Crónicas
Danko Jones: El pirómano carismático ataca de nuevo
«Caliente, muy caliente estuvo la noche, algo que nunca falla cuando ante nuestros ojos y oídos se desmelena este pirómano del desparpajo y el rock and roll»
4 diciembre 2018
Cool Stage, Madrid
Texto: Jason Cenador. Fotos: Jason Cenador y MartametallicA
La actitud ha sido siempre un componente fundamental en el rock and roll. A lo largo de la historia, muchas actitudes han despuntado y muchos músicos escalaron hacia el estatus de celebridad no solamente por sus canciones, sino también por sus conductas. Quién no ha escuchado alguna vez que si tal cantante hizo eso en tal concierto o que si tal guitarrista tenía aquella extravagancia. Todo parte de la música, de acuerdo, pero es también la materia prima indispensable para fusión nuclear que se produce cuando se lleva ante el público. ¿Y qué desencadena toda esa explosión de energía, entusiasmo y química colectiva? El catalizador de oro: la actitud.
El canadiense Danko Jones sabe bien que sus canciones rebosan de pegada, pues año tras año decenas de miles las corean y vibran con ellas en directo, pero sabe sobre todo cómo hacer que esa gente que acude a disfrutar de su show tenga la predisposición ideal metiéndoselos en el bolsillo cada vez que pisa un escenario. No sé cómo será cuando baja la escalinata, hay quien habla de un tipo tranquilo y cabal, pero lo cierto es que bajo los focos, sea su persona o su personaje, es eléctrico, pura dinamita. Y, sobre todo, muy, muy carismático. De los que más.
Acudir a un concierto del trío que toma el nombre del pseudónimo de su vocalista y guitarrista es vivir una fiesta asegurada, aunque sea una noche de martes. Por eso, fueron muchos los que no se resistieron a agitar la melena ante la pegada descomunal del hard rock de los de Toronto.
La lata la abrió el cuarteto californiano Prima Donna a una hora complicada para un día en plena semana laborable, lo cual se percibió en la escasa cantidad de público que había podido escapar antes de sus quehaceres para disfrutar de la frescura del rock and roll que plasman en temas como los de su reciente ‘S/T’, el cual tuvo un peso importante en el repertorio. Su entrega tuvo como recompensa el aplauso generalizado de los privilegiados que llegaron a tiempo para disfrutarlos.
Pasadas las nueve de la noche, se presentó Danko Jones ante nosotros con una rotunda declaración de intenciones como es “I Gotta Rock”, sucedida por “Sugar Chocolate”. En ella, el señor Danko, que venía con las pilas más cargadas que el conejo de Duracell que duraba y duraba en el anuncio, se dirigió al respetable por vez primera vez de tantas, jactándose de que le pueden llamar “chocolate blanco”, pero le da igual: su nombre es Danko Jones y “todo el mundo” le dice que es “delicioso”. Frase marca de la casa y espejo en el que mirarse cuando la autoestima no remonta. Sentirse el puto amo sobre el tablado es parte de su trabajo.
Una de las mejores canciones de su discografía reciente “The Twisting Knife” continuó caldeando un ambiente que se desbordó cuando el frontman bautizó una vez más la ciudad como “Madrid Rock City”, prometiendo por activa y por pasiva que no llamaba así a ninguna otra ciudad del mundo, ni siquiera a Detroit. “Puedes sacar tu teléfono y comprobarlo, yo soy fiel a mi palabra”, le soltó a un random del público. Acto seguido, uno de los momentos álgidos de la noche arribó con la coreadísima y tempranera “First Date”. También aseguró que llevaba tres días disfrutando de la ciudad.
La mayor calidez de la atrayente “You Are my Woman” contrastó con la acelerada y machacona “Sex Change Snake”, banda sonora perfecta para sudar la camiseta sucedida por “Lipstick City”. Y entonces, Danko agarró… ¡una botella de agua! ¿Cómo? ¿Agua? Alguien entre el público mencionó esa bebida descubierta en nuestro país por el canadiense hace muchos años y venerada desde entonces: la horchata. Y la reacción no se hizo esperar. Danko Jones posó la botella y echó mano de un brik de horchata que echibió con orgullo antes de servirse un vaso y degustarla con regocijo ante nosotros. La gente, desatada, lo había rebautizado como “Danko Horchata”, y él, antes de deglutirla, dijo: “Mi nombre es Danko Jones”, para justo después añadir: “Pero ahora podéis llamarme Dan Cojones”. Otra carcajada colectiva fue la respuesta.
Con ese simpático narcisismo impostado, presentó “Mango Kid” como un tema que habla sobre él mismo, otra oda al descaro que tuvo su continuidad con “Code of the Road” y la celebradísima “Gona Be a Fight Tonight”, tras la que rindió culto a la banda que había sido telonera y lo había dado todo pese al poco público aún en el local.
“¿Qué hacemos aquí un martes?”, preguntó con aparente desconcierto por la acogida recibida, para después recalcar que no se trataba ni de un viernes ni de un sábado noche. El elogio hacia la audiencia y el descaro eran constantes en la cháchara del showman, excelentemente flanqueado por el expeditivo batería Rich Knoch y por el bajista que le ha acompañado desde siempre, el afable y entregado John Calabrese, infalible a las cuatro cuerdas. En más de una ocasión, quien suscribe esta crónica estaba tomando notas en el móvil y el segundo, guasón cual gaditano en chirigota, hizo ademán de tocar la pantalla, puesto que estaba justo frente a su posición. ¡Prometo intentar tomar notas para la crónica en una libreta en la próxima ocasión y recuperar las buenas costumbres!
Como una favorita del público y la segunda favorita de Danko Jones tras la que habla de sí mismo fue presentada la agitada “Full of Regret”, recibida con fervor por un público cuyos elementos más estrafalarios alzaron unos folios con el mensaje “He is invisible” cuando “Invisible” comenzó a sonar. “Had Enough” y una buena dosis de desparpajo fueron la antesala de “Burn In Hell”, un electrificante tema de nuevo cuño que, tal como explicó, su videoclip estará formado por vídeos que les manden los fans disfrutando en sus conciertos de esa canción; la presentaron como adelanto de su próximo álbum, que saldrá a la venta previsiblemente en la primavera de 2019.
“Lovercall” y la movidísima “We’re Crazy” nos condujeron al último gran clásico de la banda, “My Little RnR”, que a pesar de pertenecer a su más reciente álbum, ‘Wild Cat’, es ya una de las composiciones más aclamadas de la discografía de Danko Jones. No es para menos, puesto que es un himno sin paliativos.
Fue entonces momento de retirarse y que la gente corease “Dan Cojones” a viva voz para invocar su regreso, que aconteció acompañado de una doble guitarra verdaderamente bonita de la que echó mano hábilmente para detonar los últimos cartuchos en forma de bises. Así, dieron carpetazo azuzados por la misma energía con la que arrancaron la gala con “Samuel Sin”, “I Think Bad Thoughts” y “Rock Shit Hot”. Caliente, muy caliente estuvo la noche, algo que nunca falla cuando ante nuestros ojos y oídos se desmelena – en sentido figurado, obviamente – este pirómano del desparpajo y el rock and roll.
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1 comentario
Paso de leérmela porque este tipo ni su rollo comercial me ha llenado nunca y como siempre ahora no iba a ser menos.