaron varios de sus temas nuevos, como “Avalon”, con la que movimos todos los pies. Sin darnos un momento de respiro, tocaron del tirón “Halo”, de su anterior LP, todo un clásico de la andadura del guitarrista en solitario como es “Back from Cali”, y “Wicked Stone”, que sonó impresionante.

Vuelta a recordar a los Guns con dos joyitas de los angelinos, como son “Double Talkin’ Jive”, de inspiración flamenca y recuperada del olvido para esta gira, y la inconmensurable “You Could Be Mine” con la que más de uno nos dejamos la garganta cantando, disfrutando como unos locos. Llegaba el momento del gran descubrimiento para muchos. Con Myles Kennedy tomándose un descansito fuera del escenario, la labor vocal recayó sobre Todd Kerns, bajista de la banda y una grandísimo cantante y frontman, que no paró de moverse por el escenario y de agitar su melena. Cantó la macarra “Doctor Alibi”, y el clásico por excelencia de Guns & Roses: “Welcome to the Jungle”. Os puedo asegurar que nos dejó a todos boquiabiertos.

Myles Kennedy y Slash

Con todo el grupo de nuevo sobre el escenario, tocaba el momento balada de la noche, “Starlight”, con algún que otro mechero en alto y las parejitas dándose arrumacos. “Beneath the Savage Sun” y la coreada “The Dissident” dieron paso a otra de las canciones míticas de ‘Appetite…’, “Rocket Queen”, en la que hubo luces y sombras. Las luces sin duda lo bien que la cantó Myles Kennedy y lo que nos hicieron disfrutar con ella. Las sombras, el interminable solo de guitarra de Slash, que no hizo más que consumir un tiempo que podían haber dedicado a tocar algún tema de Slash’s Snakepit.

“Bent to fly” dio paso a uno de los momentos más calientes de la noche, “World on Fire”, del último disco, con la que hicieron enloquecer al respetable. La barroca “Anastasia” dio paso al momento moñas de la noche, “Sweet Child O’Mine”, que para que negarlo, la cantaron desde los fans más heavys del guitarrista hasta las quinceañeras que solamente le conocen por esta canción y no por el resto de su discografía. El único recuerdo hacia Velvet Revolver fue la habitual “Slither”, con la que se marcharon del escenario a falta del bis.

Solamente quedaba una canción más, pero qué canción, y es que no hay mejor forma de cerrar un concierto que con “Paradise City”, sonando brutal, con lluvia de confeti y haciendo temblar el suelo del Palacio. Grandísimo el concierto que nos ofrecieron un Slash con su estilo inconfundible y que tanto nos gusta, Myles Kennedy cantando de maravilla, pero muy soso calentando al público, y sobre todo unos The Conspirators en los que destacó su bajista de forma excepcional.

Texto: Alfonso Dávila

Fotos: Áitor Nova

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