IGGY & THE STOOGES: READY TO DIE

Fat Possum Records

8/10

El naturalista austríaco Josephus Nicolaus Laurenti fue el primero en definir un género de reptiles como iguanas. Fue en el s. XVIII, e incluyó dos variantes: la iguana verde, y la iguana del Caribe. Tres siglos después, ningún rockero que se precie dudaría en afirmar que hay una tercera: la Iguana Pop. Una variante  que, por otro lado, de pop sabe bien poco, pero que, sin embargo, lleva más de cuarenta años repartiendo caña y punk-rock.

Con el regreso de James Williamson para ocupar el vacío dejado por la muerte de Ron Asheton, los Stooges se vuelven a unir para sacar su segundo LP del nuevo milenio. Y pésames aparte, el que fuera guitarrista en el excelente Raw Power (Columbia, 1973) consigue que la pena no pese más que la rabia. Así lo demuestran en “Burn”, canción que abre con la fuerza necesaria para prenderle fuego a los altavoces. En la siguiente “Sex And Money”, el saxofonista Steve Mackay toma el rol protagonista, junto a unos coros acertados y unas palmaditas oportunistas, que ayudan a convertir la canción en carne de cañón para las emisoras de radio. “Job” es puro Stooges, y no hace más que confirmar, junto a “Gun”, que este nuevo LP viene dispuesto a hacer mucho ruido. Y si el inicio es de traca, la siguiente “Unfriendly World” parece un digestivo para ayudarnos con tanta tralla, donde Iggy saca su lado más crooner para avisarnos de los peligros de este mundo. Pero no se equivoquen, pues, aunque menos pegadiza, “Ready to Die” vuelve a subir los decibelios, y es en “DD’s”, donde Iggy vuelve a hacer gala de su característico sentido del humor. A la letra me remito. Continuemos. Antes de cerrar el álbum, “Beat that Guy” es una balada que, igual que la historia que cuenta, lucha por abrirse paso entre tanta caña. Y de qué manera, pues vuelve a ser muestra de la indudable aportación de Williamson. Finalmente, la controvertida “The Departed”, flirtea con el riff de “I Wanna Be Your Dog”, para recuperar un Iggy crooner que parece sincerarse tras tanta broma, y deja intuir aires de dedicatoria cuando se pregunta “what’s the point of friendship” o “where is the life we started?”.

Iggy & the Stooges volvieron tras un largo silencio con el discreto The Weirdness (Virgin, 2007). Sin embargo, Ready to Die es el que les descubre como una formación que todavía tiene mucho que ofrecer. Lástima que este proceso se haya cobrado la defunción del que fuera reconocido como el mejor amigo de Iggy. Pero Williamson ha vuelto a hacerlo. Así es, vuelve a dejar claro que él no es ningún extraño, y como ya hizo en el ’73, cuando la banda pasaba por un proceso peliagudo causado por adicciones y excesos, se deja caer para rescatar el barco. Es cierto que el álbum pierde frescura en la segunda cara del disco, pero la primera, tranquilamente presenta sus credenciales a mejor disco de lo que va de año.

Borja Figuerola

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