CHIMAIRA: THE AGE OF HELL

29 agosto, 2011 1:35 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Long Branch Records

7/10

Vuelve el monstruo helénico de cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente. Sus seis cerebros (algo más estables tras algunos abandonos por algo tan poco rockero como ir a la Universidad a que te practiquen una lobotomía o ser un buen papi), con Mark Hunter a las voces, Matt DeVries a la guitarra rítmica, Rob Arnold en la solista más algunos ex Daath y Bleed the Sky, nos presentan su sexto disco.

Me gusta que se hayan olvidado por fin del rap-metal y hayan disminuido la electrónica. Eso obviamente los aleja del Nü-metal y suenan más Groove-metalcore y half-thrash progresivo dentro del ya formado NWOAHM (algo así como la nueva ola del metal americano). Un camino acertado ya que Chimaira tenía que explotar su vertiente más orgánica. El problema es que han perdido frescura en el proceso y no suenan tan experimentales como el bicho raro (y por tanto genial) de la família ‘The infection’ (2009) y mi disco favorito de los de Cleveland ‘Resurrection’ (2007).

Es de destacar el progreso de Mark Hunter, que nos muestra una gran variedad de matices guturales que evocan emociones diferentes y por tanto enriquecen más el proyecto. No os perdáis el grito que se arranca de las entrañas en “Year of the snake”. Pura destilación gore metal. Hay una clara influencia de los buenísimos Alice in Chains (quizás el grupo con un sonido más metal de la escena grunge) en las segundas voces de “Time is running out” y de “Losing my mind”, mi canción B.S.O. de la semana. La he pinchado en una casa okupa hare krishnah y ellos querían pincharme graciosamente un símbolo pacifista en la frente. Garantizo que funciona como divertido alboroto provocado en primer grado premeditado.

La electrónica y teclados del plástico crean una atmosfera más cálida y emocional de lo habitual y no molestan en exceso mi frágil estomago.

El disco acaba acertadamente con “Samsara”, una canción de metal progresivo instrumental que hace valer el apellido experimental de la bestia y deja lucir la trabajada técnica de los creadores. Austin D’Amond se muestra dionisiacamente inspirado a la batería.

Menos factoría Nü, cero rap, pero también menos experimental y fresco. Buen disco mas sin llegar a sus dos notables predecesores..

Rafa Roca Baulies

Redacción
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